Títere de manipulación en elevación o equiplana. En este tipo de títere, la mano se encuentra en el interior de la cabeza del títere. En esta categoría podemos incluir todos los títeres zoomorfos (león, oso, perro) cuya boca es animada por la mano del titiritero, aunque habitualmente aparecen clasificadas entre los títeres de guante. Técnicamente, esta apelación engloba a los Muppets de Jim Henson, que son específicamente títeres de televisión en los que la mano permite animar la boca (y otros elementos de la cabeza con ayuda de un teclado). Kermit (Gustavo o René), la rana que funciona de esta manera, es un títere de manipulación en elevación. Las patas delanteras son animadas con la ayuda de varillas unidas a los puños. Los títeres de Alain Duverne para la emisión de los Guignols de l’info (Las noticias del guiñol) de Canal +, se manipulan  de dos maneras diferentes. El presentador y sus invitados son manipulados en elevación: un titiritero anima la cabeza de espuma de látex con una mano y con la otra manipula la caja que dirige los cables que conectan los mecanismos de los ojos. Esta caja, situada en el exterior de la cabeza, a la altura de la persona, incluye un anillo que controla la apertura y el cierre de los ojos y un cursor para dirigirlos a la izquierda y a la derecha. En algunas figuras, otro aparato hace fruncir el ceño. El segundo titiritero lleva guantes de látex y se encarga de las manos. En las escenas que necesitan un desplazamiento en el encuadre, se manipulan en teatro negro (manipulación equiplana). En este caso, un titiritero anima la cabeza y la mano izquierda con un guante de látex. El segundo titiritero se encarga de la mano derecha, también enguantada, y con la otra mano manipula la caja de mandos de los ojos. En Métamorphoses (Metamorfosis), espectáculo de teatro negro de Philippe Genty, el ballet de avestruces pone en escena once de estos volátiles. El brazo, enfundado en una manga, hacía las veces de cuello. Estaba relleno en la parte inferior con collarín de boa y terminaba en un pico con dos grandes ojos que a su vez estaban coronados por un peinado de plumas. La mano del titiritero estaba en el interior de la cabeza y animaba el pico. Dos pequeñas patas delgadas completaban estos curiosos bichos.

Una manopla, un calcetín o una media que cubra la mano pueden bastar para fabricar un títere de mano. El austríaco Stefan Kulhanek, por ejemplo, utiliza su mano como accesorio para formar la cabeza del títere. Recurre al carmín para dibujar unos labios sobre su pulgar y su índice, ambos replegados. Después, rodeándolos con un fular, puede interpretar de manera muy divertida a una anciana.