Compañía japonesa fundada en Osaka en 1948. Inspirados por el trabajo de Ningyō-Gekidan PŪKU (PUK Teatro de Títeres), un grupo de estudiantes y de obreros de Osaka crearon un pequeño grupo aficionado y realizaron sus propios espectáculos de títeres. La compañía elige el nombre La Clarté (Claridad) en homenaje al movimiento pacifista e internacionalista que animaban Romain Rolland y sus amigos después de la Primera Guerra mundial. Es una referencia política abierta, que remite a una serie de ideas conocidas y muy respetadas por los medios izquierdistas japoneses. El grupo estuvo animado por Yoshida Seiji, quien, hasta su muerte en 1996, fue el pilar del grupo: el dramaturgo, el escultor de títeres y el director; La Clarté (en japonés: Kurarute) decidió pasar al profesionalismo cuando produjo, en 1949, Los tres cerditos para las escuelas de la parte occidental de Japón. Aunque se disolvió en 1953, el grupo se reorganizaría en 1955, y en 1958, ganó el gran premio del Festival de Artes de la Ciudad de Osaka con un espectáculo basado en un cuento del folklore chino, Kiiroi Kônotori (La cigüeña amarilla), un éxito que volverá a conocer cinco años más tarde con Mafuyu ni haru ga yatte kita (La Primavera ha llegado en pleno invierno). En 1973, para el aniversario de los dos cientos cincuenta años de la muerte de Chikamatsu Monzaemon, la compañía creó uno de los más grandes clásicos del ningyô-jôruri, Onnagoroshi abura jigoku (La mujer asesinada y el infierno de aceite). Esta extraordinaria producción llamó la atención del mundo teatral ya que era la primera vez que se había utilizado títeres modernos para representar una obra de Chikamatsu. El éxito que tuvieron llevó a la compañía a integrar a su repertorio otras obras del dramaturgo. Las eligieron tanto en el registro de las sewamono (tragedias burguesas) con sus historias de dobles suicidios, como en el jidaimono (obras históricas), como por ejemplo Shusse Kagekiyo (Kagekiyo victorioso). La serie de los Chikamatsu fue muy popular. Cuando el grupo celebró su cuadragésimo aniversario eligió uno de los dramas históricos más famoso del dramaturgo, Kokusen.ya kassen (Las batallas de Coxinga) para su presentación en el Kokuritsu Bunraku Gekijyō (Teatro Nacional del Bunraku), en Osaka. La Clarté exploró también las posibilidades del viejo estilo recitativo llamado skkyô-bushi, y del kojōruri, el estilo narrativo característico de la primera era de los títeres. De hecho, fue con una de estas producciones  —Chiru wa sakura no hana nomi ka (¿Solo caen las flores de cerezo?)—con la que la compañía y su director Yoshida Seiji obtuvieron de nuevo, en 1990, el gran premio del Festival de las Artes de la Ciudad de Osaka. En 1998, para celebrar el quincuagésimo aniversario de su creación, la compañía hizo una gran gira en Japón con la adaptación de la historia de Miyazawa Kenji, Gorsch el violoncelista. Para esa producción, la compañía obtuvo la colaboración de orquestras, profesionales o de aficionados, de las ciudades en las que actuaban, una manera de trabajar con las comunidades locales. Para su quincuagésimo quinto aniversario, de nuevo en el Teatro Nacional del Bunraku, La Clarté innovó de nuevo con la primera producción con títeres de Die Dreigroschenoper (La Opera de los tres centavos) de Bertolt Brecht y Kurt Weill, bajo la dirección de Ida Kuniaki, un director de opera formado en Italia. Paralelamente a las obras destinadas a todos los públicos, la compañía representó muchos espectáculos, generalmente con equipos reducidos de dos a cuatro titiriteros, destinados a los niños.

El mayor interés del trabajo de La Clarté se debe al uso de títeres totalmente modernos, con caras expresivas, brutales a menudo, con los rasgos tallados rudamente. Actuaban delante de decorados reducidos al mínimo, telas de fondo monocromas de las que destacan escasos accesorios, para recrear en las escenificaciones modernas los grandes libretos del repertorio clásico. Desde el punto de vista técnico, una sola persona manipula cada títere. Controla la cabeza con su mano izquierda y el brazo derecho con su derecha (un segundo titiritero puede encargarse de la mano izquierda y de las piernas, pero sigue siendo muy excepcional). Además, los titiriteros se encargan de las partes de diálogos mientras que la parte narrativa y la música están pregrabadas.