Fue un titiritero japonés, y uno de los más grandes de la era Genroku, sobre todo por su maestría en los personajes femeninos. Tatsumatsu Hachirobei formó parte del primer equipo del Takemoto-za, fundado en 1684 por Takemoto Gidayû, y contribuyó inmensamente a su éxito. Participó en la creación de los sewamono (tragedias burguesas) de Chikamatsu y consiguió triunfar gracias interpretando a Ohatsu, la heroína de Sonezaki shinjû (Los amantes suicidas de Sonezaki). Esta es una obra en la que el michiyuki (“viaje de camino”) de la escena de la visita a Kannon (Avalokitesvara), cuando los amantes viajan hacia su muerte, se representa detrás de una pantalla translúcida que permite a los espectadores a ver el trabajo de los manipuladores. La fuerza de su popularidad personal contribuyó al exitoso avance del dezukai (manipuladores visibles).
Dejó por un tiempo el Takemoto-za para unirse a la compañía rival Toyotake-za, pero volvió a trabajar con Gidayû para crear Kokusen.ya kassen (Las batallas de Coxinga), un drama histórico que batió todos los récords de popularidad. En 1715, un año después de la muerte de Gidayû, dejó Osaka para instalarse en Edo, donde, en compañía del cantante-narrador Toyotake Kamadayû, un especialista del brusco estilo aragoto, abrió, con cierto éxito, una sala que lleva su nombre, el Tatsumatsu-za. Ha quedado en la historia como el gran maestro de los títeres manipulados por una sola persona.
(Véase Japón)