La tradición de los títeres existe desde hace mucho en la República Democrática del Congo (anteriormente Zaire), pero, hasta la descolonización, nadie la ha considerado como tal. La búsqueda de las razones de este “no reconocimiento” nos lleva al hecho de que las manifestaciones teatrales tradicionales fueron enterradas  bajo las formas europeas de las artes del espectáculo, consideradas superiores en la época colonial.

En el teatro de títeres congoleño se distinguen dos corrientes principales: el tradicional y el moderno. El primero parece ser el menos conocido entre los congoleños, quizás porque estas representaciones solo se ofrecen en momentos muy precisos, por ejemplo, cuando el equilibrio de una persona o de la sociedad se rompe, o en rituales de iniciación. Sin embargo, en algunas provincias son cada vez más frecuentes las manifestaciones, como en el caso del festival de Gungu, en la región de Bandundu, donde no dudan en recalcar su valor e insisten en la dimensión de la actuación.

El teatro denominado moderno es en realidad el más conocido entre la población de Congo. Se diferencian dos orientaciones: el teatro de inspiración europea, al que contribuye la Cooperación francesa, y los espectáculos de títeres locales y profanos, interpretados en las calles de Kinshasa y otras ciudades del país y cuyos orígenes son aún inciertos.

Teatro de títeres tradicional

El teatro de títeres tradicional abarca a la vez danza, mimo y fragmentos de texto añadidor, a veces mediante música interpretada por una orquesta de percusión, y cantos. Sus orígenes son extremadamente antiguos. La actividad de los títeres se desarrolla a través de numerosas regiones de la República Democrática del  Congo. En el caso de los Pende de Bandundu, por ejemplo, ya están presentes en los mitos y son a menudo utilizados para educar a niños y adolescentes. En los ritos de iniciación, se ponen al descubierto en un lugar secreto y enseñan a los jóvenes el respeto por la naturaleza y el saber vivir. A estas criaturas, hechas de bambú, de manipulación frontal y fabricadas y animadas por los iniciados, se les llama masenda, mayogo  nansa. En la iniciación propiamente dicha, estos títeres  “secretos” se muestran ante los demás para  entrar en el pueblo donde los fines de semana o los días festivos son utilizados en representaciones que se llevan a cabo ante un auditorio compuesto por su gente y sus vecinos. Se puede observar que, desde la creación del festival de títeres de Gungu, el carácter místico de este arte se atenúa en favor de la estética pura, incluso si la fuerza del doble que actúa sobre el títere permanece.

A la vez que masenda, mayogo y nansa, se desarrollan las grandes máscaras-títeres habitables, los mbuya, cuyas funciones son varias: educativas, cómicas, rectificadoras de conciencia. Con la forma de un elefante de gran cabeza y ojos pequeños, la máscara-títere Ngiamba, rodeada de muchas prohibiciones de origen ancestral, es muy esperada por el público. El Tundu, jefe de las demás  máscaras-títeres, es el encargado de presentar cada baile. Por último, el Gilelesa, de cara negra y repleta de tatuajes, con hojas en las manos, es una especie de guiñol que divierte a las mujeres y perturba a todo el mundo. Sin la presencia del Tundu, ninguno de ellos puede bailar; así, los que tocan el tam-tam le llaman en primer lugar. Después, comienzan con el ritmo específico de la danza del Ngiamba, el majestuoso elefante que llega vestido con rafia tejida. En cambio, el Gilelesa entra en la escena  por gusto y, cuando se acerca al Tundu, se precipita sobre él riendo con insistencia y se gana de esta forma la simpatía de los espectadores. Este número acaba con la danza Mushebele, interpretada únicamente por el Tundu, que baila provisto de dos machetes. El público forma un círculo alrededor de éste y, mientras que algunos entonan el antiguo canto: “¡Oh! ¡Oh! ¡El sexo es rojo!”, los otros les responden: “¡El sexo es rojo!”. Los cantos terminan con “¡Os vais! Ah, hermanas mías, ¡os vais! Eh Mukonzo ha llorado, ¡maya eh!”.

Según la costumbre, tras la danza, los hombres riegan el espacio que ha servido de escenario. En el lugar concreto donde evolucionan las máscaras-títeres mbuya (animadas exclusivamente por hombres), las mujeres tienen el acceso denegado. Si éstas hicieran caso omiso de dicha prohibición, estarían obligadas a pagar a los hombres circuncisos una multa en forma de macho cabrío.

Teatro de títeres moderno

El primer intento de creación de una compañía de titiriteros moderna se remonta al año 1980, con ocasión de unas prácticas organizadas por el Instituto nacional de las artes de Kinshasa, en colaboración con el Centro cultural francés. Varias prácticas han sido creadas posteriormente, sobre todo con la colaboración de los titiriteros franceses Geneviève Vedrenne, Gisèle y Raymond Poirson, los titiriteros alemanes Pieter Klaassen y Bernard Kleybolt y el titiritero togolés Danaye Kanlanféï.

