Es un títere de ritual funerario de los newar de Nepal que se presenta en el festival anual Gai Jatra o festival de la vaca. La efigie se hace con cuatro cañas de bambú de unos seis metros que se unen a una vara. Luego colocan la paja, una fotografía del fallecido sujeta a la cara y dos abanicos de papel encima de la cabeza. Los “cuernos” de paja representan a una vaca (se supone que guía al alma hasta la libertad) y en la parte de arriba de la figura gigante se coloca un paraguas. A la figura también se le llama tahasa (vaca). A la altura de 90 centímetros se ponen dos palos para que cuatro hombres puedan transportar el títere por las calles del pueblo. Este gran títere se fabrica en la calle, delante de la casa del fallecido. La familia le rinde respeto a la figura antes de moverla. Dos personas a cada lado soportan el peso del títere. De la parte de arriba del títere salen dos largas bandas de tela que son llevadas por dos hombres, uno delante y el otro detrás de la figura, para poder mantener el equilibrio al moverla. Los hijos del fallecido se visten enteramente de blanco, portan incienso y les siguen los demás miembros de la familia. Muchas figuras se acompañan de por música y algunas personas bailan al final de la procesión.

Los cuernos, el transportador, el bambú y la tela se guardan y el retrato de la cara del muerto se lleva a veces a casa y se expone después del evento. Los abanicos y el cuerpo de paja se tiran al río.

Los newar de Nepal incineran el cuerpo para liberar el alma del muerto y el títere tahamaca es un sustituto del cuerpo o una efigie. Pero el evento es también una oportunidad para el entretenimiento y la celebración. A comienzos del siglo XXI, la procesión se ha convertido en algo carnavalesco, y pueden aparecer personajes como el Tío Sam o Kurt Cobain. Los derechos de los homosexuales o imágenes políticas pueden ser temas para las procesiones de figuras contemporáneas.