Personaje italiano de la commedia dell’arte caracterizado primero como el primer Zanni y como títere desde el siglo XVIII.
Como Arlequín, Brighella es de Bergamo, pero él es más astuto y más prudente que su compañero, aunque a menudo sus papeles pueden invertirse durante la obra. Lo que es característico de Brighella es el don para la música, toca instrumentos de cuerda con los que siempre es representado. Lleva un traje blanco, ancho y un poco deforme como el del resto de los Zanni; además de las redecillas verdes que se acentúan aún más, hasta la adopción de un abrigo verde y blanco, los colores característicos de Brighella y los Zanni que se le parecen, entre los cuales el más famoso es Scapin. Su máscara es burlona y cínica, de un color lívido, con los ojos que miran de reojo y una nariz pronunciada, como sus labios. El origen de su nombre, polémico, quizá provenga de briga, “intriga”, “pelea”.
La aparición de Brighella en los escenarios fue bastante tardía en comparación con la de los otros Zanni. Su nombre fue mencionado por primera vez en 1603 en un contexto no-teatral, y luego el personaje se estableció como primer Zanni, del mismo modo que Arlequín, Pantalón y el Doctor; su éxito fue creciente y culminó en el siglo XVIII, cuando Carlo Goldoni lo transformó, en numerosas comedias, en un siervo prudente y responsable a cuyas capacidades musicales se le dieron importancia.
En el teatro de títeres, de guante o de hilos, Brighella tuvo un lugar, aunque sea muy difícil establecer su presencia históricamente. Aparece en un manuscrito de la Biblioteca Nazionale Braidense de Milán, L’Elogio di Romanino (Elogio de Romanino), que menciona Giovanni Bertelli, conocido como Romanino (hacia 1700-1783), hijo adoptivo de Massimo Bertelli, también llamado el Romanino, a quien Francesco Saverio Quadrio alaba en Della storia e della ragione d’ogni poesia (1744). En este manuscrito se evocan los escenarios de Bertelli, incluyendo un Brighella chincagliere (quincallero). El Bethnal Green Museum de Londres conserva, entre otros títeres del siglo XVIII, un Brighella.
En los once años que trascurren de 1848 a 1859, Brighella aparece en Milán, en el escenario del titiritero Lampugnani, que hacía sátira política. En Verona (1840) el titiritero Giovanni Valletto practicó la sátira de la dominación austríaca, y terminó en la cárcel tras una escena en la que Brighella y Arlequín se burlaban del gobierno austriaco.
Gioppino, el personaje bergamasco inventado por Battaglia a principios del siglo XIX, estuvo acompañado, entre otras figuras, por Brighella. Y en un manuscrito de Emilia, Il Passatore, el famoso bandido del siglo XIX, era rodeado por soldados austriacos, junto con otros tunantes, y también Pantalon y Brighella.
En el siglo XX encontramos pocas apariciones de Brighella, a excepción de los repertorios de Francesco Campogalliani e Italo Ferrari. Cesare Maletti (1926-1992), del linaje de Egidio Maletti, escribió una comedia medio en serio medio en broma donde Brighella representa a un jinete.
Bibliografía
- Burattini e Marionette in Italia dal Cinquecento ai nostri giorni, catalogo de exposición, Biblioteca di storia moderna e contemporanea, Rome, 1980.
- Duchartre Pierre-Louis, La Commedia dell’arte et ses enfants, Paris, Librairie théâtrale, 1955, p. 95-97.
- Duchartre, Pierre-Louis, The Italian Comedy. New York: Dover Publications, 1966.
- Enciclopedia dello spettacolo. Rome, 1975.
- McCormick, John, with Alfonso Cipolla and Alessandro Napoli. The Italian Puppet Theater – A History. Jefferson (NC): McFarland & Co., 2010. (Ver capítulo sobre títeres y Commedia dell’Arte.)
- Nicoll, Allardyce, The World of Harlequin, Cambridge, 1963.