Artista de origen moldavo de teatro mecánico acróbata y pirotécnico polonés, activo en Polonia. Hijo de un boyardo moldavo, entra en 1800 en la compañía nómada de acróbatas de Jan Kolter. De este modo llega a Varsovia, donde se queda. Durante unos veinte años, hasta 1830, fue el administrador del anfiteatro más grande de Varsovia, el Heca (Escándalo) donde dio todo tipo de espectáculos de circo: pantomima, fuegos artificiales e incluso vuelos en globo. En 1830, se dedicó totalmente al teatro mecánico, ya presentado en un teatro que había creado en Varsovia en 1816. Las representaciones, itinerantes y basadas sobre el principio del Theatrum mundi, consistían en una sucesión de escenas (la ciudad, los grandes monumentos, los sitios pintorescos, los fenómenos naturales y de grandes eventos históricos) que servían de contexto a las evoluciones de los títeres mecánicos, cuyo número podían llegar a varias centenas. Entre los dioramas y los panoramas (incluso una vista del Vesubio), el colmo de los espectáculos era sin duda la procesión de 400 figuras animadas saliendo de la iglesia de la Dormition, Moscú, después del coronamiento del zar Nicolas I. En los años 1830, Kuparenko grió por Rusia, en San Petersburgo, Moscú, Odessa, Kharkov (hoy Kharkiv), y probablemente en Alemania en 1834-1835. Cada semana, modificaba entre cinco y siete escenas de su repertorio que se componía de unas treinta, y usaba efectos de óptica y de iluminación. Su popularidad y su prestigio eran considerables. En los años 1840, volvió al territorio polaco y dio espectáculos en Wilno (hoy Vilna), pero no dejó Varsovia a partir de 1842. El teatro sobrevivió al fallecimiento de su creador y, dirigido por varios propietarios, funcionó hasta 1862.