Ubu es un personaje de teatro que se hizo famoso gracias a Alfred Jarry a finales del siglo XIX. Desde sus principios, el Padre Ubu se inscribió tanto en el registro del títere como en teatro y en literatura.
En 1888, cuando llegó al instituto de Rennes, el joven Jarry de 15 años encontró todo un folklore alrededor de un personaje llamado entonces el Padre Heb o el Padre Ébé cuyo modelo era Félix Hébert, profesor de física, o de pfuisica, como escribían los colegiales. El desafortunado Don Hébert representaba para sus alumnos “todo lo grotesco del mundo” y sus clases eran el lugar de homéricos jaleos. Su leyenda se construía con anécdotas, sainetes y obras de las que varias han sobrevividos. La obra más famosa, Les Polonais (Los Polacos) (autores: Charles y Henri Morin), se dio a partir de 1888 por “los títeres del Teatro de las Phynances”, manipuladas por Jarry y sus amigos, en el desván de la familia Morin. Hicieron más espectáculos, de esta misma obra y de otras, en casa de Jarry. Los títeres eran de papel maché y actuaban detrás de un biombo, lo que deja pensar en títeres de guante, aunque algunos testimonios hablan de espectáculos de sombras chinescas.
Cuando vino a París para ser escritor, Jarry continuó dando espectáculos privados. Modificó un poco el texto, creó el nombre Ubu y cambió el nombre de otros personajes. Desde sus primeras publicaciones, integró fragmentos de literatura “ubica” en sus propias obras. En 1896, publicó y dio el espectáculo Ubu roi, es decir Les Polonais, bajo su nombre, de acuerdo con los Morin. La representación de Ubu roi, los 9 y 10 de diciembre de 1986, en la sala del Nouveau Théâtre, por la Obra de Lugné-Poe, con Firmin Gémier en el papel de protagonista, fue un jaleo hábilmente orquestado por Jarry mismo. Todo el París del movimiento simbolista recibió, entre gritos y aplausos, la revelación simultanea del monstruo Ubu y de la estética del títere aplicado al teatro (véase Actor y títere, Estética del títere).
“Don Ubu es un ser inmundo, por lo que se parece (desde abajo) a todos nosotros” escribió Jarry. Cobardía y ferocidad son sus principales rasgos de carácter, si le quitamos toda psicología. Jarry dio su “verdadero retrato” en una madera grabada que se ahorra cualquier matiz: una cabeza de pera que lleva una única oreja (“oneja” en vocabulario ubico), pequeños ojos cayendo, bigote, con una barbilla imperial, un cuerpo vestido de una toga debajo de la que podemos ver sus pequeñas piernas vestidas con pantalones. Su enorme tripa está hecha con una espiral. Bajo el brazo, lleva el “bastón de física”; en otras partes lleva el “gancho de financias”. Lo hemos entendido, el Padre Ubu es en su mayor parte un ser de lenguaje, de su lenguaje. Se expresa en una lengua majestuosa e irrisoria, mezclando arcaísmos, parodias literarias e invenciones cómicas, entremezclada con juramentos emblemáticos: “¡Mierdra!”, “¡Cornegidouille!”, “¡Mi candela verde!”. En Ubu roi, animado por “doña su mujer”, la Madre Ubu, usurpa el trono de Polonia, pone a todo el mundo en la cárcel, pero vencido por los rusos, cazado por los polacos, acaba navegando hacia la dulce Francia. En Ubu enchaîné (“Ubu encadenado”, 1900), que escribió Jarry adulto como contrapartida de Ubu roi; Ubu quiere ser, en París, esclavo absoluto porque “la libertad es la esclavitud”. En Ubu cocu (“Ubu cornudo”), publicación póstuma de 1944 (otra versión en 1972), el Padre Ubu se instala en casa del profesor Achras, criador de poliedros, y gracias a maniobras escabrosas de la Madre Ubu, se convierte en padre de un bonito archaeopteryx. Aparece también en textos no teatrales como los Almanachs du Père Ubu (“Almanaques del Padre Ubu”) (1899 y 1901), en las cartas de Jarry que acabó por llamarse a si-mismo «Ubu», y en la obra de otros autores que como Jarry no dudaron en aprovecharse de un personaje que era una creación colectiva.
Además de los espectáculos originales, Ubu roi fue actuado con títeres por Jarry mismo en el teatro Pantins en 1898 (marioneta de hilos, el Padre Ubu modelado por Jarry, los otros por Pierre Bonnard); una versión reducida, sin embargo aumentada de un prólogo con Guiñol y canciones, fue representada por títeres de guante por el titiritero Anatole en el cabaré de los Quat’z’Arts en Montmartre, en 1901 (versión publicada con el título Ubu sur la Butte , “Ubu sobre la colina”, 1906).
Desde entonces, Ubu roi se convirtió en un símbolo en el repertorio, tanto en el escenario como para los títeres, para las compañías preocupadas por afirmar su libertad de tono. La obra sirvió de pretexto para muchísimos espectáculos, a veces muy alejados del texto de Jarry. En el mundo del títere, las obras más importantes fueron las de Michael Meschke, con el Marionetteatern de Estocolmo, en 1964 (grandes títeres de varilla, actores, máscaras, decorado y trajes de Franciszka Thermerson); de Joan Baixas, con La Claca de Barcelona, que animaba las máscaras y los trajes habitables de Joan Miró en Mori el Merma (1977); de Ildiko Kovács en Rumania (1979); de Massimo Schuster que animaba esculturas-combinaciónes en Meccano® de Enrico Baj (1984); de Géza Balogh en Budapest (1985); de Jean-Louis Heckel que animaba los títeres-verduras del Nada Théâtre (1991). Michel Poletti, teatro Antonin-Artaud, fue uno de los poco que retomaron Ubu sur la Butte (1973). De forma inteligente, Jacques Ancion (Al Botroûle) desempeña el papel de los varios Ubu, entre otros un Ubu papa de Robert Florkin, con sus muy tradicionales títeres de tringle, de Lieja. El Padre Ubu fue muy a menudo llamado para actuar de revelador de la actualidad política, como en África del Sur, en Ubu and the Truth Commission (“Ubu y la Comisión de la Verdad) de William Kentridge, con la Handspring Puppet Company (1998) que mezclaba actores, títeres y proyecciones.
En el registro de la animación, Ubu roi de Jean-Christophe Averty llegó a la televisión en 1965, por la profusión de sus incrustaciones y porque provocaba a un público muy amplio; le siguieron un Ubu enchaîné y un Ubu cocu. Un complemento sorprendente de las verduras del Nada Théâtre fue aportado por la película de Manuel Gomez, Ubu (1994), con cachos de carne animados.
En 2005, el museo de Orsay de París propuso un Ubu roi con la música original de Claude Terrasse, mezclando a actores, títeres, teatro de objetos, sombras, por Gabriel Garcia-Romeu. Los quebequés del teatro de la Pire Espèce volvieron con un Ubu sur la table para objetos varios.
(Véase Francia.)
Bibliografía
- Béhar, Henri, Jarry, le monstre et la marionnette, París, Larousse, 1973.
- Béhar, Henri, Jarry dramaturge, París, Publicaciones de la Sorbona, Librería A.G. Nizet, 1980.
- Gielarek, Waldemar, Ubu, cent ans de règne, catálogo de exposición, París, museo-galería de la Seita, 1989.
- Van Schoonbeek, Christine, Les Portraits d’Ubu, París, Séguier, 1997.