Los primeros títeres canadienses pertenecían a la tradición de los [nativos americanos] y de los inuit. Se pueden ver en el Museum of Anthropology University of British Columbia, en el Vancouver and Royal Ontario Museum, Toronto, y en el British Columbia Provincial Museum, Victoria.

En Quebec (la ciudad), Jean Natte, conocido con el nombre de “père Marseille” (padre Marsella), fundó un teatro que cerró a finales de la década de 1830. En los siglos XVIII y XIX, en las provincias anglófonas, los espectáculos de títeres los hacían feriantes venidos de Estados Unidos o de ultramar. La tradición popular del “bonhomme dansant” (el bonachón que baila) tiene su origen en un personaje nacido en los campamentos de leñadores a mediados del siglo XIX. Cuando el clero prohibió los bailes, este personaje desafió la censura con un baile “con zuecos” que se hacía con los movimientos del animador sobre una tabla. Sin embargo, no existe un personaje nacional canadiense como Punch o Guiñol y el títere moderno no apareció antes de la década de 1920.

A finales de la década de 1920 y en la década de 1930, había pocos titiriteros profesionales. Entre ellos se encontraban David y Violet Keogh en Toronto; y Muriel Heddle y [Rosalynde Osborne-Stearm] en Montreal. Todos mantenían una relación estrecha con Estados Unidos y a veces actuaban allí. Los títeres eran de hilos y, a veces, de guante. En las décadas de 1930 y 1940, los títeres comenzaron a desarrollarse en Montreal, después del paso, en 1933, de Vittorio Podrecca y de su teatro dei [Piccoli]. Poco después de que terminara la Segunda Guerra Mundial, Hal y Renee Marquette, de Toronto, mostraban sus marionetas de hilos y sus sombras en la televisión y, en Quebec, [Micheline Legendre] creó su propio teatro, las Marionnettes de Montréal, en 1948.

Las instituciones

En la década de 1950, las artes escénicas y visuales comenzaron a tener un papel decisivo en la definición de la identidad canadiense. El Canada Council for the Arts, los consejos provinciales que dependían de él y la televisión contribuyeron en este sentido. Venidos de Gran Bretaña en 1950, George y Elizabeth Merten hicieron que el uso de títeres en el ámbito escolar se desarrollara completamente. En particular, George Merten (1914-1981, uno de los tres canadienses nombrados para la presidencia de los Puppeteers of America) elaboró un programa para el ministerio de Educación de Ontario que se empleó durante casi veinte años y que movilizó a miles y miles de adultos en más de cien comunidades territoriales de la provincia.

Las actividades de Merten derivaron en la fundación de la Ontario Puppetry Association (OPA) en 1957. Su sede en Toronto acogía muchas actividades (espectáculos, talleres a todos los niveles) y alojaba una colección de títeres canadienses y de otros lugares, hasta que las restricciones de presupuesto pusieron fin a todo aquello. La colección se donó al [Canadian Museum of Civilization] en Hull (Quebec). Sin embargo, la OPA sigue ligada a la causa del títere en Ontario.

Alrededor de 1954, la participación canadiense en los Puppeteers of America (asociación propia de Estados Unidos, fundada en 1937) era muy alta. El festival nacional de los Puppeteers of America tuvo lugar en Waterloo en 1967 y en Vancouver en 1986. [Luman Coad], [Ronnie Burkett] y los [Puppetmongers Powell] fueron galardonados con un premio del presidente de los Puppeteers of America.

La Unima-Canadá, fundada en 1969 en Toronto, fue un centro activo hasta principios de la década de 1980. La AQM (Asociación quebequense de titiriteros), fundada en 1981, se convirtió en 1986, en el centro oficial de la Unima -Canadá; este centro organiza talleres, conferencias, y publica un boletín, La Marionnette en manchette (El títere en los titulares).

