Níger (oficialmente República de Niger) se distingue por la existencia de un destacado teatro tradicional de títeres hausa (presente también en Nigeria entre los kanuri). Este teatro se llama diyan dabo (“niños de magia”) y el titiritero maï dabo (“maestro de magia”).

El teatro hausa

El primer testimonio escrito, en francés, sobre este teatro se remonta a abril de 1899. Titulado “Guignol touareg” (“Guiñol tuareg”), está contado por Fernand Foureau, jefe de la misión sahariana francesa Foureau-Lamy. Se menciona también en la narración de la expedición Citroën Centre-Afrique Expedition, La Croisière Noire (El Crucero Negro), en 1923, y también en un artículo de Henri Labouret y Moussa Travélé en 1928. Jacques Chesnais atestigua la continuidad de este teatro satírico hausa (espectáculo visto en Zinder) en 1965, del mismo modo que Olenka y Denis Nidzgorski en 1992.

En 1991, el Instituto Internacional de la Marioneta, en el marco del IX Festival Mondial des Théâtres de Marionnettes (Festival Mundial de Teatro de Títeres), en Charleville-Mézières (Francia), organizó el evento “Marionetas en territorio africano” durante el cual actuó Djibir Djouli, unos de los grandes maestros del teatro tradicional hausa.

El dispositivo escenográfico de este teatro, siempre al aire libre, se compone de un teatrino en forma de pequeña tienda. Ésta se hace habitualmente a partir de los ropajes del titiritero (buobou) sobre un palo ahorquillado clavado en el suelo, al que se pueden añadir uno o dos palos más para consolidar la estructura. Con el fin de esconder mejor el interior del teatro, se ponen por encima unas mantas. El titiritero se esconde en el interior con sus títeres y, sentado con las piernas cruzadas sobre una estera, muestra las figuras por la abertura del cuello del buobou.

Los títeres son de dos tipos: estatuas de madera esculpida y muñecos de guante de tela. Algunas llevan unos amuletos de cuero o fórmulas mágicas escritas en papel. Se cree que las estatuas de madera, con caras actuales, representan una práctica arcaica (probablemente relacionada con el viejo uso de fetiches): pueden estar desnudas o vestidas, frecuentemente con un falo erecto o con una visible vulva. Hoy en día, en el pueblo Doundou, antes del espectáculo, siguen paseando a dos figuras con el sexo desmesurado y erecto que colocan luego cerca del teatro de títeres. Asimismo, durante la representación, hacen deambular un títere con el sexo articulado que, de vez en cuando, se lanza sobre las jóvenes espectadoras, simulando frenéticamente los movimientos de un acoplamiento. Este tipo de escenas tiene como objetivo enseñar a dominar la sexualidad porque un hausa debe saber controlar sus pulsiones sexuales. Con el mismo objetivo, los títeres de sexo femenino pueden, también, tener una vulva visible, colorada y rodeada de pelo púbico. Todos los títeres de madera tienen una representación del ano hecha con un pequeño orificio. Las figuras estimulan la risa y la diversión.

Los muñecos de tela no tienen rostro, este es un fenómeno más reciente que se atribuye a la influencia islámica. Los rasgos son a veces sugeridos por la utilización intencionada de los motivos textiles o la “cara” se cubre con un pañuelo, como también se encuentra a veces en las marionetas de Tayikistán en Asia Central (Asia Central). Hilos de lana o de algodón sirven para crear peinados y adornos. Para mejorar la movilidad de estos títeres de guantes, a veces se añade una varilla.

Todos los personajes que aparecen en este teatro pertenecen a la comunidad. Representan los distintos oficios (carnicero, herrero, zapatero, tejedor, ganadero, contador de historias, etc.), las distintas etnias que conviven en el país (Hausa, Peils, Bouzou, Béri-Béri, etc.), el imán frívolo, el jefe del pueblo donjuan o vago, las jóvenes primas rivales y, a pesar de la independencia, los colonos franceses. Los espectáculos se componen de varias escenas cortas con uno o dos personajes. Denuncian, de forma cómica, la inmoralidad de las costumbres, los amaneramientos y las desviaciones de todo tipo. Un único titiritero manipula los personajes. Habla utilizando una lengüeta o pito y sus palabras son “traducidas” por un intérprete. Los tocadores de tambor acompañan siempre el espectáculo. El público participa cantado, llama a los títeres y habla con ellos. El ambiente es animado y cómico.

El oficio de titiritero está reservado a los hombres, que lo ejercen de padres a hijos, como en la familia del artista Moussa Mamane. Sin embargo, un gran maestro puede tener alumnos, que vienen voluntariamente, como el gran titiritero Alassane Saidou, o bien son “adoptados”, transacción compleja entre el padre y el titiritero que desea “comprar para toda su vida” al niño, caso del ayudante-titiritero Oumarou Abdou. Se empieza, muy joven, tocando el tambor, para luego ser intérprete y acabar como maestro de títeres. Los artistas son en su mayoría agricultores. Practican su arte fuera de los periodos de actividad agrícola y poseen cada uno su itinerario de giras, pero pueden también desplazarse en función de la demanda.

