Esculturas y títeres decorativos sagrados originarios del Tíbet. Si bien los títeres ya no son tan comunes como lo fueran en otro tiempo, todavía hay monjes en monasterios de toda Asia que mantienen ambas formas de arte tradicional. Las esculturas están fabricadas con manteca de yak o cabra mezclada con harina, delicadamente amasada, teñida y moldeada utilizando herramientas o los dedos, y con las manos humedecidos en agua fría. Los motivos más comunes son las flores, la fruta, los animales, las joyas, símbolos auspiciadores, bodhisattvas, protectores Dharma y sus divinas residencias. Se montan sobre cuadros a los que se denomina torma (gtor ma). Los torma especialmente populares son Las Siete Realezas (un cuadro de una reina, un ministro, un general, un caballo, un elefante, una rueda de la ley y una joya de la riqueza), Los Cuatro Amigos Armoniosos (un elefante, un mono, un conejo y un pájaro) y las Cinco Ofrendas realizadas a los Cinco Sentidos.
La esculturas de manteca se realizan y muestran típicamente como parte de las celebraciones budistas del Nuevo Año en el Himalaya, conocidas como Losar. Se presentan por la noche del decimoquinto día del primer mes lunar tibetano, que se celebra con el festival de Lámparas de Manteca denominado Cho-nga Chopa (chos lnga mchod pa u Ofrenda del Decimoquinto Día). Este festival se celebra el último día del Gran Festival de Oración denominado Monlam Chenmo (smon lam chen mo), que conmemora la victoria de Buda sobre los falsos maestros e incluye bailes de máscaras budistas denominados ’cham. La exhibición de esculturas de manteca suele ir acompañada de percusión de platillos y otros instrumentos. Se dice que la luz titilante de las lámparas de manteca otorga cierta animación a las figuras fijas. También se ha visto que ocasionalmente se montan las cabezas de animales del torma sobre resortes para añadir un efecto de vitalidad.
Además de las crónicas históricas y contemporáneas tibetanas, en 1846, Régis Évariste Huc (Évariste Régis Huc), misionero francés, describió una celebración en el monasterio de Kumbum que incluía esculturas de manteca. Además, en 1938 el etnógrafo alemán Ernst Schäfer describió el amplio uso de las mismas. En sus crónicas, Schäfer menciona una respresentación, “El Oráculo”, que incluía figurines modelados de monjes y otros personajes. A pesar de su pequeño tamaño (alrededor de 30 centímetros), Schäfer destacó que algunos estaban articulados como títeres, con cuerdas que les permitían gesticular. Al parecer, los manipuladores se colocaban debajo del proscenio, escondidos tras una pantalla. Tanto los “titiriteros” como los artesanos eran monjes. Según la académica rusa Inna Solomonik, los espectáculos de títeres de manteca se representaban una vez al año ante los templos, tras lo cual se destruían los títeres. Las figuras se fundían y la manteca resultante se cree que se podía utilizar para curar. Solomonik ve analogías entre el uso sagrado de esculturas de mantequilla y las escenas de la Nacimientos en Europa, así como en el szopka polaco, el vertep ucraniano o el betleïka bielorruso.
Jamyang Norbu diserta sobre su asistencia al festival Cho-nga Chopa (parte del Monlam Chenmo o Gran Festival de la Oración) a principios de los años 70 del siglo XX, en Dharamsala, India. Las esculturas de mantequilla confeccionadas por el Alto Colegio Tántrico, Gyutö (rgyud stod), eran una de las principales atracciones del festival. No obstante, también describe una representación a la que se refiere como sangtak (sang thag) o teatro de “cuerda secreta”, representada por el Bajo Colegio Tántrico en Lhasa, conocido como Gyumé (rgyud smad). Norbu apunta que, a pesar de su propósito votivo como ofrenda (una “Ofrenda del Decimoquinto”), la presentación fue “muy entretenida” y utilizó diversas técnicas para sus efectos. El pequeño proscenio estaba ilumninado por una bombilla eléctrica (en el antiguo Tíbet hubieran sido lámparas de manteca). No había una verdadera trama o línea argumental, sino que la representación, tal y como la describe Norbu, “consistía en una serie de cuadros muy bien organizados. Un pequeño monje aparecía sobre el techo del monasterio y golpeaba un gong para despertar al monasterio. Una congregación de monjes se presentaba en el salón de reuniones. Esto se hacía con una fila de figuras con resortes ocultos que se mecían hacia adelante y hacia atrás de una manera convincente. Un oráculo entraba en trance y golpeaba a su secretario con un palo –y así sucesivamente. Al final del espectáculo las cortinas se cerraban y los niños gritaban “cheonga choepa lao sangthag chik thenroknang”: “Oh, ofrenda del decimoquinto, por favor, tira de un hilo secreto”, hasta que empezaba otro espectáculo.
Si bien Norbu no dice eso, un monje del Bajo Colegio Tántrico Gyumé Lower confirmó recientemente (2013) que las figuras sangtak no están hechas de manteca, sino de tejido con cabezas de papel maché. Los monjes del Colegio las conservan y las sacan para las representaciones anuales.
Bibliografía
- Huc, Régis Évariste. Souvenir d’un voyage dans la Tartarie, le Thibet et la Chine pendant les années 1844, 1845 et 1846 [Memorias de viaje en Tartaria, Tibet, y China durante los años 1844, 1845, y1846]. Vol. II. Paris, 1850.
- Norbu, Jamyang. “The Happy Light Bioscope Theatre & Other Stories (Part I).” Phayul Online. http://www.phayul.com/News/Article.Aspx?Id=26605&T=1. 12 Feb. 2010. Accessed 28 July 2012.
- Schäfer, Ernst. Fest der weissen Schleie [Fiesta del velo blanco]. Munich, 1954.
- Solomonik, Inna Naoumovna. “Tibetskii teatr maslyannyh kukol” [Teatro tibetano de muñecos de mantequilla]. Sovetskaya Etnografia [Etnografía soviética]. No. 4, 1991
- Solomonik, Inna Naoumovna. “Tibetskii teatr maslyannyh kukol” [Teatro tibetano de muñecos de mantequilla]. En Traditsionnyi teatr kukol Vostoka: Osnovnye vidy teatra ob’omnyh form [Teatro de títeres tradicional de Oriente…]. Moscow: Nauka, 1992, pp. 208-220.