Las “Metamorfosis” o títeres de transformación son títeres planos de manipulación superior. Las “metamorfosis” intervenían en los intermedios (que es posible que se remonten a los exodia burlescos latinos), se insertaban como entreactos en las obras presentadas en los teatros de feria en el siglo xix o formaban parte de los espectáculos de variedades. Estos números utilizaban varios títeres de truco y “metamorfosis”. Los primeros, llamados tricks puppets en Inglaterra, son los que realizan todo tipo de proezas y exigen una manipulación virtuosa. Son técnicamente muy complejos. Los segundos, que se llaman “metamorfosis”, se conciben esencialmente para sorprender. Datan de aproximadamente 1850.

Las “metamorfosis” están hechas de chapa o de cartón y han sido pintadas con pincel. El control horizontal de madera tiene forma de regleta. Una o dos varillas metálicas aseguran su suspensión. Situadas debajo del control, varias palancas articuladas o barras horizontales sujetan los hilos de las partes móviles. Se le puede acoplar una manivela, si se requiere hacer girar algún elemento. Estos títeres planos tienen un aspecto mágico ya que se transforman a la vista, de forma instantánea, como por arte de magia. Por ejemplo, un pavo real que alza la cabeza, la menea, despliega su cola y después la recoge, se desplaza hacia la izquierda descubriendo una nube, dejando aparecer una rueda adornada con pedrería que gira y está rematada por una Diosa Fortuna, vestida a la antigua usanza, con los ojos vendados y portando el cuerno de la abundancia. El efecto que proporciona la metamorfosis depende de la habilidad del titiritero y su rapidez de ejecución. La proeza técnica se realiza generalmente en detrimento de la dramaturgia, que no puede ser más que alusiva. Normalmente, se buscan efectos cómicos, como en la metamorfosis del charcutero que se transforma en cerdo o en la que el molinero sobre el burro se convierte en burro sobre el molinero. En algunas ocasiones, los elementos desaparecen hacia el control o a la inversa, bajan para situarse en la escena. El señor y la señora Topinard llegan paseando, desaparecen entre los telares y reaparecen, pero esta vez en carretilla (en este caso, se trata de dos títeres superpuestos cada uno con un control independiente). La señora Pompadour avanza, se transforma en Cupido sobre un pedestal, que se convierte a su vez en un trono con portadores que transportan a la señora Pompadour; los dos portadores descienden del control y se colocan delante y detrás del trono. Otras mil y una maravillas forman parte de los clásicos del género: animales de granja; diversas profesiones; personajes mitológicos, literarios o históricos; personajes de la commedia dell’arte; escenas exóticas; aparatos modernos. En realidad, todo se puede transformar en cualquier cosa, lo que importa es que la sorpresa esté a la orden del día y que sea divertida. Las metamorfosis desaparecieron a partir de la Segunda Guerra Mundial. Titiriteros contemporáneos como el australiano Richard Bradshaw, sin embargo, incluye transformaciones / metamorfosis en sus espectáculos de sombras.

Una variante de la “metamorfosis” es el títere truco. Según A.R. Philpott, los títeres de truco pueden ser de guante, varilla, o títeres de sombra. Por ejemplo, en el teatro de sombras chino se desarrolla a menudo la ilusión de transformación por sustitución, como un personaje de repente “desaparece” de la pantalla siendo reemplazado rápidamente por otra figura. Otro ejemplo de China son ciertas marionetas de guante que son capaces de hacer girar platos en la punta de una varilla. Estos títeres han sido llamados “títeres truco”, “marionetas de transformación”, ” títeres con efectos especiales “, ” títeres virtuosos”, o “títeres subterfugio”. Títeres que realizan actos excepcionales (equilibristas, contorsionistas, malabaristas, etc.) se insertaron como sketches cortos e interludios en las producciones de los teatros de feria del siglo XIX (ver Ferias).

Los títeres de transformación; las marionetas cuya cabeza que gira dentro de una campana, lo que le permite cambiar las caras tres veces; los “títeres anidados”, como las muñecas de Matryoshka, Madre Guigogne que oculta sus numerosos hijos bajo sus faldas… o los títeres de transformación / metamorfosis de cualquier estilo, forman parte de esta misma categoría. Los títeres de truco también aparecen en los virtuosos del music-hall: fakires con múltiples cabezas, esqueletos que se desarticulan y luego se volver a componer (se dice que inventado por Thomas Holden), un diablo violinista-inglés que coloca el instrumento bajo su barbilla, coloca su arco, se arrodilla, y luego imita el acto de tocar el instrumento; o incluso monociclistas, tales como los de  Philippe Genty.

Las llamadas “marionetas en abismo”, también merecen una mención, en particular, las marionetas del fenomenal  Louis Valdes, que utilizaba en la década de 1960 una marioneta titiritera que manipulaba a otro títere, que a su vez manipula a un malabarista, que, bastante increíblemente, manejaba a una cuarta marioneta más pequeña. Por último, podemos completar esta lista parcial incluyendo títeres “de grupo”, cuyos movimientos están sincronizados por un solo control (por ejemplo, las niñas del coro, cantantes, soldados marchando, etc.); los títeres de doble cara, una de las cuales es visible, mientras la otra se esconde bajo el tocado, y aparece sólo cuando se gira la cabeza 180 grados, como en la tradición kathputli ka khel del Rajastán; o aquellos que se abren como retablos, como en la tradición Nishka, en la costa Noroeste de la India.

(Véase también Títeres de truco y transformación y Variedades y Music Hall.)

Bibliografía

  • Nelson, Nicolas y J.J. Hayes. Ilustraciones de Paul McPharlin. Trick Marionettes. Puppetry Handbook VI. Birmingham, Michigan, 1935. (“Republicado” en Internet. http://puppetnet.com/book/print/10).
  • Philpott, A. R. Dictionary of Puppetry. London: Macdonald, 1969.
  • Philpott, A. R. Dictionary of Puppetry. Boston: Plays, Inc., 1969.