Si se puede señalar un antepasado del Hanswurst del siglo XVII en Viena sería Riepel, rival del campesino Wästl en los espectáculos piadosos con actores que llevaban a cabo los jesuitas; los titiriteros de esta época eran extranjeros que instalaban sus teatros itinerantes en las plazas de las ciudades, con marionetas de hilos o de guante, o alternando espectáculos de actores y de títeres.
Muchos de ellos eran titiriteros de Pulcinella venidos del sur de Europa: Blasius Manfredi, originario de Malta, en 1649; el boloñés Pietro Gimonde en 1657; o Peter Resonier, titiritero italiano, que actuó de 1667 a 1707 en la Judenplatz de Viena. Los «titiriteros de Polichinela» Stephan Landolphi y Joris (Georg) Hilverding también actuaron en Viena. Así, Polichinela en seguida se hizo muy popular en Austria. Perdió su media-máscara negra, pero conservó su nariz ganchuda, su joroba y su gran barriga.
En Salzburgo, las ferias anuales del Dultzeit, en primavera, y el Ruperti-Dult, en otoño, atraían a muchos narradores de cuentos y a titiriteros itinerantes. Se utilizaban todo tipo de títeres: de guante, de hilos, de vara a la cabeza… En los pueblos y en los barrios periféricos, los espectáculos se representaban en hostales y estaban destinados a gente humilde y a campesinos.
La atracción que sentían por Viena los titiriteros y la gente de teatro en general creció a partir de 1776 cuando José II abolió el monopolio imperial del teatro, establecido en 1728. Entre 1776 y 1810, se crearon muchos teatros de marionetas de hilos en los barrios periféricos de Viena; se trataba de modestos teatros municipales. Sin embargo, las autorizaciones para ello constituían un privilegio reservado a los titiriteros locales de buena reputación y a aquellos que representaban obras de calidad demostrada. Familias como los Walcher, los Glass o los Schindler se instalaron en estos barrios de Viena y representaron entre otros, en el caso de Hermann Walcher (1916-1991), hasta la década de 1990, espectáculos de marionetas de hilos y de improvisación. El vínculo entre teatro de marionetas de hilos y espectáculo de improvisación parece haber sido una especificidad de la tradición dramática popular.

Los personajes germanófonos populares

El personaje cómico de Hanswurst (Juan Salchicha), incluso si sus orígenes remontan al siglo XVI, le debe mucho a los directores de compañía Johann Baptist Hilverding (1677-1721) y Joseph Anton Stranitzky (1676-1726). Se dice que Hilverding fue su padre espiritual y que Stranitzky le dio vida, encarnándolo por primera vez en 1708 en la plaza de Neuen Markt en Viena. Después de la muerte de Stranitzy, fue Gottfried Prehauser (1699-1769) quien retomó el personaje de Hanswurst. Pero su libertad de interpretación fue restringida bajo la presión de los reformistas “ilustrados” del teatro, los cuales a partir de 1752, controlaron estrictamente los espectáculos basados en la improvisación. Tras la muerte de Prehauser, el personaje fue prohibido, pero sobrevivió en parte dentro del personaje de Kasperle Larifari que fue creado en Viena por el actor Johann Laroche (1745-1806) y que más adelante pasó a ser títere. Contrariamente al Kasperle de hilos, el Kasperle de guante dominaba el espectáculo con sus entradas cómicas y con sus peleas. El canciller Metternich (1773-1859) le hizo cerrar su «bocaza» de 1810 a 1848. Sin embargo, aunque fuera mudo, el Kasperle de guante no perdió su poder subversivo.
El Wurstelprater («el Prater de la Salchicha»), como se apodó una parte del parque imperial del Prater ofrecido por José II a la población de Viena en 1766, acogió a muchos espectáculos de Hanswurst, como actor y como títere, y más adelante a Kasperle. El titiritero de guante Wilhelm Valcareggi (1869-1940) interpretó sus espectáculos de Kasperle hasta los comienzos del siglo XX. Dichos espectáculos se fundaban en la improvisación y el enlace de escenas era parecido al del Punch and Judy inglés. Todo lo que el Estado representaba, la pedantería, el esnobismo, la burocracia, fue satirizado sin piedad.

La influencia checa

Bohemia, región unida a Austria bajo la tutela de la casa de Habsburgo, experimentó un “renacimiento nacional” en la segunda mitad del siglo XIX. Los titiriteros de Viena encontraron un tema para sus espectáculos, comentando con humor sus intentos de emancipación. El titiritero Georg Niedermayer (1860-1942) popularizó el personaje de Pimperl (véase Pimprle), personaje originario de Bohemia. A finales del siglo XIX, el titiritero Johann Trappl (1843-1912) instaló su teatro en uno de los numerosos pequeños Prater que se desarrollaron al margen del gran Prater. Su especialidad eran los espectáculos de marionetas de hilos acompañados por un organillo. En sus representaciones actuaba un tal Wenzel junto a Kasperle. Este personaje hablaba en alemán con acento checo y decía que era vienés, y así quedaba en ridículo, hasta que finalmente Kasperle tenía la última palabra y restauraba el orden.

