Dejando de lado los personajes de las obras de Nacimientos (particularmente el džafkuline), que aparecieron en la Edad Media, los títeres llegaron a Eslovaquia en el siglo XVII, cuando era una región dominada por Hungría, a través de titiriteros itinerantes, principalmente de origen alemán. Hay señales de que en el siglo XVIII, artistas itinerantes pasaron por Eslovaquia presentando un repertorio barroco y utilizando títeres. Después de 1750, aparecieron compañías alemanas, austriacas e italianas que presentaban sus títeres, junto a ilusiones ópticas y espectáculos del theatrum mundi. En 1775, el Pressburger Zeitung, periódico de Bratislava, anunció la llegada del titiritero Albert Bienfait, quien también representó sus espectáculos en la ciudad de Košice, al este de Eslovaquia, en 1785. En el siglo XIX, numerosos titiriteros checos visitaron el país, además del titiritero húngaro más conocido de aquellos tiempos, Adolf Hincz, en 1842. La primera actuación de teatro de sombras la presentó un titiritero alemán en 1817, en Bratislava.

Los comienzos del arte del títere eslovaco

El primer titiritero eslovaco conocido es Ján Stražan (1856-1939; ver familia Stražan). Utilizaba títeres de hilo y de vara a la cabeza, y presentaba panoramas y ejercicios de gimnasia. Fue el fundador de una familia de artistas cuyos descendientes aún actúan en los teatros y teatros de títeres eslovacos del siglo XXI. Además de grandes clásicos europeos, como Faus (Doctor Fausto), Don Šajn (Don Juan), Jenovéfa z Brabantu (Genoveva de Brabante), los Stražan adaptaron a los dramaturgos eslovacos, particularmente Matka (Madre), de Jozef Gregor Tajovský; Dobrodružstvo pri obžinkoch (Lo que ocurrió en el festival de la cosecha), de Ján Palárik; o Statený syn (El hijo perdido), de Jozef Hollý. También adaptaron textos de dramaturgos checos, (Jozef Kajetán Tyl, los hermanos Alois y Vilém Mrštík, Jiří Mahen), austriacos (Ludwig Anzengruber, Johann Nepomuk Nestroy), y alemanes (Ernst Raupach).

Otras familias eslovacas fueron dedicándose al arte del títere gradualmente, particularmente las familias Dubský, Pavol Nosálek, y Karol Kuník

Tras la I Guerra Mundial, Eva Kouřilová y Michal Václav Anderle iniciaron una nueva dinastía de titiriteros ambulantes: sus hijos Bohuslav y Jaroslav Anderle también se convirtieron en titiriteros, además de su nieto, Anton Anderle (1944-2008), quien representó los clásicos tradicionales del arte del títere europeo con Gašparko, un héroe cómico popular inspirado en el Kasperle austriaco.

Desde 1950 a 1970

En la década de 1950, cuando los comunistas ocuparon Eslovaquia, algunos grupos de titiriteros amateurs fundaron los primeros teatros de títeres profesionales; a su vez, las comisiones culturales prohibieron las compañías itinerantes porque eran privadas. Se fundaron teatros estatales en Žilina (1950), Nitra (1951), Bratislava (1957), Košice (1959) y Banská Bystrica (1960). Como en otras democracias comunistas, el teatro de títeres soviético tuvo una gran influencia (véase Rusia). Aún así, los teatros podían seguir sus propios estilos y experimentar con nuevas técnicas.

A mediados de la década de 1950, Martin Bálik (nacido en 1929) y Eva Munková (nacida en 1933), graduados del recién establecido Katedra loutkářství, Divadelní akademie múzických umění (Departamento de Títeres, de la Academia de Artes Escénicas de Praga DAMU), emprendieron una nueva tradición eslovaca en Žilina, alejándose de los títeres tradicionales. Exploraron nuevas técnicas de luz y escenario para enfatizar el simbolismo. De este modo, por primera vez en la historia del teatro de títeres eslovaco, Eva Munková utilizó la técnica del teatro negro que combinaba efectos de luz con la proyección de la película Na počiatku bola nuda (Al principio solo había aburrimiento, 1960) de Juraj Váh, inspirada en los dibujos animados de Jean Effel, La Création du Monde (La creación del mundo). En la década de 1960 el teatro Žilina empezó a investigar con máscaras, y esto trajo la fama a los directores mencionados a continuación: Ján Hižnay (1943-2004) por sus representaciones de Popolvár (Jack el cabeza hueca, 1966) y Trojruža (Las tres rosas, 1961); Pavol Rímský (1925-1989) por Statočný cínový vojačik (El pequeño soldado de hojalata, 1961); y Jiří Jaroš (nacido en 1931) con el espectáculo Túžba po troch pomarančoch (El amor de las tres naranjas) de Carlo Gozzi.

