Antes de la llegada de los europeos las sociedades indígenas de Oceanía hacían poco uso de los títeres. Los aborígenes de Cape York en Australia usaban esculturas de madera para representar animales y danzas de pesca basadas en mitos, y cabe suponer que otras culturas tuvieran las mismas costumbres, especialmente aquellas con una rica tradición de máscaras.
En la Isla Malekula, en Vanuatu (antigua Nuevas Hébridas), había un tipo de títeres de varillas (temes nevimbur) empleado en representaciones en ceremonias secretas. Los titiriteros ocultos sostienen las figuras por encima de sus cabezas para convencer a los espectadores de que las figuras tienen vida propia. Las frágiles cabezas eran modeladas con una pasta vegetal sobre la base de un coco o un montón de hojas puestas en la punta de un palo, y las figuras se destruían al final como parte del ritual.

Hawái

Hawái tenía un tipo de títeres hecho de una cabeza separada, cuyo cuello encajaba en un torso hueco, y brazos tubulares separados. Por el brazo se extendían unas cuerdas hacia el torso y la tapa (tela negra) alrededor de la base de la figura escondía la mano del titiritero mientras movía el cuello y las cuerdas del brazo. Dichas figuras se hacían en el siglo XIX y existe la posibilidad de que existieran antes de la llegada del Capitán Cook.
Existe mayor documentación, a partir de 1820, para un segundo tipo de títere que se empleaba en hula ki’I (“danza de imágenes”), danzas u obras representadas puramente como entretenimiento mediante títeres simples detrás de una pantalla de tapa. Las figuras tienen cabezas de madera y torsos hechos de una sola pieza, con brazos unidos a los cuerpos con bisagras de tela. Los brazos son trabajados por las manos de los titiriteros, escondida por el traje de las figuras. Esta tradición de títeres hawaiana, con influencia del contenido de espectáculos de títeres foráneos, se mantuvo viva hasta el siglo XX gracias a los ocasionales maestros hula en las áreas rurales.

Maorís

Los Maorís de Nueva Zelanda (se cree que provenientes de Hawái) tenían un tipo de títere (karetao) el cual se cree que antecede al asentamiento europeo. Cabeza, cuerpo y piernas son esculpidas en una pieza con una pequeña asa debajo de los pies. Los inarticulados brazos están unidos mediante cuerdas a través de los hombros que se unen detrás de la figura. Se les daba movimiento agitando la figura y tirando de las cuerdas. Las figuras masculinas y femeninas sobreviven pero no existe ningún registro sobre su uso exacto.

Importaciones europeas.

Tras la colonización de los europeos, el desarrollo del teatro de títeres en Oceanía fue inicialmente influenciado por el teatro de títeres de Gran Bretaña y de los Estados Unidos, especialmente en las colonias británicas (actualmente estados) de Australia y Nueva Zelanda. Existen referencias a fantoccini (una variedad de títere inglés) y teatro mecánico en Australia desde 1830, y la posibilidad de un espectáculo de Punch y Judy en 1824.
Las Royal Marionettes de McDonough y E. Deaves de los Estados Unidos estuvieron en Honolulu a finales de 1874, y Walter E. Deaves llevó su espectáculo de títeres en 1884; la antropóloga Katharine Luomala observa que ambas compañías tuvieron menos impacto en los nativos que un joven ventrílocuo de Australia, Fred W. Millis, que actuó en 1886 con seis muñecos. Su actuación posiblemente inspiró al Rey Kalakaua para incluir un hula ki’i de seis títeres reales en la celebración de su cincuenta cumpleaños aquel mismo año.
En 1875-1876 las Royal Marionettes de McDonough y Earnshaw emprendiron una gira de un año en cuatro de las colonias australianas (las cuales se convirtieron en estados de una federación en 1901) y Nueva Zelanda. Su espectáculo originalmente había pertenecido a William J. Bullock de Inglaterra (ver Bullock’s Royal Marionettes) que a su vez lo había comprado a Lambert D’Arc (ver D’Arc’s Marionettes) e incluían fantoccini, un espectáculo de juglares y una pantomima. El impacto de esta gira se vio incrementado por el hecho de que tres de sus titiriteros, el señor y la señora Charles Webb y Charles Trotter, se quedaron para crear su propia compañía y realizar una gira por Australia y Nueva Zelanda. Tanto Webb como Trotter eran nietos del títere inglés Charles Middleton. Como concesión a su nueva base colonial, uno de los personajes de juglares negros fue llamado Señor Kauri, por un árbol neozelandés, pero por lo demás el espectáculo era muy parecido al que habían abandonado. En la década de 1873 Charles y Jane Webb, junto a Charles Trotter, circunnavegaron el globo, actuando en los cinco continentes.
En 1892, Lambert D’Arc viajó de Cardiff, Gales, hasta Australia, vía Sur África, con un espectáculo de títeres similar, anunciado como Fantoches Françaises. Viajó con sus seis hijos y realizó giras por el Este de Australia y Nueva Caledonia. La mayoría de su equipo fue destruido por el fuego en Cooktown en el lejano Norte de Queensland, donde residieron durante la primera mitad de 1893 para poderlo reconstruir. Lambert D’Arc murió en Thursday Island, pero sus hijos actuaron en Java, Singapur, India, Corea, China, y Japón. El espectáculo fue llevado a Asia hacia 1900 por un hombre de Melbourne, F.T. Barrass, que giró por Australia y Nueva Zelanda de 1902 a 1904. Más tarde presentó un espectáculo de títeres en solitario en estos dos países y en Fiyi.
En 1907-1914, en un gira mundial, Deaves’ Marionettes actuó en Australia y Nueva Zelanda así como en Hawái (que había sido anexado a Estados Unidos en 1898), Samoa y Fiyi.

