Títere manipulado a través de un conjunto de comandos (manipulación en elevación o equiplana). Este tipo de títere existía ya en Italia en el siglo XIX como atestigua la descripción que hace Charles Magnin en su Historia de las marionetas en Europa: “Bartolo Neri, pintor y médico distinguido, introdujo … un sistema …. Este proceso consiste en colocar sobre el suelo del escenario unas ranuras en las cuales encaja el soporte de cada títere. Unos contrapesos o un tramoyista situado bajo el teatro dirigen estos soportes y hacen que los hilos se muevan”.
En 1934, Roger Roussot, cómico y titiritero, pidió a Pierre Albert-Birot que adaptara El misterio de Adán y a Geza Blattner que fabricara los títeres. Este último se dio cuenta de que ni los títeres de guante, ni los de hilos encajaban en el espíritu hierático de los personajes y decidió, entonces, perfeccionar el títere de varillas de tal manera que los hilos y los palos flexibles destinados a animar los muñecos estuvieran controlados por teclados que manejara el manipulador. Para la fábula cantada medieval Aucassin y Nicolette, el mismo Blattner eligió utilizar los títeres de teclado con algunos cambios como decorados giratorios y el acompañamiento de doce coristas. En 1936, presentó El secreto de la animación, demostración de manipulación a la vista, con un extracto del Misterio de Adán, durante el cual descubrió los secretos de la manipulación de los títeres de teclado.

Ejemplos de títeres de teclado

En Japón, el karakuri ningyô es una forma muy elaborada de títere de teclado. Los títeres manipulados con la ayuda de teclados muy complejos se presentan en carros de más de 6 metros de altura, tirados a mano, en forma de templo, de pagoda y ricamente decoradas. Las figuras representan calígrafos, músicos, héroes mitológicos, personajes del teatro nô, guerreros o acróbatas. Estos espectáculos itinerantes de calle van acompañados de músicos. Los manipuladores, que pueden ser hasta cinco para un solo títere, se colocan generalmente debajo (pero a veces al mismo nivel, en manipulación equiplana) y se esconden del público mediante telones. Originario de China, el shinan-sha se remonta al siglo V y se presentó por primera vez en Japón al emperador, en el año 666, por un inmigrante chino, Chiyù. En 869, sesenta y seis carrozas que representaban cada una a una provincia, desfilaron en la capital. En 1730, Pagaya Kanschûsen reveló los secretos de fabricación en su libro Karakuri kinmô kagamigusa. Entre 1868 y 1950, el karakuri ningyô prácticamente había desaparecido. Hoy en día, se vuelven a celebrar numerosos festivales de carrozas animadas, principalmente en las regiones de Nagoya y de Takayama.
El museo de la vieja Aix presenta ocho belenes parlantes procedentes de Aix-en-Provence y de Marsella que datan del siglo XIX donde se interpreta el Nacimiento: “Se diseña el teatro, más grande que un teatro de títeres; consta de varios decorados. Los personajes –de tamaños diferentes, en función del plano en el que actúen – son mecanizados con una gran perfección. Mueven los brazos, las piernas, la cabeza, los dedos, los ojos; suben escaleras, escalan laderas, se suben a barcas, encienden farolas, etc. Se levantan sobre peanas que disimulan las franjas de suelo; el que les presta su voz les hace deslizarse sobre pistas suspendidas bajo el teatro y les hace gesticular a su voluntad. Cuerdas de violín unen todas las articulaciones en una especie de teclado fijado a la peana”. (Ernst Maindron, Marionetas y guiñoles, 1900).
El theatrum mundi de Heinrich Apel, en Dresde, en el siglo XIX, utilizaba grupos de títeres accionados por un mecanismo de varillas. No se trataba de un teclado propiamente dicho, sino más bien de una manivela.
En China, en la región de Pekín y de Nankin, la manipulación tradicional de títeres de varillas está asegurada mediante teclados. La varilla central, que pone en movimiento todo el cuerpo, termina en un una empuñadura ergonómica que se coloca entre los dedos pulgar e índice. Está rodeada de un teclado compuesto de pequeñas palancas que accionan los hilos que pasan por el interior del títere. Estos hilos controlan los movimientos laterales, delantero y trasero de la cabeza, los ojos, el cierre de los parpados, la apertura de la boca y, a veces, los elementos móviles del peinado. Las manos se articulan completamente (falanges, falanginas y falangetas) para asegurar la prensión de objetos. Los desplazamientos de los brazos se realizan gracias a una varilla articulada en el puño que termina en un teclado que anima los dedos a través de los hilos. Una varilla enganchada a cada pie permite manipular las piernas. La manipulación de este tipo de títeres requiere tres manipuladores. Xu Hong, directora de la Jiangsu Puppet Theatrical Company, presenta un deslumbrante número de manipulación en elevación durante el cual ella caligrafía, a través del títere de taclado, un poema ilustrado. Su “artista” coge un pincel, lo moja en la tinta, traza caracteres y diseña bambúes sobre un folio de papel de arroz, y todo esto manipulando los extremos de unas varillas de más de un metro.
En su Figurenspiegel, el vienés Richard Teschner (activo en Praga y después en Viena entre 1906 y 1946) inventó unos títeres meticulosa y secretamente configurados por un sistema de hilos que pasaban por la varilla hueca de manipulación y terminaban en bucles enrollados alrededor del pulgar y el índice del manipulador para mover la cabeza montada sobre una articulación doble, que le daba la posibilidad de movimientos de delante hacia atrás y de derecha a izquierda. En la tabla del suelo escénico se disponían unas ranuras por las cuales se deslizaban las figuras con un refinamiento extremo.
En 1982, en el festival Charleville-Mézières, pudimos ver al austriaco Gustav Dubelowski manipular sobre una mesa sorprendentes y minúsculos títeres de teclado. En la revista Poppenspiel de septiembre de 1981, reveló los secretos mecánicos de sus muñecos.
Algunas figuras utilizadas por los ventrílocuos están equipadas con sistemas mecánicos situados directamente en la palanca de manipulación en el cuello del títere. Los podemos considerar como títeres de teclado.

Bibliografía

  • Gervais, André-Charles. Marionnettes et marionnettistes de France. Paris: Bordas, 1947.
  • “Karakuri Ningyo”. http://www.allonrobots.com/karakuri-ningyo.html. Accessed 12 May 2012.
  • “Karakuri Info”. http://www.karakuri.info/about.html. Accessed 12 May 2012. KITO, H., 1997. Karakuri Ningyo Sekaiten [El mundo del Karakuri Ningyō]. Tokyo: NHK Kinki Media Plan.
  • Maindron, Ernest. Marionnettes et guignols. Paris: Éditions Félix Juven, 1900.
  • Senda, Yasuko. Karakuri Ningyo: Japanese Automata. Trans. Tom Slemons. Japan: Yasuko Senda Publishing, 2012.