En las décadas de 1950 y 1960, el títere evolucionó hacia una variedad y calidad mayores. Ken MacKay (véase la bibliografía) participó en este movimiento. Contribuyó a crear la Ontario Puppetry Association, estuvo al frente de la oficina del Comité ejecutivo de Unima y fue durante dos años presidente de los Puppeteers of America. Nancy Cole (1936-1996), titiritera profesional de Ontario, comenzó a trabajar con la terapia en la década de 1980 y sus experiencias se reunieron en su libro Lend Them a Hand – Therapeutic Puppetry (Tiéndeles la mano – Títere terapéutico, 1993). Un quebequense, [Felix Mirbt], integró a títeres en espectáculos teatrales en inglés  durante muchos años. Por último, [Pierre Régimbald] y Nicole Lapointe formaron en 1964 una compañía que utilizaba títeres de guante y de varillas.

Además de los canadienses, también han participado en la evolución titiriteros de Gran Bretaña, Francia, Alemania, Países Bajos, Japón, Checoslovaquia, Hungría, Australia, Rusia y Estados Unidos. Desde 1966, Vancouver es la sede de los [Coad Canada Puppets] (Arlyn Coad es británica y Luman Coad es originario de Estados Unidos), reconocidos internacionalmente por la calidad de sus espectáculos empleando marionetas de hilos o de guante y de varillas. En 1968, Dora y Leo Velleman crearon su propia compañía, los Canadian Puppet Festivals y en 1972 participaron, además de en el de los Coad, en el festival de Charleville-Mézières.

Televisión y títeres

La búsqueda de la calidad, la creatividad y el apoyo manifestados por los estudios de Toronto y de Montreal ha servido de trampolín a muchos titiriteros. John Conway fue, en 1952, el primer titiritero de la cadena CBC (Canadian Broadcasting Corporation). John y Linda Keogh, originarios de una familia de titiriteros y padres de Nina Keogh, que siguió la tradición, también son pioneros del títere en la televisión. Las emisiones en francés comenzaron en 1952. Desde 1957 a 1985 el personaje Bobinette hizo las delicias de los espectadores, convirtiéndose en una figura patrimonial.  En 1977 debutó en televisión el famoso programa culto, Passe-partout, que permaneció diez años y fue muy redifundido. Sus títeres fueron concebidos por Pierre Régimbald y Nicole Lapointe.

La importancia internacional del títere canadiense televisado aparece claramente en los intercambios con el país vecino: Dora y Leo Velleman, presentes en CBC desde 1953, trabajaron durante una temporada en Estados Unidos antes de volver a la televisión canadiense en 1962. The Friendly Giant (El gigante amable) debutó en Estados Unidos antes de convertirse en todo un éxito en Canadá. El espectáculo, que en Estados Unidos se convertiría en Mister Rogers’ Neighborhood (El barrio del señor Rogers), ya se había estrenado en Canadá en 1962. Judith Lawrence (australiana) y Ernie Coombs (1927-2001, estadounidense) crearon Mr. Dressup (Señor Seviste) en 1964. La canadiense Nancy Cole es conocida por sus espectáculos y sus programas de televisión tanto al norte como al sur de la frontera. Nikki y Robert Tilroe (del Frog Print Theatre) actuaron durante quince años en Toronto (teatro y televisión) antes de volverse a Estados Unidos. A partir de 1970, [Noreen Young] participó en más de cien programas de televisión, entre ellos Under the Umbrella Tree (Bajo el magnolio, 1986-1993). En 1968, la calidad y el menor coste de las producciones canadienses atrajeron a [Jim Henson] a Toronto, donde se produjo el primer espectáculo fuera de serie de los Muppets. Ante el éxito del americano Sesame Street (Barrio Sésamo), se produjo en 1988 una versión canadiense, titulada Sesame Park. También en Toronto se desarrolló la producción de otro éxito de Jim Henson, Fraggle Rock (1983-1986). Robert Mills trabajó con los Muppets y fundó los Radical Sheep Productions, que produjeron Big Comfy Couch (Gran sofá cómodo, 1993), visto por niños de todo el mundo; y también, en este caso, para adultos, Puppets who kill (Títeres que matan, 2002) de John Pattinson y Steve Westren, antiguos colaboradores de  Jim Henson. Por último, los nombres de Fred Stinson, Ron Stefaniuk y Frank Meschkuleit son inseparables del títere canadiense televisado.