El teatro de títeres moderno en Oceanía

Desde las primera décadas y bien entrados en el siglo XX, los títeres que se podían ver en Australia y Nueva Zelanda eran principalmente títeres de Inglaterra o de los Estados Unidos (o versiones locales de ellos), en espectáculos de Punch y Judy. Los comienzos de un teatro de títeres local y moderno distinto en estos países data de finales de los años 30, con las Goodwin Marionettes, dirigido por Arnold Goodwin en Nueva Zelanda en 1937 y la empresa de títeres, más pequeña, de Kay y Allan Lewis en Australia, Sídney, en 1936.
En ocasiones los europeos han trabajado con pueblos indígenas para crear espectáculos de títeres. Oliver Sublette, un americano que finalmente se asentó en Australia, dirigió en Nueva Guinea una obra de títeres de guante en lengua pidgin y una versión de títeres de uno de los cuentos locales en inglés. Estos fueron presentados en el segundo Festival de las Artes del Pacífico Sur en Rotorua, Nueva Zelanda en 1976. W.D. Nicol (1907-1978), un actor jubilado y artesano, profesor del Melbourne Teachers’ College, introdujo el teatro de títeres en el Kormilda College en el territorio norte de Australia en 1968-1969. Los estudiantes aborígenes de diferentes tribus y grupos lingüísticos crearon títeres con las marcas de sus propias tribus, y presentaron versiones en teatro de sombras de sus propias leyendas.
En otros lugares de las islas del Pacífico, el teatro de títeres moderno se ha desarrollado bajo la influencia de fuentes externas. Los titiriteros franceses han visitado los territorios franceses de Tahití y New Caledonia y algunos se han hecho residentes y han creado espectáculos allí. En Tahití, los espectáculos de títeres patrocinados por la Maison de la Culture han usado temas de la cultura polinesia interpretada por los nativos. De igual manera, los titiriteros de los Estados Unidos continentales, han trabajado en Hawái, estado norteamericano desde 1959. Durante muchos años Tamara Montgomery ha supervisado cursos de teatro de títeres en la Universidad de Hawái, y los estudiantes han basado a veces sus espectáculos en las leyendas hawaianas. También ha enseñado en la Samoa americana.
La polaca Sunhild Hampson (1914-2002), que creció en Austria y se formó con los titiriteros Hohnsteiner de Alemania bajo la supervisión de Max Jacob, se mudó a Inglaterra tras la Segunda Guerra Mundial. Trabajó con títeres de guantes y sombras, con su esposo inglés, Charles, como ayudante. Desde 1952 se residieron en Nueva Zelanda y Australia y finalmente, en 1962, se mudaron a Hawái donde dieron representaciones hasta la muerte de Charles en 1990.
El teatro de títeres ha sido empleado por los misioneros del Pacífico y los mormones lo han usado para tratar problemas de salud en Samoa, Fiyi y Tonga. En 1997 la Cruz Roja de Fiyi comenzó un proyecto de “teatro de títeres en la educación” en Suva dirigido por Temo Sasau, que se conoció como “Puppets for Peace” (Títeres por la Paz). Los programas han tratado sobre el uso de las drogas, temas sanitarios (incluidas las enfermedades de transmisión sexual y el VIH/SIDA), preparación para los desastres y temas medioambientales. En 2002 el proyecto se amplió para implicar a los voluntarios de la Cruz Roja en Tonga, Samoa, Vanuatu y en las Islas Cook. En 2003 la Cruz Roja australiana invitó la titiritero surafricano Gary Friendman a Suva a impartir un taller y dar consejo profesional.

Bibliografía

  • Allen, Peter. ‘Sunhild Edith Hampson’.  Obituary in Puppetry International (UNIMA-USA) Issue #13, 2003, p. 40.
  • Friedman, Gary.  ‘Puppets in Fiji’.  Article in The Australian Puppeteer, Winter 2004.
  • Luomala, Katharine.  Hula Ki’i: Hawaiian Puppetry. Institute for Polynesian Studies, Honolulu, 1984.
  • Malkin, Michael R.  Traditional and Folk Puppets of the World.  A.S. Barnes & Co., Cranbury, NJ, 1977, Chapter 9, pp. 151-160.
  • Parsons, Philip (Editor). Companion to Theatre in Australia. Currency Press, Sydney, 1995, pp. 468-470.