Escritor y dramaturgo francés. Tras haber sido profesor de filosofía durante diez años, Gérard Lépinois colaboró con diferentes revistas, L’Art du théâtre, Théâtre/Public, y escribió para el teatro con el deseo de vaciar las palabras de su cabeza y hacer nacer “un sentido que consiga no poder definirse hasta el final y de una sola manera”. Su posición fue desarrollada en 1992 en el ensayo L’Action d’espace, donde rechazaba “la puesta en escena como escritura en el espacio. Presionándola, por el contrario, a hacer un espacio por sí misma”. Trabaja en osmosis con los artistas que montan sus guiones: numerosos directores (Farid Paya, Claude Bernhardt, Moustapha Aouar, Yves Marc del Théâtre du mouvement, Michel Dezoteux en Bruselas), titiriteros (Dominique Houdart, Philippe Casidanus, Francis Jolit) o coreógrafos (Brigitte Dumey). Proporciona talleres de escritura dramática en la enseñanza secundaria, en la universidad (Paris VIII – Saint-Denis y Paris X – Nanterre), en el Institut International de la Marionnette de Charleville-Mézières, o en la École Nationale Supérieure des Arts et Techniques du Théâtre. “El hombre posee varias lenguas y estados de ser diferentes”, publica escritos teóricos (L’Action d’espace, Verdier-Deyrolle, 1992) así como relatos: Pas la mort (1995), Un (1999), Il faut que la neige fonde ou L’école imprévue (2003). A finales de los años 70, su reencuentro con Dominique Houdart y Jeanne Heuclin (de la compañía homónima) habría permitido una obra de búsqueda común y constante sobre la relación entre texto, voz y formas. Además Le grain de sel et le grain de salbe y La Petite Physique de quatre éléments (1985), poemas filosóficos cortos contados por un manipulador con arena, fuego, agua, unas ramas y fragmentos de telas, esta colaboración privilegiada dio nacimiento al personaje Padox, inventado por Gérard Lépinois, dibujado y realizado por el escenógrafo Alain Roussel. Detrás de su aspecto extraño, tierno y sorprendido, es el arquetipo del hombre actual. De títere de pequeño tamaño (La Nuit et ses épingles, 1981; La Deuxième Nuit, 1986), Padox pasó a tamaño humano, se multiplicó (La Troisième Nuit de Padox, 1995 ; Padox au parfum, 1997 ; Padox café-concert, 1998), salió a la calle (Padox Parade, 1992), se introdujo en la vida cotidiana de los barrios populares (Padox dans la cité desde 1995) para sorprender aún más a sus contemporáneos. Tras La Comédie de l’écho (2002), inspirada en un cuento popular, protesta del público joven hacia la guerra y la intolerancia, Gérard Lépinois escribió para los títeres de Francis Jolit un Docteur Faust (2005).
(Véase Francia.)