La década de 1970

En la década de 1970, el arte del títere estalló literalmente. El Estado apoyó dicho arte considerablemente y, en unos años, se crearon muchas compañías de importancia internacional: en Nueva Escocia, el [Mermaid Theatre] (1972), que presenta espectáculos imaginativos que incluyen máscaras y muchos estilos de títeres; el [Lampoon Puppettheatre] (1972) aseguraba la presencia de Canadá en más de sesenta festivales de veinticinco países; en Toronto, los [Famous People Players] de Diane Dupuy (1974) utilizaron títeres de tamaño natural y objetos fluorescentes con luz negra e hicieron una gira por Norteamérica y por Asia; David y Ann Powell, los Puppetmongers (1974), introdujeron la manipulación sobre mesa a vista llamada “bunraku-style” y el teatro de objetos en sus espectáculos; en 1996, abrieron una escuela de títeres que ofertaba cursos de formación de corta duración para adultos. Desde 1975 hasta su jubilación en 1982, Dora y Leo Velleman dirigieron el Leading Wind, teatro de Chester (Nueva Escocia). Chris Hurley fundó el Manitoba Puppet Theatre en 1975. Por último, el Rag and Bone Theatre de John Nolan y Kathy MacLellan (marido y mujer) entró en actividad en Ottawa en 1978; el mismo año, las David Smith Marionettes, con sede en Kingston (Ontario), empezaron a entretener al público joven.

El títere quebequense

La explosión de la década de 1970 también tuvo su repercusión en Quebec, debido al gran número de titiriteros y de compañías con un nivel elevado y dotados de una fuerte personalidad que fueron capaces de conseguir el apoyo de las instituciones culturales y de los servicios gubernamentales. Lo que explica que un gran número de estas compañías hayan sobrevivido hasta hoy en día. El [Théâtre Sans Fil] (Teatro sin hilos), fundado en 1973, utilizaba títeres gigantes e imponentes dispositivos escénicos y consiguió una envidiable reputación a escala nacional e internacional. El teatro del [Œil] (Ojo), fundado en 1973, supo cautivar al público joven y a la crítica con temas sutiles tratados con un gran ingenio técnico y escenográfico. Josée Campanale comenzó a trabajar en 1974 para el Grand Théâtre de Québec donde las cualidades plásticas e intelectuales de su escenografía se hicieron notar; en 1993 fundó el teatro de [Arena]. El [Théâtre de la Dame de cœur] (Teatro de la dama de corazones), fundado en 1975 por Richard Blackburn, utilizaba títeres más grandes que los de tamaño natural e interpretaba impresionantes espectáculos al aire libre.

Michel Fréchette empezó a enseñar el arte del títere en la UQAM (Universidad de Quebec en Montreal) alrededor de mediados de la década de 1970 en el momento en que fundó el teatro del [Avant-Pays], que explora las relaciones entre títere y titiritero. Claire Voisard que recibió su formación en la universidad de Praga (República Checa), representaba historias de todo el mundo mediante imágenes en el teatro [Illusion] (fundado en 1979). La compañía Les Amis de Chiffon, fundada en 1974, actuaba para los habitantes de los pueblos de la provincia, lejos de las grandes aglomeraciones.

A finales de la década de 1970 y a principios de la década de 1980 se formaron otras compañías: Les Trois Petits Tours, Théâtre de la rue, La Bastingalle, Centro popular del títere en Saguenay y Le Théâtre Mille Tours. Después, con el oscurecimiento de las condiciones económicas, las compañías de reciente creación — Les Marionnettes du bout du monde, Claire et René, Le Matou noir, Gestes, Magda Harmignies, Théâtre Biscuit, Théâtre de Zef — no cuentan con más de una o dos personas.

