Títeres de varillas de Bengala, al Noreste de India. En Bengala, la tradición de los títeres se remonta a finales del siglo XIV. El teatro Danger (dangér) putul nach (danza de las muñecas de madera) se centra en el drama cantado al estilo de los jatra, un tipo de ópera popular. No obstante, el baile y la representación de los títeres también hacen referencia a los episodios del Ramayana, el Mahabharata y los Purana. El Sur de Bengala occidental cuenta con el mayor número de compañías itinerantes que viajan de pueblo en pueblo durante el invierno, la temporada seca. En esa época del año, los titiriteros, pequeños agricultores o jornaleros sin tierras, se encuentran lejos de casa y buscan ferias o asociaciones locales. En algunas familias, principalmente hinduistas y a veces musulmanas, los hombres son titiriteros de cuarta generación. Ningún dogma religioso influye en la expresión de los espectáculos. Los titiriteros muestran un gran respeto hacia sus títeres, que a menudo se consideran sagrados. Aunque el nivel de educación de los titiriteros sea básico, demuestran poseer una gran imaginación y un gran dinamismo en los espectáculos.

Los títeres danger putul nach de Bengala occidental presentan un cuerpo y una cara de madera cubierta por una tela impregnada de arcilla seca que posteriormente se pinta. El diseño de sus características así como los colores primarios empleados recuerdan a los patas (dibujos, ilustraciones en pergaminos) de los cuentacuentos callejeros. El rostro brillante del títere se barniza al menos una vez al año. Las manos de madera, con un agujero en la palma, pueden sostener un arco, una flecha, una lanza o una espada. En el cuerpo de cada títere pueden colocarse distintas cabezas desmontables, que permiten multiplicar los personajes. Por lo general el brazo izquierdo de los títeres no se articula, pero el brazo derecho tiene codo y a veces muñeca. Los títeres que bailan se manipulan por la cadera y ambas muñecas. El personaje de Krishna tiene pierna derecha, al contrario que el resto de los títeres.

Cada conjunto se compone de entre veinte y veinticinco cuerpos de títeres que debe multiplicarse al menos por tres, debido al uso de las cabezas intercambiables, para conocer el número total de personajes Algunas cabezas representan animales como el león o el mono.

El títere, cuando su vestido está totalmente extendido, mide hasta un metro de alto y pesa entre 5 y 15 kilogramos, de modo que resulta imposible que un hombre sostenga y manipule una figura de este tamaño. Un ingenioso sistema, el kere, permite manipular estos grandes títeres: una gruesa vara de bambú se introduce en una funda en la parte delantera del cinturón del titiritero y se prolonga hasta la espalada del títere. El titiritero sujeta la varilla con la cabeza del títere con una mano y con la otra agarra la varilla unida a un sistema de hilos para manipular los dos brazos del títere, pareciendo así que tiene otro torso. Se crea una confusión visual entre el títere y el titiritero, puesto que el tamaño del primero es ligeramente inferior a la escala humana. Con tal fijación al cuerpo, los títeres, manipulados uno por uno, cantan las canciones y representan los diálogos, como en la ópera. El titiritero lleva en los tobillos unos gunghroo, o anillos de campanillas, y cuando baja del escenario y pasa por el público, la confusión ente el objeto y el humano es total.

El escenario, hecho de estacas de bambú y de tela, puede medir hasta tres metros de altura, lo que obliga al público a levantar la cabeza para mirar a los títeres. El escenario, que tiene unas medidas de 6,50 por 3,50 metros está cerrado en tres de sus lados y cubierto por un techo de tela. El telón de fondo es una tela pintada que representa un palacio, un bosque o un lugar de cremación y puede cambiarse dos o tres veces durante un mismo espectáculo.

Al comienzo de la representación, los titiriteros y los músicos realizan un canto ritual de apertura. A continuación los titiriteros suben al escenario mientras que los músicos se sientan en el suelo, en el lado derecho del escenario, cerca de los estacas de bambú y empiezan a tocar un instrumento similar al oboe, la flauta, el kansi (un junco afinado sobre una bandeja de cobre) y el nagara (doble timbal cubierto de cuero). A veces, se añade un violín y un armonio para acompañar las canciones populares modernas en lengua bengalí. Entre los músicos se encuentra un cantante principal (que a menudo también compone melodías) y tres hombres (actualmente comienza a haber mujeres que también participan como cantantes) que hacen las veces de un conjunto solista-coro. Hay ocho músicos y la compañía se compone de entre quince y dieciocho miembros en total.

La primera escena representa a Krishna hablando con su padre adoptivo. La obra dura tres horas o más según el estado de ánimo del cantante principal. Cuando la compañía actúa en ferias, el espectáculo dura entre cuarenta y cinco minutos y una hora. Para las producciones modernas, los titiriteros no fabrican nuevos títeres sino que emplean para los antiguos un vestuario nuevo y adaptado. En la actualidad, algunos actores-titiriteros usan micrófonos. Si así se requiere, en dos días pueden organizar un espectáculo moderno al que invitan a actores de teatro y sobre todo de cine.

El danger putul nach de Bengala, que suscita un gran entusiasmo en el público local, parece ser una de las formas de títeres más originales y duraderas de toda India.

En la actualidad, existen compañías y familias tradicionales que representan danger putul nauch, algunos de cuyos componentes son maestros titiriteros reconocidos a nivel local e incluso nacional por su contribución al arte de los títeres.

(Véase India y Premios de la Academia Sangeet Natak al Arte de los títeres.)