Antes de la introducción de tantos materiales nuevos en el siglo XX, la madera era, y probablemente sigue siendo, el material principal con el cual se han tallado marionetas.Un tallista, especialmente cuando él o ella es también el titiritero, a menudo prestará mucha atención a la elección de la pieza de madera con la que va a tallar una cabeza.
Generalmente se prefiere una madera con un grano uniforme duro. Una de las maderas más populares en Europa es el tilo, aunque en Italia también lo es el cirmolo (un tipo de pino). En Japón, la madera tradicional de la marioneta [Bunraku] es el ciprés. Se pueden utilizar muchas maderas diferentes y hoy en día hay disponible una gran variedad de las más exóticas, incluyendo jelutong, una madera de baja densidad de Malasia que es relativamente fácil de tallar, pero no muy duradera.El cuerpo y las extremidades se suelen hacer de cualquier trozo de madera disponible.
Mientras que muchos titiriteros podían tallar sus propias cabezas, era también muy común que encargaran las cabezas y manos a tallistas profesionales, pero construyendo los cuerpos de los títeres ellos mismos. Los italianos tenían una reputación particular para el tallado en madera y en el antiguo imperio austríaco no era raro que las cabezas de los títeres las tallasen los italianos que también tallaban imágenes para las iglesias. A finales del siglo XIX, firmas como la Bonini en Turín y De Vere en París, vendían tanto títeres completos como piezas sueltas, como las cabezas.Empleaban tallistas profesionales y satisfacían, por un lado, un mercado juvenil con títeres para uso doméstico y, por el otro, ejercían como proveedores de artistas profesionales cuyo número aumentó enormemente entre 1870 y 1900.
El cómico marionetista inglés Richard Barnard de finales del siglo XIX fue un muy buen tallista con un estilo propio particular y reconocible, pero también estaba dispuesto a comprar cabezas si era necesario.Entre sus marionetas había por lo menos tres finos acróbatas que, según una nota en sus cuerpos, se hicieron en París en 1889, pero tienen cabezas en un estilo que claramente no es el de Barnard.
Muchos titiriteros tenían solamente habilidades de talla rudimentarias y pocas herramientas.Los más pobres hacían sus propias cabezas y con frecuencia las tallaban a cuchillo.La talla a cuchillo, que consistía normalmente en el corte de pequeños trozos de madera,producía generalmente cabezas relativamente simples con contornos poco profundos.Muchos dejaban poca cosa más que un bulto para la nariz, usando pintura para representar las otras características.Este tipo de cabeza muy simple se puede ver hoy en día en los (renacidos) Robertos [títeres de guante] de Portugal (véase [Teatro Dom Roberto]).
La típicas “máscaras” (maschere) de la [Commedia dell’Arte] han continuado en el escenario del [títere de guante], pero hacia finales del siglo XIX habían prácticamente desaparecido, excepto en la ([marioneta de hilo]). En este período, el teatro de marionetas seguía al teatro de actores, en la presentación de obras de teatro con los personajes arquetípicos: primer galán, mujer protagonista, villano, sirviente cómico, amantes, anciano y anciana, etc. Estos tipos, como las “máscaras” de la Commedia, se repetían una y otra vez, y los mismos títeres podían volver a aparecer con un traje diferente en una obra distinta cada noche. Una vez que se habían observado características específicas del tipo, había poco espacio para la creación original. La mayoría de tallistas eran simples artesanos cualificados y sólo rara vez era reconocido su trabajo.
Con el siglo XX, muchas de las compañías más antiguas de marionetas desaparecieron y la marioneta en sí pasó imperceptiblemente de ser principalmente un medio de ganarse la vida, a ser una forma de expresión artística. Uno de los primeros a pensar en estos términos fue [Paul Brann] con su Marionettentheater Münchner Künstler (Artistas de Teatro de Marionetas de Munich, 1906). Una consecuencia del enfoque más estético fue que una figura podía ser diseñada por un artista y luego se pasaba a un tallista para su ejecución. Un ejemplo obvio de esto es King Stag (Rey Ciervo) de Rene Morax adaptación de la obra de Carlo Gozzi (Zurich,1918) diseñado por [Sophie Taeuber-Arp], pero ejecutado por Carl Fischer.
En muchos casos el tallista era un buen artista por méritopropio, pero la introducción del diseñador creó un doble papel en lo que antes había sido uno solo.Con el desarrollo de las grandes formaciones de Europa del Este tras la década de 1950, la división del trabajo dentro de la compañía se hizo aún mayor, ya que cada miembro tenía su especialización.
Algunos tallistas de títeres del siglo XX tenían un marcado estilo personal, y más notablemente Theo Eggink, con sus figuras para los títeres de guante Hohensteiner de [Max Jacob], o [Harro Siegel] con su [Faust]. En algunos casos, la textura y el grano de la madera se mostraron claramente, como con el trabajo de F. Vitek para Till Eulenspiegel (1974) de [Divadlo DRAK], o Beowulf (1979) de [Christopher Leith]. Gran parte del éxito del londinense [Little Angel Theatre] de John Wright, provino de sus cualidades como tallista de madera.
A pesar de la multitud de modernosmateriales y posibilidades técnicas, para muchos artistas hay un estrecho vínculo entre la elaboración de la marioneta y la actuación con ella.El trabajo de tallar un trozo de madera y ver emerger una cabeza es profundamente satisfactorio y eso permite que la figura, especialmente el títere de guante, pueda convertirse en una especie de alter ego del intérprete.El manipulador de [Pulcinella], Gaspare Nasuto, con su propio y distintivo estilo de talla, es un buen ejemplo de esta síntesis de creador y operador.
Hoy en día la habilidad del tallista puede ser parcialmente superada por una forma de reproducción mecánica que comienza a partir de una cabeza ya tallada, o de un modelo de arcilla.Se basa en el antiguo dispositivo del pantógrafo, utilizado en el pasado para realizar reproducciones de estatuas, a menudo en escala mayor o menor.Esta puede ser sustituida por el sistema de guía con ordenador que escanea un modelo de la cabeza y produce una versión de la misma en madera (u otro material). Esta puede, por supuesto ser repetida, e incluso reproducida masivamente si fuera necesario. Uno de los principales proveedores de cabezas de títeres en Italia es Natale Panaro.Es un tallista y uno de sus productos más exitosos ha sido una reinterpretación lúdica de la cabeza de Pulcinella, siguiendo los diseños de Emmanuele Luzzati.Aunque no produce en masa, ha tallado más de una cabeza en este estilo, y esto ha dado un sello reconocible a la obra de Paolo Comentale en la Casa di Pulcinella en Bari.