Personaje del teatro de títeres ruso, tan emblemático que hoy en día su nombre se emplea también como un sustantivo para denominar al títere de guante en general.
Los testimonios sobre Petrouchka, el héroe del mundo del títere ruso, aparecen solo en el siglo XIX. Las opiniones de los histórianos varían en cuanto a sus orígenes. Algunos creen que Petrouchka nació de personajes europeos análogos; otros buscan sus raíces en Asia; y otros en Rusia misma. En el siglo XVII, el erudito alemán Adam Olearius, que viajaba en Rusia, dibujó un teatro portátil con la forma de túnica, lo que da entender que los títeres de guantes rusos tienen un origen oriental. Pero, puede que en el marco de representaciones de este tipo, el personaje de Petrouchka apareciera mucho más tarde, bajo influencia occidental.
La comedia de Petrouchka o, abreviado Petrouchka se daba por lo menos desde los años 1840, en los que se utilizaban títeres de guantes por encima de una pantalla móvil. Aunque apareció al lado de Pulchinela entre 1840 y 1879, el títere ruso acabó por eclipsar la famosa “máscara” italiana proveniente de la commedia dell’arte. El espectáculo se componía de una serie de escenas en las que el héroe se enfrentaba a varios personajes. El enredo estaba poco desarrollado y la unión entre las escenas era bastante floja. En todos sus primeros espectáculos, la comedia usaba sobre todo la pantomima y a medida que Petrouchka cogió importancia, se añadieron diálogos al enredo. Petrouchka tenía una voz aguda y fuerte, y destacaba por emplear un pito o lengüeta, en ruso pichtchik. Las escenas con diálogos acababan a menudo en escenas de acciones: baile, combate, ejercicios militares, equitación, etc. El titiritero definía el número y el orden de las escenas, y su elección dependía del estatus profesional y social del titiritero, de la variedad de títeres disponibles, de las costumbres locales, de la censura y por supuesto de la naturaleza del público. Se reunieron casi cincuenta textos a finales del siglo XIX y a principios del siglo XX. Tras analizar cuarenta de ellos y basarse sobre las situaciones dramáticas, la folklorista Anna Nekrylova, distinguió veintitrés escenas. El contenido de la Comedia, si nos fijamos en las situaciones que se encuentran en casi todos los textos, se componía de siete escenas. Nekrylova las nombró así: 1. Entrada de Petrouchka. 2. La escena de la novia. 3. La compra del caballo. 4. La prueba del caballo. 5. El doctor (El tratamiento). 6. El servicio militar. 7. Desenlace (Final).
Alrededor de Petrouchka, los personajes cambiaban. Los protagonistas permanentes era: el Gitano (Petrouchka le compra un caballo), el Doctor (Petrouchka le llama tras caerse de un caballo), el Policía, el Cabo o el Oficial (lo detienen o le reclutan como soldado y le inician a la profesión de las armas), y la Novia. Petrouchka no tiene amigos. Se enfada con todo el mundo, mata casi a todos sus enemigos. Solo en el desenlace, cuando le aterroriza un enorme perro (a veces el Diablo o el Domovoï, el duende de la casa), Petrouchka se torna muy meloso y habla de forma muy tranquila para calmar al perro (o al Diablo, o al Domovoï). En vano: acaba en la boca del perro aunque haya triunfado del Diablo. En solo tres de los cuarenta textos analizados por Nekrylova acaba vivo. Al contrario que los espectáculos europeos del mismo tipo, la variante rusa tiene un final “trágico”, trufado, sin embargo, por muchas bromas y risas.
El títere de Petrouchka tenía una nariz grande, que le daba un perfil expresivo. Tenía también una joroba (a veces dos, atrás y delante) y su cara se iluminaba de una sonrisa espantosa. La mayor parte del tiempo llevaba un gorro y una camisa roja. A veces, debajo de camisa, aparecían piernas que se utilizaban solamente cuando el titiritero le ponía sentado en el borde del escenario. En esta postura, Petrouchka cantaba aires populares o hablaba con el charmanchtchtik, el organillero que acompañaba el espectáculo, servía de intermediario entre el escenario y el público, “traducía” las frases demasiadas confusas de Petrouchka o recogía dinero para su boda. El teatro de títeres del siglo XIX escondía al titiritero enteramente. Su bastidor de madera estaba cubierto de calicó impreso. Era una simple pantalla que no tenía frontón.
A principios del siglo XX, la Comedia de Petrouchka volvió rápidamente a la manera de otras formas de cultura popular. El espíritu de la feria se extinguió para el beneficio del cine y de las varietés. Tras abandonar las ferias, Petrouchka se convirtió por un lado, en un personaje para niños y por otro, en héroe romántico, papel desempeñado por Nijinski en el famoso ballet de Stravinsky. La revolución de octubre de 1917 resucitó por un tiempo este teatro de títeres, pero su protagonista solo compartía el nombre del antiguo títere. Había perdido su nihilismo y su independencia, seguía llevando la camisa roja pero por razones políticas, por lo que los soviets usaron a Petrouchka como herramienta de propaganda. Este nuevo héroe “positivo” apareció también en sketches activistas y en espectáculos edificantes para niños hasta los años 1920. Durante los años siguientes, los esposos Efimoz (véase Efimova-Seminovitch) volvieron a darle vida con las raíces tradicionales del personaje. Pero fue en los años 1980, con la perestroika, cuando renació con fuerza el interés por las tradiciones populares. De este modo a partir del siglo XXI, hemos podido asistir a varios espectáculos con Petrouchka como protagonista. El modelo más fiel es el hecho por la actriz Tatiana Chounakova con los títeres históricos. Sin embargo, los más famosos son los de Anatoli y Larissa Arkhipov, más adaptados a los tiempos modernos. Tampoco se puede olvidar el uso del personaje en una obra paródica de Alexander Zabolotni.
Bibliografía
- Guillemin, Alain, Polichinelle(s) d’Europe : pour marionnettes à gaine et à tringle, Roubaix, Théâtre Louis Richard, 1991.
- Kelly, Catriona, Petrushka, the Russian carnival puppet theatre, Cambridge, Cambridge university press, 1990.
- Nekrylova, Anna, Russkiye narodnye gorodskiye prazdniki uvesseleniya i zrelishtcha [Vacaciones rusas, entretenimiento y espectáculos populares], Leningrado 1988.
- Rovinski, D.A. Russkiye narodnye kartinki [Dibujos populares rusos], San Petersbugo 1881, vol. 5.
- Solomonik, I.N., Kukly vykhodiat na stzenu [Los títeres entran en el escenario], Moscú 1993.
- Teatr Petrushki [El teatro de Petrushka]. Ed. O. Tsekhnovitser and I. Yeremin. Moscow/Leningrad, 1927.
- Yerimin, I., Russky narodny kukolny teatr [El teatro de títeres popular ruso], en Tchekhnovitzer O., Yeremin, I., Teatr Petrushki [El Teatro de Petrouchka], Moscú et Leningrado 1927.