Los títeres de varillas se introdujeron en la década de 1960 en Nitra, bajo el liderazgo artístico de Ján Romanovský, guionista, autor y director de muchas adaptaciones de los cuentos populares de Eslovaquia. Al igual que en la mayoría de los teatros de títeres de lo que entonces era Checoslovaquia y de los países de Europa del este, Romanovský siguió el modelo de la estética del teatro de títeres de Obraztsov. Éste fue uno de los pioneros en adoptar el método de manipular el títere desde abajo en Eslovaquia. Lo hacía utilizando una varilla de metal, y fue partidario de un estilo realista del arte del títere. Romanovský es el autor de varias obras para títeres; son, mayormente, adaptaciones de cuentos populares de Eslovaquia. También es el autor de una comedia musical de títeres dirigida a niños, Princezná Kukulienka (Cuco la princesa), obra que también ha sido representada fuera de Eslovaquia, y traducida a varias lenguas. Ján Romanovský, con la ayuda de sus titiriteros, ideó un sistema de formación único para la manipulación de títeres. La técnica se hizo muy conocida en Checoslovaquia, bajo el nombre “Escuela del arte del títere Nitra”.

Las décadas de 1970 y 1980

La década de 1970 fue un tiempo de gran innovación en los teatros de Eslovaquia, en las áreas de dramaturgia, escenografía (escenario y diseño y tecnología de títeres) y presentación. Las compañías abandonaron el realismo de los viejos espectáculos para convertirse en más expresivos y metafóricos en un espacio estilizado donde interpretaban actores de carne y hueso junto a otros elementos escénicos: pantomima, máscaras y payasos. Los payasos se hicieron muy famosos en el teatro de títeres eslovaco, en obras como Fery a ToniK (Ferri y Toni, 1972), en Žilina; Concertino unisono (1973), en Bratislava; Najmenší circus na svete (El circo más pequeño del mundo, 1974); Malé klauniády (Pequeñas bromas, 1980), en Banská Bystrica; y Strach má veľké oči (El miedo tiene ojos grandes, 1977), en Nitra.

  El Krajské bábkové divadlo, o KBD (Teatro de Títeres del Condado), en Banská Bystrica, se convirtió en uno de los más innovadores de Checoslovaquia bajo la dirección artística del dramaturgo y poeta Jozef Mokoš. En cambio, el Štátne bábkové divadlo (Teatro de Títeres del Estado), de Bratislava, fundado en 1957, se especializó más en el repertorio de música relativamente clásica, con obras como Peter a vlk (Pedro y el lobo), de Prokofiev (1977, 1979); Cisárove nové šaty (El traje nuevo del emperador) de Juraj Beneš (1977); Petruška (Petrushka) y Vták Ohnivák (El pájaro de fuego), de Stravinsky (1979). El repertorio tradicional y folclórico también inspiró al teatro de títeres de Košice (creado en 1959), y este teatro se convirtió en una de las instituciones culturales más importantes del este de Eslovaquia.

Con la llegada de una nueva generación de artistas en la década de 1980, el teatro de títeres eslovaco continuó desarrollándose. El teatro de Bratislava se especializó en el público adulto, particularmente con la presentación de Plášť (El abrigo, 1988) de Gogol, que mezclaba máscaras y títeres creados por Hana Nigánová, y Epos o Gilgamešovi (La epopeya de Gilgamesh) del director checo Karel Brožek. Brožek también trabajó con Josef Mokoš y Cigánová en Žilina, en una gran historia épica titulada Obrazy z dejov ríše Veľkomoravskej (Imágenes de la historia del gran imperio moravo, 1985).

