Marionetas de hilo del Manipur, en el extremo Este de India, hacia Birmania. Son títeres con carácter religioso cuya forma evoca la gracia de las esculturas de templos. En el Manipur, los habitantes, devotos de Vishnu, tienen ritos de culto a su dios desde el siglo XVII, en parte a través de los títeres considerados como figuras divinas. Estos títeres habrían cogido su forma actual en el siglo XIX. Los rasleela, dramatizaciones del nacimiento y de la infancia del dios Krishna, constituyen el centro de los espectáculos dados al aire libre durante las fiestas religiosas. Formas demoniacas, representadas por grandes máscaras-trajes de tamaño humano, se mezclan con los títeres manipulados desde una plataforma montada a dos o tres metros de altura. Una tela negra baja desde el nivel de la plataforma hasta el suelo. Los títeres suspendidos con hilos negros que desaparecen con el fondo oscuro, apenas tocan el suelo. El público sentado en el suelo no ve a los titiriteros escondidos por otra tela negra puesta encima de la plataforma. Para ellos, la altura y la falta de visibilidad sobre los títeres convierten la manipulación en un ejercicio difícil, lo que les obliga a usar su intuición.