La historia del teatro hondureño comienza con la conquista española. Durante su expedición a Las Hibueras, en 1524, Hernán Cortés también iba acompañado de funámbulos, músicos, intérpretes de chirimía y trombón, malabaristas, y, si hacemos caso a Bernal Díaz del Castillo en su Historia verdadera de la conquista de Nueva España, “y otro que jugaba de manos y hazía títeres”. La originalidad del teatro hondureño mantiene la fuerza y la permanencia desde la época precolombina del guancasco, único vestigio de la cultura indígena convertida tras la conquista en una ceremonia mestiza. A partir del silgo XVI, los curas y los monjes introdujeron en el país a través de España o México los célebres «bailes de moros y cristianos», diálogos teatrales al aire libre que mezclaban danza, música, comparsas y máscaras en un espectáculo popular que representaba la conquista española mediante mímica. Las pastorelas son otra forma de teatro popular de Honduras. Creadas por el sacerdote hondureño José Trinidad Reyes (1797-1855), escritas en verso, generalmente octosílabos, estos dramas pastorales están entre las primeras manifestaciones teatrales de América central y se inspiran directamente en el lenguaje y los personajes típicos hondureños. Recopiladas por el investigador Ernesto Durón, fueron publicadas en una sola edición en 1905.

Las compañías

Entre los pioneros del teatro hondureño figura la familia del actor Miguel Montes de Oca procedente de la Compañía de teatro pedagógico para niños. Uno de sus descendientes, Leonardo Montes de Oca, mimo y manipulador de títeres, perpetuó la tradición familiar y fundó el grupo El Ropero. También cabe mencionar al comediante Alonso Arturo Brito (1887-1925) y José María Tobías Rosa (1874-1933), pionero del teatro escolar de Honduras con piezas de un solo acto de tono moralista. Entre el resto de artistas que contribuyeron al desarrollo del teatro para niños figuran Marisabel Guillén (1925) o incluso Martín Alvarado, autor de Cantarramas, recopiladores de leyendas y tradiciones locales así como de Teatro escolar, tratando temas históricos y patrióticos o folclóricos. Sus textos se emplean en las escuelas del país y han sido adaptados para mimo y para teatro de títeres. Entre las compañías cabe mencionar el Teatro Latino (títeres y actores) dirigido por David Vivas y el Teatro de Títeres Bambú (títeres) dirigido y animado por Edgard Valeriano y Danilo Lagos.

Bibliografía

  • Díaz del Castillo, Bernal. Historia verdadera de la conquista de la Nueva España. Barcelona: Editorial Planeta, 1993.
  • Salvador, Francisco. “1900-1950: Medio Siglo de escasa actividad”. Honduras. Escenarios de dos mundos. Inventario teatral de Iberoaméria. Ed. Moisés Pérez Coterillo. Vol. 3. Madrid: Centro de Documentación Teatral, 1988.