Por otra parte, el teatro de títeres de Košice estaba dirigido a los niños. Ján Uličiansky (nacido en 1955), un famoso escritor eslovaco, trabajó con ellos entre 1979 y 1986. Entre sus adaptaciones de cuentos de hadas tradicionales de Eslovaquia caben destacar Janko Pipora (1983) y Radúz a Ľudmila (Raduz y Ludmila, 1984), con escenario, vestuario y títeres de Eva Farkašová. Ján Uličiansky es también el autor de las modernas obras de títeres Tik-Tak (1976) y Golego (1984). Ha adaptado varios cuentos de hadas para niños, incluido Peter Pan (1984), de J.M. Barrie y Malá morská víla (La Sirenita, 1991), de Han Christian Andersen para el teatro de títeres de Košice. Ha escrito doce libros para niños, y ha escrito libros dramáticos (por ejemplo Alergia, publicado en 1995) además de varias obras para radio dirigidas a los jóvenes y cuentos de hadas para niños. Recibió varios premios IBBY (International Board on Books for Young People) en 1981, 1990, 1992, 1993, 1998 y 2004, y fue nominado por la rama eslovaca de la IBBY como candidato para el premio Hans Christian Andersen. Es también necesario mencionar los espectáculos que ideó con el excelente diseñador de escenarios y títeres, Peter Čisárik. En 1986 Karol Fisher (nacido en 1956) siguió los pasos de Ján Uličiansky y continuó trabajando con el público joven, siempre con la colaboración de Peter Čisárik.

La época contemporánea

Tras la revolución democrática de “terciopelo” (1989) y la separación de la República checa (1993), los teatros estatales retomaron sus actividades, en algunos casos bajo un nombre diferente, como en el caso del Krajské bábkové divadlo (KBD) que se convirtió en el Bábkové divadlo na Rázcestí (Teatro de Títeres de la Encrucijada) en 1990, con Marián Pecko y Iveta Škripková. Se crearon compañías de títeres independientes, y en la actualidad hay aproximadamente quince grupos y artistas que actúan sobre todo para niños. En 1990, Katarina Aulitisová y Ľubomír Piktor fundaron el teatro independiente Piki que revivió la tradición eslovaca de payasos en espectáculos de escenario, además de en programas de televisión. Entre los artistas más destacados de los últimos años se encuentran el director Ondrej Spišák, un graduado de la Academia de Artes Escénicas de Praga (DAMU), quien comenzó su carrera en la década de 1990, y el joven titiritero, actor y diseñador escénico Ivan Martinka, uno de los primeros graduados del recientemente establecido Departamento de Títeres de la Academia de Artes Escénicas de Bratislava. Su obra para títeres Šalom Alejchem – pokoj s vami (Shalom Aleichem – Que la paz esté contigo, 2000), se ha convertido en una de las producciones posmodernas más destacadas gracias a su creatividad escénica y a su método de introducir una melodía tradicional de la cultura judía. Ha obtenido varios premios en numerosos festivales.

En 1989, Vladimir Predmerský creó el Departamento de Títeres de la Academia de Artes Escénicas de Bratislava. Los alumnos aprenden a actuar, dirigir, escribir, diseño escénico y tecnología de títeres, con un énfasis en la manipulación de títeres y de objetos animados. Sus profesores son personas importantes del teatro de títeres de Eslovaquia, tales como Ján Uličiansky, Hana Cigánová, Eva Farkašová, Peter Čisárik, Miroslav Duša, Ida Hledíková, Marica Mikulová, Jozef Mokoš, Andrej Pachinger, Katarína Aulitisová, Ľubomír Piktor, Ivan Martinka y otros. El profesor Ján Uličiansky es el encargado de la dirección y la dramaturgia del Departamento de Títeres.

Hoy en día, hay cinco festivales internacionales de títeres en Eslovaquia, en los pueblos de Banská Bystrica (desde 1977), dos en Bratislava, Nitra y Žilina. Además, cada teatro de títeres profesional presenta sus resultados artísticos en su propio festival interno.

Desde 1995, Eslovaquia tiene también un Museo de Títeres y Juguetes localizado en un caserón barroco del pequeño pueblo de Modrý Kameň. Su colección alberga 3000 títeres. Vladimír Siváček, Miembro de Honor de Unima desde 2004, es el fundador y director del museo. El museo es parte del Museo Nacional Eslovaco, y recibe ayudas del centro eslovaco de Unima (Slovenské centrum Unima, fundado en 1969).

El centro eslovaco de Unima, la Asociación cívica de  Bábkové divadlo na Rázcestí (Teatro de Títeres de la Encrucijada) de Banská Bystrica y el Instituto del teatro de Bratislava celebran una competición para elegir a la mejor producción de teatro de títeres una vez cada dos años.

Bibliografía

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