Titiriteros bolivianos. Clara Altamirano de González (Quito, Ecuador, 1937) debutó en el teatro a la edad de ocho años en Ecuador con dos grandes autores de origen español, Gonzalo Godelay y Margarita Ríos. Formó parte de su compañía teatral y trabajó allí muchos años, alternando este trabajo y el estudio de danza. En el transcurso de las giras internacionales conoció a Jaime Gonzáles Portal (La Paz, Bolivia, 1930-2010), pionero en el arte del títere en Bolivia. Se casaron y juntos crearon el teatro El Chasky que, con sus títeres y sus relatos, recorrió Europa y Sudamérica. Se instalaron durante mucho tiempo en España, donde trabajaron especialmente para la televisión e instalaron sus tinglados en Madrid, Barcelona y otras ciudades del país. En 1972, provistos de una experiencia muy rica, regresaron a Bolivia para ofrecer representaciones y cursos a jóvenes titiriteros.

En 1975, Clara y Jaime Gonzáles crearon el Taller Nacional de Muñecos y Objetos Animados, que tuvo una gran influencia sobre las nuevas generaciones de artistas. Clara dirigió durante mucho tiempo el Taller, mientras que Jaime se ocupó de la formación y dirigió el primer museo de Títeres de Bolivia.