A partir de 1990, una feria internacional acoge cada dos años durante diez días, en Saguenay, grandes compañías de todo el mundo. En la década de 1990, algunos titiriteros salieron de las grandes compañías para formar su propio grupo: Jacques Boutin, Marcelle Hudon y Motus destacan entre ellos. Una nueva generación de actores y de titiriteros reunió sus fuerzas para crear nuevos grupos orientados a los espectáculos para adultos: Pupulus Mordicus, el Théâtre du Sous-marin jaune (Teatro del submarino amarillo) y el Théâtre Incliné (Teatro inclinado). Por último, muchas compañías nuevas,  con talento y agresivas, se han dado a conocer fuera de Quebec: Soma, Kobol Marionettes y Les Sages fous, por ejemplo.

El estado de la profesión

A lo largo y ancho de Canadá, el reflujo de las subvenciones asignadas al teatro de títeres obligó a los titiriteros a inventar estrategias para la supervivencia. Así fue como se creó un festival de teatro para niños en Vancouver, en 1977, y aparecieron otros casos parecidos en otros lugares de Canadá para sacar a la luz el trabajo de los mejores artistas. En 1982, El Edmonton Fringe Festival (Festival marginal de Edmonton, Alberta) permitió por primera vez que jóvenes artistas “experimentales” representaran sus espectáculos.

[Ronnie Burkett], antes de instalarse en Toronto, debutó en el Alberta delante de públicos adultos con unos solos, impertinentes, a veces escabrosos, de su Ronnie Burkett Theatre of Marionettes, fundado en 1986.

Sin embargo, incluso en medio de dificultades financieras, las compañías más asentadas continuaron con su trabajo y se crearon otras nuevas. Representaban sus obras en salas de espectáculos, en escuelas, en bibliotecas y en salas polivalentes.

Las compañías canadienses profesionales a tiempo completo son muy pocas y la mayoría de las veces no cuentan con más de una o dos personas y con refuerzos ocasionales para espectáculos más complejos. El titiritero es casi siempre el decorador, el montador, el productor y el ejecutor al mismo tiempo.

Hoy en día, los Maritime Marionettes recorren Nueva Escocia con sus espectáculos animados. Wendy Passmore se mueve en Calgary. El [Bread and Puppet Theater] ha creado una escuela en Canadá y muchas compañías han retomado el principio de los títeres gigantes, como el Shadowland Theatre de Ann Barber y de Brad Harley, desde 1983 en Toronto, o como el Clay and Paper Theatre de David Anderson, que actúa en los parques desde 1994. El Jumblies Theatre de Ruth Howard centra sus representaciones en la participación del público desde 1998. Entre las compañías prometedoras, hay que mencionar a Eric Wolfe y su Eldritch Theatre de Toronto y el Old Trout Puppet Workshop de Calgary. El títere canadiense se mantiene gracias a algunas personalidades, profesionales, amateurs y simpatizantes. Sus esfuerzos no conducen tan solo a que un arte ancestral continúe con vida: gracias a ellos los títeres son cada vez más aceptados como un arte del teatro en su totalidad.

Bibliografía

  • Canadian Theatre Review (Revista de teatro canadiense), no 95, verano de 1998, University of Toronto Press.
  • Fréchette, Michel, “La Marionnette au Québec: histoire et réalité” (El títere en Quebec: historia y realidad), Jeu Montréal, no 51, junio de 1982.
  • Legendre, Micheline, Marionnettes, art et tradition (Títeres, arte y tradición), Montréal, Leméac, 1986.
  • McKay, Kenneth B., Puppetry in Canada (Títeres en Canadá), Ontario Puppetry Association, 1980.
  • McPharlin, Paul, Puppet Theatre in America (Teatro de títeres en América), ed. aumentada por Batchelder McPharlin Marjorie, Boston, Plays Inc., 1969.
  • Powell, Ann, Professional Canadian Puppet Theatre Companies — A Partial Listing (Compañías profesionales de teatro de títeres canadienses  un listado parcial), autoedición, 1988.
  • Puppetry Journal (Diario de títeres), vol. 40, no 1, otoño de 1988, Puppeteers of America.