Titiritero y empresario del espectáculo francés. El recorrido de este hijo de un titiritero es representativo del movimiento que conduce, en el siglo XVIII, a muchos saltimbanquis desde las ferias parisinas a los primeros teatros de los bulevares. El padre de Jean-Baptiste, Guillaume Nicolet, desde 1742, dirigió un grupo de titiriteros, el Théâtre des Comédiens de bois (Teatro de Comediantes de Madera), en ese lugar de jurisdicción de las órdenes religiosas que eran las zonas francas de las ferias de Saint-Germain (cerca de Saint-Germain-des-Prés) a finales de invierno y de la feria de Saint-Laurent (cerca de la actual Gare du Nord) durante el verano.

Jean Baptiste, como su hermano, aprendió un oficio mediante vías atípicas y se ganó un renombre no sin una lucha salvaje con la competencia – los jefes de las troupes no dudaban en llegar a las manos o en amenazarse con armas. En 1760, ayudado por el éxito, compró el pequeño teatro de un antiguo colega en el bulevar del Temple. Allí, asoció acróbatas, malabaristas, actores y domadores a los espectáculos de títeres. Su mono era tan famoso como el Fagotin de Brioché. En 1766, Nicolet se casó con Anne-Antoinette Desmoulins,  antigua titiritera de Nicolás Bienfait II, convertida en una actriz muy apreciada por el público de Jean-Baptiste. En 1772, los acróbatas de Nicolet actuaron ante Louis XV en Choisy y el monarca otorgó a la tropa el título de Grands-Danseurs du roi (Grandes bailarines del rey) y ésta la tomó por nombre. Pero hasta la Revolución y la supresión de los privilegios, a pesar de sus súplicas, Jean-Baptiste Nicolet no obtuvo la autorización de unificar sus diferentes actividades. En 1792, dejó de presentar espectáculos de actores en el teatro de la Gaîté, nuevo nombre del teatro de los Grandes Bailarines del Rey. Lo administró con su mujer hasta 1795, cuando cedieron su explotación a un antiguo actor de su grupo, François Ribié. Cada día, Nicolet preparaba alguna nueva sorpresa para el público, de ahí el proverbio: ‘Cada vez más fuerte, como en casa de Nicolet’.