Títeres tradicionales de Alentejo, en el sur de Portugal; puede que sean originarios del pueblo que les ha dado su nombre. La representación tiene lugar en un pequeño escenario (retábulo) de madera en cuya obertura se extienden una doble cortina de cordeles verticales, destinada a hacer olvidar a la vista los hilos que sujetan los títeres y a proteger éstos de las posibles reacciones del público. Los manipuladores se mantienen en los costados, subidos en las cajas que sirven para transportar los títeres y ocultos por una cortina de algodón de color (chita). Los decorados, de cartón, son pintados y la iluminación se compone de candelas de aceite de oliva. Los títeres a tringle (vara a la cabeza) de madera y corcho, miden entre 20 y 40 centímetros y son manejados desde arriba, individualmente o en grupo, como los del Sur de Italia y el Norte de Europa. Les acompaña una guitarra portuguesa.

El repertorio se compone de obras de la tradición secular, de un género esencialmente religioso, pero también de la literatura de divulgación. Las representaciones empiezan siempre con el Baile dos anjinhos (Baile de los angelotes) o Contradança (Contradanza). Las figuras carismáticas son el Padre Chanca (un sacerdote) y el Mestre-Salas (maestro de ceremonias), que según la tradición tiene una porra con la que golpea o acaricia al Padre durante su sermón.

El testimonio más antiguo data de finales del siglo XVIII, cuando en Vila Viçosa, un auténtico sacerdote reaccionó al sermón del Padre Chanca condenando todos los títeres a la hoguera. Los títeres tal y como los conocemos hoy en día y como fueron popularizados por el musicólogo Michel Giacometti y el historiador Henrique Delgado desde 1967, tienen su origen a mediados del siglo XIX. Los textos fueron creados o reelaborados y transmitidos oralmente por la dinastía de los Nepomuceno. Los títeres se transmitieron igualmente, hasta los que llegaron a Manuel Jaleca, por su mujer, Antónia Maria Tapadas, “la titiritera” (1894-1981).

La compañía recorrió la región del alto Alentejo en una carreta tirada por un mulo, actuando generalmente en un granero o una bodega. Manuel Jaleca (1893-1976), en colaboración con António Talhinhas (1909-2001), retomó la tradición y rescató todo el material. Tras la muerte de Jaleca, la Asamblea del distrito de Évora adquirió su herencia y la confió al Centro Cultural de Évora (CENDREV) que, desde 1980, con el propio Talhinhas, creó una nueva familia de actores profesionales.

Bibliografía

  • Autos, passos e bailinhos: os textos dos Bonecos de Santo Aleixo. Eds. Christine Zurbach, José Alberto Ferreira, Paula Seixas. Évora: Casa do Sul: Centro Dramático de Évora: Centro de História da Arte da Universidade, 2007.
  • Bonecos de Santo Aleixo. Lisboa: Fundação Calouste Gulbenkian, 1998.
  • Bonecos de Santo Aleixo. Títeres tradicionais do Alentejo. Évora: Teatro Garcia de Resende, 2001.
  • Delgado, Henrique. “Marionetas no Alentejo: herança da Idade Média”. Flama. 7 Abril 1967.
  • Giacometti, Michel. Bonecos de Santo Aleixo. Auto do Nascimento do Menino Jesus. Vol. 2. Strauss, Portugal Som Discoteca Básica nacional, Projecto discográfico do Ministério da Cultura, 2000.
  • Passos, Alexandre. Bonecos de Santo Aleixo: a sua (Im)possivel História: as marionetas em Portugal nos séculos XVI a XVIII e a sua influência nos Títeres Alentejanos. Évora: Cendrev, 1999.
  • Vieira, Luís. “Marioneta, títere, fantoche, roberto, bonifrate, bonecro . . .” Museu da Marioneta. Catálogo. Lisboa: Museu da Marioneta/EGEAC, 2005.