Teatro de títeres italiano fundado por Maurizio Bercini, Letizia Quintavalla y Otello Sarzi en 1976 en Reggio nell’Emilia.

El Teatro delle Briciole apareció en una región que había conservado la tradición secular del teatro de animación. Naturalmente, a finales del siglo XX la relación entre los títeres y sus técnicas ya no tenían mucho que ver con el viejo mundo de los titiriteros emilianos. Los personajes característicos del tejido popular y dialectal de la región habían desaparecido; por el contrario, estaba surgiendo la conciencia, compartida por otras grandes compañías de la época, de que los títeres (de guante o de hilo indistintamente) podían cumplir la exigencia teatral de representar y representarse.

Al principio del Teatro delle Briciole había la necesidad de mantener, al mismo tiempo que se hacía el teatro, una especie de alejamiento del actor en relación al objeto, una distancia que le hiciera reconocible para el público precisamente como actor.

Esto es lo que sucede desde el primer espectáculo, Le Petit Prince (El principito), de Antoine de Saint-Exupéry y después en Nemo, en 1979, contemporáneo del traslado de la compañía de Reggio, en la Emilia, a Parma; y especialmente el pase al tema “pequeño-grande”, con la presencia en el escenario del actor con su cuerpo y voz. El uso de objetos muy pequeños, el “microteatro”, engendró una nueva relación entre el actor y el objeto, pero también entre el público y el espacio teatral; ya que los espacios se reducían y los actores, los objetos y los espectadores eran uno. Cuando el espacio donde los actores actúan se hizo circular, esta relación simbiótica se hizo aún más intensa y absorbente. Los espectáculos Genesi (Génesis, de la Biblia), Kamillo Kromo (de los dibujos de Altan) y L’accalappiatopi (El cazador de ratas, inspirado en la obra de Marina Tsvetaïeva) continuaron con esta búsqueda de un distanciamiento cada vez mayor del actor, así como una implicación creciente del público.

De este modo, en la década de 1990 llegamos a un proyecto complejo, el Progetto Odissea, que dio origen a los grandes espectáculos, con la colaboración de otros teatros como el Théâtre Massalia de Marsella. Polifemo (Polifemo), comenzó en el Teatro Regio de Parma con la participación de cuarenta niños de siete a catorce años.

Después llegó un estudio y casi una vivisección de Pinocchio (Pinocho), con la creación de un espectáculo y un proyecto (La materia e il suo doppio La materia y su doble) que se convirtió en el área de investigación clave para los autores de Briciole.

Los premios que ha ganado el Teatro delle Briciole son numerosos y prestigiosos, mientras que la compañía continúa su actividad en el Teatro Al Parco, de Parma.