Epopeya hindú. Sus muchos episodios son interpretados en la India y en todo el sudeste de Asia, en sanscrito o en otras lenguas, mediante sombras o títeres, así como por narradores, bailarines y actores. El Râmâyana, al igual que su epopeya hermana Mahâbhârata, es uno de los fundamentos de la cultura hindú. El poema parece, en lo esencial, la obra de un autor único, Valmiki, de Tamil Nadu, que habría recopilado y dado forma a cantos de varios siglos anteriores, nacidos de encantamientos de sacrificios y de leyendas míticas. El poema actual habría sido compuesto alrededor de 100 años antes de nuestra era, esto lo haría posterior al núcleo del Mahâbhârata pero anterior a su versión acabada. En todo caso, el Râmâyana refleja una sociedad refinada, que contrasta con la imagen más tosca presentada por el Majâbhârata. El Râmâyana consta de veinticuatro mil dísticos repartidas en siente cantos que narran la “gesta de Rama” (es el significado del título), en sustancia: la llegada de un dios a la tierra de los hombres, ya que el príncipe Rama es un avatar de Visnú y su esposa ejemplar, Sita, es hija de la diosa Tierra. Rama, expulsado por su medio hermano del centro de Aiodhia, se exilia en el bosque con su esposa Sita. Esta es codiciada por el rey-demonio Rávana, que le envía un ciervo de oro. Mientras Rama parte de caza a la selva para traer a su esposa el animal prodigioso, el demonio emplea la astucia y trae a Sita por los aires hasta su isla de Lanka (tradicionalmente: Ceylán). Para liberar a su esposa, Rama levanta una armada singular: monos dirigidos por Jánuman, el mono blanco. Los guerreros pretenden llenar el brazo de mar que los separa de la isla. Sin esperar, Jánuman, enviado por Rama, atraviesa el mar de un salto prodigioso. Encuentra a Sita en los jardines de Ashoka, presa de una tristeza profunda, ya que cada día tiene que resistir los intentos de seducción de Rávana. Como tardan el llenar el mar, Jánuman extiende su cola entre la isla y el continente para que el ejército de monos pase por este puente mágico. Los monos saquean el palacio de los demonios. Rama mata a Rávana en un combate singular. Recupera a su esposa (la cual, mediante prueba de fuego, demuestra que se ha mantenido pura) y, más tarde, a su reino. En la última parte, sin duda más tardía, Sita, tras haber traído gemelos al mundo, regresa al seno de la tierra, su madre, y Rama vuelve a su forma cósmica de Visnú. Los cantos III (“El Bosque”) y VI (“La Guerra”) son el centro de casi todos los temas dramáticos de los espectáculos. Los teatros de sombras y de títeres representan ciertos episodios con más frecuencia:

Rama en la persecución del ciervo de oro.
El rapto de Sita–Sita en los jardines de Ashoka (tentativas infructuosas de seducción por parte de Rávana y el rescate de Jánuman)
Los monos cruzando el mar
El saqueo del palacio de Rávana por Jánuman

Múltiples versiones del Râmâyana en lenguas regionales o no hindués derivan de tradiciones distintas a la de Valmiki. Las más famosas son la del escritor Kamban en lengua tamil (siglo XII-XIII), la de Krttivas Ohja en bengalí (siglo XV) y la de Tulsidas en hindi (el Ramacharitamanasa, finales del siglo XVI). En el Sur de la India, el teatro de sombras ha sabido adaptar los temas del Râmâyana a las culturas locales y preservar así la vitalidad del poema. Este es el caso de Karnataka donde los directores introducen en el diálogo partes improvisadas; en Kerala, donde en el thol pava koothu se mezclan verso y prosa, interpretación y narración, lengua tamil y lengua malayalam; en Andhra Pradesh, donde el tholu bommalatta distribuye en piezas distintas los episodios de Lanka y de la Guerra. En los siglos XII-XIII, el Râmâyana llegó al Sudeste de Asia, donde dio lugar a muchas obras literarias de formas espectaculares. El Ramakien (La gloria de Rama), tras haber inspirado los espectáculos reales en Tailandia, donde las sombras eran manipuladas por bailarines, sigue siendo popular en el Sur del país, gracias a la introducción de episodios modernos. Asimismo, en Camboya, el Reamker (La gloria de Rama, en khmer) integra elementos populares, manifestados sobre todo en el teatro de sombras de Siem Reap. En Birmania, los títeres interpretan un Râmâyana budista donde Rama es un bodhisattva. En Malasia, en Kelentan, las sombras del wayang siam interpretan la historia de Rama. En Java, el ciclo de Rama constituye uno de los principales temas del wayang kulit, mientras que en Bali el género lleva el nombre de wayang Râmâyana. Al igual que el Majâbhârata, el Râmâyana cuenta la vida de semidioses, héroes, el exilio en el bosque, la guerra. Sugiere un regreso a la naturaleza en la India del feudalismo y la urbanización. Acerca al pueblo el mensaje de los veda, reservado solo a los letrados, los brahmanes. Del mismo nombre que su epopeya prima, forma un corpus válido para casi todas las formas dramáticas y se mantiene de forma sorprendente presente en las preocupaciones contemporáneas, incluso fuera de Asia. Prueba de ello es el éxito que han tenido en Occidente varias adaptaciones teatrales, entre ellas la de Michael Meschke (1984) para títeres.

Bibliografía

  • Le Râmâyana de Vâlmîki [El Ramayana de Valmiki]. Ed. Madeleine Biardeau and Marie-Claude Porcher. “La Bibliothèque de la Pléiade” series. Paris: Gallimard, 1999.
  • Rajagopalachari, C. Ramayana. Bombay: Bhavan’s Book University, 1983.
  • Tilakasiri, Jayadeva. The Role of the Ramayana and the Mahabharata in the Puppet Theatre of Asia [El papel del Ramayana y el Mahabharata en el teatro de títeres de Asia]. New Delhi, 1973.