Compañía japonesa de títeres, creada en 1974 en Tokio por Hoichi Okamoto (1947-2010) quien actaba como Hyakki-Dondoro. Nacido en Hiroshima en 1947, Hoichi Okamoto estudió teatro de títeres y confección de máscaras, teatro gestual y danza. En 1980 emprendió a pie una larga gira en solitario con su carreta por todo Japón, haciendo sus espectáculos delante de los templos, antes de instalarse en Shinshu, en el valle de Ina (provincia de Nagano) en 1986. En 1988 fue invitado al primer festival asiático de solistas teatrales en Corea. Después hizo una gira por Japón y Taiwan, pero fue la creación de Kiyohime Mandara (Mandala de Kiyohime, 1992) la que lo propulsó a la escena internacional, con muchas representaciones en Europa y sobre todo en Estados Unidos, en el museo Gugenheim de Nueva York y en el Walker Art Center de Minneapolis. Su estilo está inspirado en los butô y mezcla las formas tradicionales del bunraku, con el teatro nô y con elementos modernos, realzando la mímica y la danza. Sus creaciones se caracterizan por la manipulación de títeres de talla humana, que crea él mismo, así como sus máscaras; y sobre todo por la implicación del cuerpo del titiritero en una danza en la que la osmosis entre el títere y el manipulador es tal, que a veces es difícil distinguir al uno del otro. Este es particularmente el caso de Kiyohime mandara, una célebre obra del repertorio tradicional, frecuentemente adaptada a diferentes formas (nô, bunraku, kabuki o incluso canciones populares), contando la trágica unión entre el monje Anchin y la bella Kiyohime que, traicionada tras una noche de amor y una promesa de matrimonio, se venga transformándose en serpiente y matando a su amante. La actuación de Hoichi Okamoto se concentra en la fusión íntima entre el monje y la mujer, el uno convirtiéndose en el otro a través de una fina y compleja manipulación, el hombre y el títere se mueven, entremezclados como si misteriosamente formasen un solo cuerpo. Entre las creaciones de Dondoro, cabe destacar también Komachi, acerca de una poetisa del siglo IX y Miroku Densho (La Leyenda de Miroku), que habla de un Buda salvador por venir.
La obra de Okamoto está representada visualmente en Dondoro, un libro fotográfico de Estelle Hanania (Bruselas, Kaugummi Books, 2011). Sus numerosos premios incluyen el Premio del Festival de Teatro de Títeres Internacional de Cannes a la mejor interpretación, y el Premio de Oro de Teatro de Títeres Japón.