La historia de la familia Delemarre se extiende durante dos generaciones, en un contexto histórico agitado que va desde la monarquía de Julio a la Tercera República. Inválido de un brazo de nacimiento, Pierre Luis Joseph, llamado Prosper Delemarre (Valenciennes, 1810- Givors, 1881), debió aprender a hacerlo todo con los pies. Así, se encontró muy joven siendo exhibido en el teatro Comte de Angers donde su padre (antiguo sargento mayor de la Revolución) tocaba la corneta de pistones. De adulto, recorrió en una carreta los caminos de la Francia central y continuó con su ‘solo’ (titulado Pie de Obra) que completó con sainetes de títeres. A partir de 1858,  se convirtió exclusivamente en titiritero y, a pesar de su discapacidad, asumió él solo la escritura de obras, así como la fabricación de títeres de vara a la cabeza y decorados en telas pintadas. Surcando en caravana el centro de Francia, dio generalmente sus representaciones en patios de posadas y elaboró progresivamente un repertorio en el que destacaban las escenas de capa y espada. Algunos años antes de su muerte, la empresa familiar fue retomada por sus hijos Jules (1854-1930) y Henri (1858-1938), quienes en 1878, fundaron el Teatro de los Hermanos Delemarre. Los dos sucesores dieron una nueva forma a su praxis, optando por un teatro desmontable, concebido por Jules Delemarre, que facilitaba las giras. También abandonaron los títeres de vara a la cabeza por títeres de hilos extremadamente elaborados, entre ellos algunos  que permitían producir efectos realistas. A partir de 1883, los Hermanos Delemarre actuaron en pequeñas escenas a la vista y redujeron progresivamente la parte reservada a los títeres. Algunos años más tarde, en 1890, las apartaron definitivamente para dar a luz a una compañía de comediantes ambulantes.