En la Europa medieval los caballos de batalla totalmente enjaezados estaban equipados con faldas. El caballo de faldón (caballo-falda, mojiganga) se encuentra en muchas tradiciones de carnaval. Existen danzas de caballo de faldón desde la India a Polonia, a Inglaterra y más allá. En Irán está la bazi-e asb-e čubi danza de jinetes sobre un caballo de madera (o papel maché), que cuelga de sus hombros por medio de tirantes. La manta del caballo constituye una falda que esconde las piernas del jinete. Una tradición, posiblemente de origen Mongol, se puede encontrar en el Punjab de Pakistán, donde tamborileros danzarines (con cascabeles en los tobillos) también llevan el cuerpo de un caballo de faldón. Una figura sorprendentemente similar se puede encontrar en el cuadro del pintor Inglés William Hogarth de Southwark Fair (1730), donde, en el espacio en el espacio delantero de lo que probablemente es un teatro de títeres, vemos un vivo Harlequin y un Punch, este último con un faldón caballo. Cien años más tarde George Cruikshank representa al Punch de Piccini dentro de un caballo de faldón similar.
El caballo de faldón está formado por una especie de vestido (la falda) que está sujeto con tirantes a los hombros del manipulador, ceñido a su cintura, y que esconde sus piernas. La cabeza del caballo está situada delante y la cola en la parte trasera de la falda. Unas falsas patas se colocan a ambos lados del caparazón entelado del caballo. El caballo de faldón da la curiosa y divertida impresión de ser un personaje doble, caballo y jinete a la vez. Se parece al juguete-marioneta, el caballo-bastón, formado por un simple bastón rematado por una cabeza de caballo, con el que los niños juegan a pasear o hacer torneos y carreras. El zamalzaïn, caballo de faldón tradicional del País Vasco, baila y caracolea en las fiestas. Una estatuilla de arcilla de 12 centímetros de longitud es testigo de la presencia del caballo de faldónen las fiestas brasileñas del Nordeste, donde la burrinha es su representación en forma de títere (manipulación de varilla-guante). Una variante, presentada durante unos carnavales de Río, consiste en “ocas-faldas”. Alrededor de veinte bailarines avanzan por el “sambódromo” con una coreografía basada en movimientos corales. Cada bailarín lleva atado alrededor de su cintura el cuerpo de la oca en el que se fijan el cuello y la cabeza del animal, que sobresalen como un metro y llegan a la altura de los ojos del manipulador. Este lleva en los brazos las alas, las cuales sacude. Va vestido con una capa atada al cuello y que cae por la parte trasera. Lleva medias y zapatos de tacón alto. Los trajes de la oca y de su manipulador se hacen con plumas blancas que dan al conjunto movilidad y soltura. El maquillaje del bailarín es blanco y, al igual que la cabeza de la oca, se subraya con un triangulo negro.
Un ballet de caballos de faldón constituye también la apoteosis de la gran fiesta india de Bumba meu boï (buey jorobado) que se celebra los días 27, 28 y 29 de junio de todos los años en el corazón de la Amazonia brasileña, en Parintins. Al menos una veintena de caballos faldón con trajes tornasolados ejecutan bailes con ritmos endiablados en un conjunto perfecto de coreografías muy elaboradas.
Otra variante es la propuesta por el inglés Vince Bruce, virtuoso del lazo, que en los cabarets realiza un divertido número sobre un “caballo-monociclo”. Disfraza un monociclo colocándole una cabeza y una cola de caballo y se sube a esta montura haciendo girar el lazo que él utiliza como una comba para saltar.