Todos los titiriteros hausa son magos y los trucos de magia son parte de sus espectáculos. Se agujerean la lengua, tragan cuernos de animales, se sientan sobre un pico, “apuñalan” el corazón de un espectador, “pegan” juntas las cabezas de dos personas, multiplican las monedas, cambian la arena por mijo, hacen hablar las pieles de animales, etc. Uno de los trucos más apreciados es la transformación del cuerpo del titiritero. Algunos titiriteros son famosos por su impresionantes metamorfosis en diablo o en hombre-serpiente al final del espectáculo. Se dice incluso que el titiritero tiene el poder de transformar un ser humano en mono.

Siguiendo una antigua costumbre, algunos titiriteros (como el contador de historias Agola Mamane) se disfrazan de mujer antes de entrar en el escenario.

Este importante teatro hausa está hoy en día en peligro, por la competencia de los medios de comunicación modernos. Viejos titiriteros mueren sin poder trasmitir su saber, otros tienen que abandonar su actividad por la falta de público.

Otras formas tradicionales

También encontramos en Níger títeres “extensibles”, que representan el pájaro Katoutou. Estos títeres, llamadas también “zigzag”, están sujetos por un soporte articulado que se alarga y se retrae, moviendo el títere hacia adelante o hacia atrás, como en los “Pierrot crecientes” del siglo XIX europeo. Al principio, se usaba una verdadera cabeza de pájaro seca, colocada sobre un mecanismo de travesaños de madera entrecruzados y adornada de lana. Fue probablemente este tipo de títeres los que vio Eugène Fromentin en el Sahara, en 1853, transportados en asnos por dos viejos titiriteros procedentes del país hausa. Hoy en día, estos títeres tienen la cabeza en madera esculpida.

Del mismo modo, una cabeza del pájaro cálao fijada sobre una diadema (pero sin el soporte articulado en “zigzag”), servía tanto de señuelo de caza como de títere festivo muy apreciado.

También existen títeres, hechos de cartón, alambres e hilos por los chicos, que manipulan con mucha habilidad durante las fiestas del fin del ramadán.

Títeres contemporáneos

El teatro de títeres contemporáneo, practicado en las ciudades, no parece ser el heredero del teatro tradicional. Los titiriteros reciben la formación de artistas occidentales y a veces llegan a olvidar sus propias raíces artísticas.

En los años que siguieron la independencia del país (3 de agosto de 1960), la Association Universitaire pour le Développement de l’Enseignement de la Culture en Afrique et à Madagascar (AUDECAM, Associación Universitaria para el Desarrollo de la Enseñanza de la Cultura en África y en Madagascar) realizó una experiencia pedagógica de televisión escolar con títeres, subvencionada por la agencia de cooperación francesa.

A finales de diciembre de 1990 y a principios de enero de 1991, tuvo lugar la Semana del títere en Zinder que presentó a grandes titiriteros de Níger, Nigeria y Mali. A finales de 1996, la compañía de Léandre Sossou, de Zinder, llamada Au Fil du Temps (Al hilo de los tiempos), participó en el FITHEMA (Festival International des Théâtres de Marionnettes: Festival Internacional de Teatro de Títeres), en Lomé (Togo), con el espectáculo Maï Kyau et la bête (“Maï Kyau y la bestia), adaptación de La Bella y la Bestia, de Jean Cocteau. En 2005 tuvo lugar la primera edición del Festival Internacional de Títeres de Níger: “Bijini-bijini, les 48 heures de la Marionnette au Niger”; este festival fue creado por la Compagnie Koykoyo, dirigida por Kotondi Compruebe Amadou, que trabaja en la promoción de las artes de la marioneta en todas las regiones de Níger. En 2011, el festival Bijini-bijini celebró en su séptima edición.

Bibliografía

  • Chesnais, Jacques. “Marionnettes africaines” [Títeres africanos]. Le théâtre dans le monde. Nos. 14-15, 1965, pp. 448-451.
  • Darkowska-Nidzgorski, Olenka. “Celui qui possède la magie [El que posee la magia]”. Puck. No. 3. 1990, pp. 78-84.
  • Darkowska-Nidzgorski, Olenka y Denis Nidzgorski, Marionnettes et masques au cœur du théâtre africain [Títeres y máscaras en el corazón del teatro africano], Saint-Maur: Sépia, 1998.  [Ver también: http://www.atb.edu.pl/festival2004/fest_af_exp_e.html#top]
  • Foureau, Fernand. D’Alger au Congo par le Tchad [De Argelia al Congo por el Chad]. Paris: Masson, 1902.
  • Fromentin, Eugène. Un été dans le Sahara [Un verano en el Sáhara]. Paris: Plon, 1908.
  • Haardt, Georges-Marie, and Louis Audouin-Dubreuil. La Croisière noire: Expédition   Citroën Centre-Afrique [El Crucero negro: Expédition Citroën Centre-Afrique]. Paris: Plon, 1927.
  • Labouret, Henri, and Moussa Travélé. “Le Théâtre mandingue (Soudan français) [El teatro mandinga (Sudán francés)]”. Africa. No. 1. London, 1928, pp. 73-97.
  • Okpewhol, Isidore. African Oral Literature: Backgrounds, Character, and Continuity [Literatura oral Africana: fondos, character y continuidad]. Bloomington: Indiana Univ. Press, 1992.