La palabra italiana fantoccini a menudo se utilizaba en Reino Unido para títeres plegables manejados desde arriba mediante varillas y/o hilos. La palabra puppet (títere) no llegó a ser de uso general en Gran Bretaña hasta la segunda parte del siglo XIX; hasta entonces se podían utilizar desde el isabelino ‘movimiento’ hasta ‘cómicos artificiales’, ‘autómatas’ o incluso ‘figurillas de cera móviles’. La palabra fantoccini es el diminutivo de la palabra italiana fantoccio (en español y francés ‘fantoche’) y deriva de fante (infante) que a menudo se utilizaba para aludir a niños y muñecas debido a su pequeña estatura. ‘Pigmeos’ y ‘liliputienses’ son otros términos utilizados para los espectáculos de títeres. El primer uso de fantoccini en Gran Bretaña fue cuando Carlo Perico llevó su compañía a Londres en 1770. La palabra se adoptó rápidamente, especialmente por artistas callejeros como Grey y Candler en 1820. Sus teatros eran muy similares a Punch y Judy y el programa consistía en una serie de trucos y números de variedades. La palabra ‘fantoccini’ guarda relación con estas figurillas más que con las que se presentaban en los dramas y melodramas normales u otros repertorios tradicionales.
En Italia el término burattino, que hoy significa títere de guante, se podía aplicar a cualquier tipo de títere antes del siglo XX y la clasificación se hacía por las actuaciones más que por la técnica de manipulación. En 1785 en Italia, Francesco Rossi de Turín anunció sus burattini en impresionantes espectáculos similares a los del teatro de títeres. Un programa ilustrado indica claramente que utilizaba figurillas manejadas desde abajo, pero existe una gran creencia de que el tipo de espectáculo utiliza sobre todo un tipo de títeres de varillas o marotte. Hoy en día se utiliza la palabra fantocci para referirse a ese tipo de figurillas y parecen prevalecer en Piedmont, donde Bruno Niemen, que sigue utilizándolas, mezcla títeres de guante y títeres de varillas, lo que le permite actuar en solitario y utilizar un gran número de figurillas.
La palabra ‘fantoche’ se ha utilizado durante largo tiempo en Francia para designar unas figurillas plegables manejadas mediante varillas y/o hilos. Muchos titiriteros alemanes y franceses del siglo XIX intentaron darse más dignidad a sí mismos llamándose mécanicien o mechanikus, mientras que en 1830 el showman francés Comtese anunciaba a sí mismo como physicien (adepto a la ciencia de la física) y combinaba su show con algunas exhibiciones básicas de ciencia. En la última parte del siglo XIX el término fantoccini se puso de moda en Francia. En 1870 Émile-Auguste Pitou describió su empresa como un ‘teatro de fantoccini’ y a sí mismo como director de un ‘Théâtre des Variétés mécaniques’. Levergeois Borgniet anunció ‘Variétés amusantes’ (divertidas variedades) en su Théâtre des Fantoches, antes el Théâtre du Petit-Poucet (Teatro Tom Thumb), mientras que Samuel Dulaar anunciaba‘Fantoches perfectionnés’ actuando en el music hall (ver Variedades…) en miniatura de su Théâtre des Lilliputiens.
Cuando John y Thomas Holden en los 1870 y 80 llevaron sus compañías a Francia y en otros lugares, John Holden llamó a su compañía ‘Theatre des Fantoches’ y los títeres de Thomas eran también conocidos como ‘fantoches’. A principios del siglo XX al norte de Italia, Concordia llamó a sus títeres fantocci. Los pupari napolitanos y sicilianos con sus magníficos títeres de varillas a manudo finalizaban sus espectáculos con unos cuantos números de variedades también designados como fantocci.