Moldavia tiene una historia complicada. A lo largo de diferentes siglos el territorio ha sido unido a Rumanía, Hungría, al Imperio Astrohúngaro, Ucrania y Rusia, y la cultural nacional está impregnada de diferentes tradiciones culturales.

Aunque no hay documentos sobre los orígenes del teatro de títeres tradicional de Moldavia, todo indica que se desarrolló de manera parecida a la del país vecino, Rumanía. Los historiadores del teatro folclórico de Moldavia han establecido que en los siglos XVIII y XIX, en las fiestas y las actuaciones populares, siempre se llevaba máscara. Así, las representaciones de la natividad, típicas de los países eslavos y que responden a los nombres irozirol (El rey Herodes) o vikleim (Belén), eran muy apreciadas. Los espectáculos de títeres eran conocidos por el nombre papusharilo. Uno de esos personajes principales era probablemente Vasilache, tradicionalmente reconocido como el héroe del teatro popular rumano.

El nacimiento del teatro de títeres profesional de Moldavia remonta al siglo XIX, periodo en que Moldavia y Rumanía eran un solo estado. El primer teatro fue fundado en la ciudad de Iasi y el célebre poeta Costache Conachi (1777-1849) escribió algunas obras para su repertorio de dicho teatro.

En 1944, Moldavia se convirtió en una de las repúblicas federadas de la Unión Soviética, y al año siguiente, Licurici, un teatro de títeres conforme a los preceptos soviéticos (véase Rusia) abrió sus puertas en la capital Kichinev (hoy en día Chisinau). En la década de 1970, jóvenes graduados por la “escuela de Leningrado” se unieron a la compañía y llevaron consigo las teorías estéticas de su profesor, Mikhail Korolev, teorías opuestas a las de Obraztsov. Uno de estos jóvenes era Vladimir Kantor, un artista con talento que fue escenógrafo durante muchos años, y fue jefe de Licurici.

Tras la caída de la URSS (1991), se fundaron varias pequeñas compañías. Algunas eran privadas, pero la más conocida en el teatro municipal de Chisinau, Guguta, fundado en 1992 por Victor Staniuc, quien se convirtió en director artístico. El repertorio está compuesto principalmente por clásicos de la literatura y epopeyas moldavas adaptadas para niños.

El Licurici no recuperó su estatus como teatro principal de Moldavia. Después, en 1991, albergó dos compañías, una en moldavo y la otra en ruso. Con el tiempo, sirvió en la creación de la sección moldava de Unima.

Moldavia acoge dos festivales internacionales. El primero, Sub caciula lui Guguta (Bajo el sombrero de Guguta) se fundó en 1998 y tiene lugar dos veces al año en el teatro Guguta. El segundo, Gala, fundado en 1995, se celebra en Licurici cada cinco años.

En 2005, Unima-Moldavia fue dirigida por Titus Jucov, a su vez director de Licurici.

Bibliografía

  • Prilepov, D. Narodnie TIUZi i teatri kukol Moldavii (Los teatros populares de la juventud y los teatros de títeres en Moldavia), Chisinau, 1978 (en ruso).
  • Spataru, G. Istoricheskaya moldavskaya narodnaya drama (El teatro popular moldavo histórico), Chisinau, 1980 (en ruso).
  • Teatralnaya entsiklopedia (Enciclopedia del teatro) Vol. 3, Moscú, 1964, p.883 (en ruso).