Teatro de títeres polaco fundado en Cracovia en 1945 por Zofia y Władysław Jarema.

A pesar del éxito de su primera obra, Cyrk Tarabumba (El circo Tarabumba), el teatro, debido a dificultades financieras, tuvo que suspender sus actividades. Los Jarema aceptaron entonces, que Henryk Pyl tomase las riendas de lo que fue llamado Groteska II en 1946-1948, compartiendo escenario con la troupe de los Niebieskie Migdały (Castillos en el aire) dirigido por Janina Kilian-Stanisławska (véase Lalka). En 1948, los Jarema retomaron la dirección del teatro, y Zofia lo dirigió ella sola entre 1949 y 1975. Groteska entró en la leyenda del arte polaco de títeres desde sus primeros años de existencia.

Nacionalizado en 1950, Groteska tuvo desde el comienzo una reputación de teatro de pintores. Kazimierz Mikulski, Lidia Minticz, y Jerzy Skarżyński impusieron un estilo a los títeres, y después a las máscaras, un poco irreales, surrealistas. Los espectáculos para adultos aparecieron en la década de 1950 (Igraszki z Diabłem Jugando con el diablo, de Jan Drda, 1955). Introduciendo, de esta manera, la experimentación artística en el arte del títere polaco y habiendo mostrado el camino a seguir a otras compañías, Groteska evitó los escollos del realismo socialista. Descubrió la obra poética de Konstanty Ildefons Gałczyński – Gdyby Adam był Polakiem (Si Adán hubiera sido polaco) y Babcia i wnuczek (La abuela y su nieto) en 1955, Orfeusz w piekle (Orfeo a los infiernos) en 1956 –, lo que orientó al títere polaco en dos direcciones: el teatro de arte y un teatro de alusión. Representó obras contemporáneas, a veces de vanguardia, de Sławomir Mrożek, Tadeusz Różewicz, Andrzej Bursa, pero también de Alfred Jarry, Federico García Lorca, Michel de Ghelderode y Bertolt Brecht. Los años 1975-1990 fueron marcados por la dirección de Freda Leniewicz, fiel al teatro de máscaras. Jan Polewka, artista plástico y decorador, se hizo con la dirección del teatro de 1990 a 1998. Le dio la supremacía a lo visual, y destacan sobre todo, Słońce zachodzi (El sol se pone, decorado de Joanna Braun, 1991) y, del mismo Polewka, Miromagia (1993). Desde 1998, el director Adolf Weltschek se encuentra a la cabeza de Groteska.