Director de cabaret y titiritero suizo. El joven Fred Schneckenburger descubrió los títeres mientras trabajaba, por gusto, como figurante y maquinista en el Teatro de Cámara de Moscú gracias a la amistad con su fundador Alexandre Taïrov. Desarrollaba una carrera comercial que le llevó a ocupar un puesto directivo en una empresa industrial suiza. Durante un tiempo estuvo encargado de la publicidad y trabajaba de manera regular con artistas gráficos profesionales, pero, de forma paralela, frecuentaba en Zúrich el ambiente político-literario de los cabarets y, especialmente, a los miembros del Cabaret Cornichon. Cuando, después de la guerra, fundó su propio teatro en Frauenfeld (Suiza), estos prestaron su voz a sus títeres.  

Para sus primeras realizaciones, en 1945-1947, con actores no profesionales, se sirvió de títeres de guante. Más tarde, trabajó con títeres de varillas que hacía aparecer de debajo de un biombo negro. En sus espectáculos, el estilo particular de los títeres que él mismo realizaba desempeñaba un papel tan importante como el texto, también propio, y la música. A partir de objetos recuperados y de materiales diversos, fabricaba los personajes grotescos portadores de significado simbólico que le hacían compararse a  Picasso, Klee y Miró. Desde 1945 hasta su muerte, presentó una veintena de programas compuestos por dramas en miniatura o sketches poéticos, surrealistas, que ejercían una fuerte influencia en los títeres de la época (Das Grün und das Gelb El verde y el amarillo, para títeres de guante, con música de Bernd Alois Zimmermann, 1952).

Realizó giras por Alemania y participó en diversos festivales, hasta que el festival internacional Unima de Colwyn Bay (Gran Bretaña) le consagró a nivel europeo. Conservó su público en Suiza gracias a Harald Szeemann, que puso a su disposición la Kunsthalle de Berna, donde produjo espectáculos junto a personalidades como Harry Kramer o Yves Joly.

En 1959, contribuyó a la fundación de la Vereinigung schweizerischer Puppenbühnen (Unión suiza de teatros de títeres, que acabó siendo la Unima-Suiza), de la que fue el primer presidente, y dirigió los cuatro primeros números de la revista Puppenspiel und Puppenspieler (Títere y titiriteros, que se convirtió en Figura).

Además de su actividad artística, reunió una colección de quince mil pósters, esencialmente políticos, que forman parte de los fondos del Museo de Artes Aplicadas de Zúrich. La totalidad de los archivos de su Cabaret de títeres (figuras, grabaciones, textos, programas, fotos, etc.) se conserva en el museo Bellerive de Zúrich.

Bibliografía

  • Ribi, Hana, Fred Schneckenburgers Puppencabaret (El “Cabaret de títeres” de Fred Schneckenburger), 1947-1966, catálogo de exposición, Munich, Museo Municipal, y Zúrich, museo Bellerive, 1991-1992. Exposición retomada en 1999 en el Museo Nacional de Praga.