Estas actividades posibilitaron la creación de una compañía con vocación profesional, el Teatro de títeres de Congo o Themaco (anteriormente Themaz), y la realización, con la ayuda de títeres de gomaespuma, de un espectáculo titulado La Tortue punie pour cause de trahison (La tortuga castigada por su traición). Muchos titiriteros congoleños, como Mayese Mbizi, Malvine Velo Kapita, Tshingombe Kalombo y Tshamala Mufubela debutaron en el Themaz.

En 1992 se creó la compañía teatral La Rosée bajo la dirección de Mavese Mbizi. Ésta llevó a cabo una investigación sobre los materiales de fabricación de un típico teatro de títeres congoleño. Representaba obras para niños, interpretadas por niños. En uno de sus espectáculos sobre la delincuencia juvenil, los niños muestran la culpabilidad por parte de los padres que los abandonan.

Asimismo, es necesario mencionar las compañías y los titiriteros itinerantes. En ciudades como Kinshasa, Lubumbashi, Kisangani y Bukavu pueden encontrarse algunos teatros de calle. En Kinshasa, por ejemplo, el titiritero Kanga Lokaka animaba un pequeño teatro de autómatas sobre carreta que también actuó en lugares como Kalamu, Badal y en el gran mercado de Kinshasa. Sus títeres situados sobre plataformas superpuestas; se accionan con un mecanismo de poleas y cuerdas, manual al principio, eléctrico después. Cada nueva carreta se fabricaba a partir de materiales reutilizados. Fabricó cuatro en diez años. Sus personajes contaban historias sobre la actualidad política y social, incluido el sida.

Otros teatros itinerantes manipulan títeres que cantan y bailan. Sus repertorios son prácticamente los mismos: la salud y la enfermedad (sida), la familia, la libertad y la democracia. Los principales temas son los que tratan el día a día, con los espinosos problemas de la dote, el matrimonio, la delincuencia juvenil, el respeto por los mayores, la desnutrición, la alfabetización, etc. Paciencia Bonheur Fayulu del Espace Masolo Center, fundado en 2003, trabajó con niños soldados, niños de la calle, y otros procedentes de hogares rotos usando títeres como herramienta terapéutica, antes de solicitar asilo en Canadá. Compañías de este centro se mueven por el país y también a nivel internacional, por ejemplo La extraordinaria a aventuras de Oulala que Serge Amisi Mugo y Yaundé Mulamba, ex niños soldados, desarrollado con la ayuda de Hubert Mahela, se presentó en Berlín en 2010 como parte del evento Teatro de la Paz.

Materiales de fabricación y técnicas de animación

Los materiales que más se utilizan para la fabricación de un títere tradicional son la madera y las fibras vegetales. En el caso de los títeres modernos existen más posibilidades: no se emplea la madera exclusivamente, sino también la gomaespuma, la calabaza, las mondas de fruta y productos reciclados (alambre, utensilios de cocina usados, botes de conserva, plástico y caucho). En cuanto a las técnicas de animación, parece que todas son conocidas entre los congoleños, sobre todo el hilo, el guante, la varilla e incluso las sombras chinescas. Se realizaron esfuerzos para producir trabajos de televisión, como Bobo y Kipi en el Congo, una serie de televisión para niños, con títeres, animación y acción en vivo, realizada por una pareja canadiense en 2009.

Bibliografía

  • “Art contemporain africain [Arte contemporáneo africano]”. Revue noire. No. 21. June-July-August 1996.
  • Bobo and Kipi in the Congo [Bobo y Kipi en el Congo]. http://puppetvision.info/2011/02/bobo-and-kipi-in-the-congo.html#sthash.QEYB4m9H.dpuf.
  • Darkowska-Nidzgorski, Olenka, Théâtre populaire de marionnettes en Afrique sub-Saharienne [Teatro popular de títeres en el África subsahariana]. Series II. “Mémoires et monographies”. Vol. 60.  Bandundu: Centro de estudios etnológicos, 1980.
  • Malutama, Duma Ngo. “L’univers des objets animés et de la marionnette en Afrique subsaharienne” [El universo de los objetos animados y los títeres en el África subsahariana]. Diss. Louvain-la-Neuve: Université catholique de Louvain, 1987.
  • Martinez, Cesc, “Congo puppets and social work at Espace Masolo Center, in Kinshasa 2012 [Títeres del Congo y trabajo social en el Centro Espacio Masolo, en Kinshasa 2012]”. http://www.puppetring.com/2012/10/23/congo-puppets-and-social-work-at-espace-masolo-center-in-kinshasa/.
  • Schohn, Roland. “La marionnette du théâtre à la thérapie (Mémoire de Psychiatrie)” [El títere, del teatro a la terapia (Memoria de psiquiatría)]. Paris, 1979.