El personaje de Polichinelle es una adaptación francesa del Pulcinella italiano, éste, a su vez, inspirado en el personaje homónimo de la commedia dell’arte. Por la falta de documentos históricos, la presencia de éste personaje en Francia, como títere, no es realmente conocida más que a partir de Brioché y sin embargo ya existe en el diccionario de Richelet de 1680. Es un títere grosero y vulgar, resultante de los personajes arquetípicos de su máscara. Ya sea manejado con hilos o guante, en la calle o en un escenario, el esquema de sus historias es siempre idéntico. Su nacimiento es diabólico –nació de un huevo-, su vida es una transgresión permanente. Es totalmente irrecuperable. En Francia, Polichinelle perdió su máscara italiana y cambió de vestimenta, copiando la del comediante Francanzani, a partir de 1685: chaqueta ajustada, cinturón y pantalón de rayas en lugar del traje blanco napolitano. Además, ahora tiene dos jorobas, una en la espalda, la otra en el vientre, tiene un carácter eminentemente cómico y sexual. Sexualidad que lo acerca a otros títeres de la cuenca mediterránea, entre otros a Karagöz, por supuesto. Siempre representado hablando a través del sifflet (pito), es dificilmente comprensible, y esa voz le confiere la certeza de ser profundamente extranjero en el mundo que le rodea. Algunos vieron en Polichinella el Don Juan original, otros la ambivalencia hombre/mujer con las dos ortografías Polichinel/Polichinelle, pero ante todo el personaje asusta: las dos inscripciones conocidas en los fontones de los teatros – J’en valons bien d’autres, en Lesage (Me merezco a otros) y  Il luit pour tout le monde (Él -el Sol- brilla para todos) sobre el teatro de los Campos Elíseos – marcan bien sus cimientos anarquizantes.

En el siglo XIX, Polichinelle se convirtió en un personaje emblemático para los románticos, particularmente para Nodier, pero también para Théodore de Banville, Gérard de Nerval o Maurice Sand. Será igualmente presentado en la obra de Baudelaire y de Mallarmé. Pero Polichinelle ya se desliza desde el títere a la muñeca, impulsado desde el teatrillo hacia el guiñol, más ‘aceptable’, más típicamente francés. Sin embargo, Louis Edmond Duranty publicó en 1880 veinticuatro piezas del repertorio de las Tullerías y los Gentleur continuaron dándole vida en el Teatro de títeres de los Campos Elíseos.

El renovado interés por Polichinelle vino primero en los años 1970 y 1980 con el personaje inglés de Punch, defendido por Alain Recoing y por Alain Lebon (Cirkub’U), antes de ser retomado por Cyril Bourgois (Punch is not dead – Punch no está muerto) o Romuald Collinet y Estelle Charlier (compañía La Pendue) cuyo trabajo más notable es sobre un Polichinelle contemporáneo y por lo tanto totalmente conectado a sus recursos, lo que permite imaginarlo en un futuro real.
(Véase Francia.)

Bibliografía

  • Cahiers Robinson. No. 6: Polichinelle. Arras: Université d’Artois, 1999.
  • Duranty, Louis Edmond. Théâtre des marionnettes du Jardin des Tuileries. Paris: Dubuisson et Cie, 1863; Arles: Actes Sud, 1995.
  • Nodier, Charles. “Polichinelle”. Paris ou le Livre des Cent et Un. Paris: Ladvocat, 1831