Titiritera rumana. Aneta Forna-Chistu trabajó en el Teatro de títeres de Constanza a partir de 1956, donde jugó un papel importante en varias obras: El niño de las estrellas (dirección de Geo Berechet, 1970), Călina el príncipe encantador (dirección de Silviu Purcărete, 1978), El rey ciervo, La lección de vuelo de la pequeña grulla (dirección de Cristian Pepino, 1980), Roxy y el viejo león (idem, 1980), El principito (dirección de Andrei Belgrader, 1973).

Aneta Forna-Christu utiliza la técnica del wayang, y es reconocida por su destreza y sus cualidades vocales. Ha recibido numerosos premios, entre ellos, el de la ATM (Asociación del Teatro y de la Música) por su carrera profesional en 1986.