Fue un dramaturgo noruego. De niño, Henril Ibsen jugó mucho con títeres pero no sabemos de qué tipo. Según su hermana Hedvig, sacó provecho de clases privadas de dibujo y de pintura para crear personajes y decorados que integraba en situaciones teatrales. Sus primeras realizaciones como director y escenógrafo en el Norske Teater de Bergen (1851-1857) mostraban la influencia de sus primeras experiencias con el teatro en miniatura.

Según una mujer que le conoció, Ibsen manejaba también títeres y no faltan testimonios que dan fe de que representaba algunas obras en la granja familiar, cerca de Skien. Los niños del vecindario venían a asistir al espectáculo de las aventuras de la bella Isabela raptada por un Moro y salvada por el caballero Fernando.

Parece que Ibsen heredó de su madre el gusto por los títeres. Ella daba espectáculos cuando la familia tenía invitados. Cuando Ibsen, en una escena de Byggmester Solness (Solness el constructor, 1892) describe a Aline Solness llorando por las “nueve bonitas muñecas” destruidas por el fuego, algunos interpretan que es una alusión a su madre, incapaz de dejar sus juegos infantiles. Sin embargo, disfrutaba de los espectáculos de Kasperl en las calles de Copenhague, en Dinamarca.

En Noruega son bien conocidas las adaptaciones para títeres de las obras de Ibsen. La compañía de títeres del Riksteatret representó Peer Gynt en 1978, y en 1997 el mismo teatro ofreció una nueva versión de la misma obra. El conjunto independiente Teater Fusentast lo representó también en el estilo de Pulchinela en 1992. El Oslo Nye Dukketeater mostró una versión de Hedda Gabler en 1994.

Bibliografía

  • Helgesen Anne, Ibsen og figurteatret. Figurteatret og Ibsen, [Ibsen y el teatro de figuras. El tearo de figuras e Ibsen] Unima-Noruega, 2005.
  • Schjervig Ellen, Henrik Ibsens Dukketeater – fantasi og magi [El Teatro de títeres de Henrik Ibsen – imaginación y magia], Skien, Skien kommune, 1995.