Otros tipos de espectáculos

Aparecieron nuevas formas de teatro de títeres que hicieron competencia a las más tradicionales. A finales del siglo XIX se desarrolló la ópera de títeres, a menudo considerada como el legado de los Hilverding: Florian Bahonek (1865-1943) fue uno de los que, en 1887, representaba espectáculos de títeres inspirados en óperas. Esta tradición continua existiendo hoy en día en Viena y en Salzburgo (ver Salzburger Marionettentheater).
Las artes mecánicas y ópticas tuvieron éxito a partir del siglo XVIII. En 1752 se acabó la construcción del Teatro mecánico e hidráulico de los Jardines de Hellbrunn, en Salzburgo. Matthias Tendler (1753-1825), originario de Eisenerz, en Steiermark, y el tirolés Christian Joseph Tschuggmall (1785-1855) viajaban con sus gabinetes de títeres mecánicos. El belén mecánico de Steyr, creado alrededor de 1800, es el teatro de títeres de varillas más antiguo de Europa que sigue en funcionamiento. Otros belenes fueron creados en Viena, en Traismauer, Linz, Sankt Pölten, y en Eger. Pero esta tradición perdió su popularidad a principios del siglo XIX y la mayor parte de los belenes mecánicos desaparecieron progresivamente (ver Nacimiento).
El teatro de papel, que vino de Inglaterra a principios del siglo XIX, tuvo un gran éxito en Austria. La edición de teatros de papel comenzó alrededor de 1820 con los talleres litográficos de los hermanos Joseph (1792-1839) y Matthias (1790-1868) Trentsensky. Los más demandados eran los clásicos del teatro (Guillermo Tell y Los bandidos de Schiller, y Fausto de Goethe) y de la ópera (Lohengrin de Wagner y Turandot de Puccini). La realización de las planchas fue confiada a jóvenes y brillantes artistas como Moritz von Schwind, Josef Kriehuber, Josef Danhauser o Johann Matthias Ranftl. Los textos y las fuentes fueron adaptados con el objetivo de atraer la atención de los niños y adolescentes hacia el teatro.

El siglo XX

Se distinguen dos nuevas corrientes en el teatro de títeres austriaco a principios del siglo XX, uno llamado «artístico» y el otro llamado «educativo». El primero fue debido a los artistas plásticos que vieron en el teatro de títeres un modo de expresión artística. El segundo nació del interés de los maestros y pedagogos por este teatro, que más adelante se integraría en los programas escolares.
Los títeres artísticos. Los títeres de Salzburgo figuran entre los primeros teatros de títeres artísticos en Austria; y a principios del siglo XXI, todavía sigue en funcionamiento. Su particularidad es que representa óperas de Mozart, pero también de otros grandes compositores. Para su inauguración, en febrero de 1913, su director Anton Aicher llevó al escenario Bastien und Bastienne (Los amores de Bastien y Bastienne) de Mozart. Otro teatro artístico excepcional fue el Figurenspiegel, cuya creación y puesta a punto fue obra de Richard Teschner (1879-1948) en 1932; hoy en día se encuentra en el Museo nacional del teatro Österreichisches Theatermuseum (Viena). Inspirándose en los títeres de varillas de la isla de Java de wayang golek, Richard Teschner creó un nuevo tipo de títeres de varillas que llevó al escenario en espectáculos de pantomima acompañados de música. Su Figurenspiegel (Espejo de títeres) se emancipaba del teatrillo: estaba compuesto de un escenario circular único en su género. En la década de 1930, los títeres de Salzburgo y el Figurenspiegel de Teschner consiguieron un éxito internacional: los títeres de Anton Aicher lo consiguieron sobre todo en Rusia, en 1936 y en París, en 1937, y el Figurenspiegel de Teschner en Londres, en 1934. También en esta época, en 1936, Heinrich Ruprecht fundó en Viena su teatro artístico de marionetas de hilos donde presentó obras del Conde Franz von Pocci, leyendas de Viena, obras personales y solos.
El teatro de títeres educativo. A partir de la década de 1920, las compañías familiares cedieron su sitio progresivamente a los pequeños teatros cuyos directores pertenecían a la pequeña o la mediana burguesía. Los personajes que antes habrían sido objeto de burla como el Doctor o el Profesor, en adelante fueron tratados con respecto.
En las ferias, los músicos que tocaban instrumentos de mecánicos obtenían mejores sitios que los titiriteros. Al perder el público adulto, los titiriteros se dirigieron al público infantil. Por otro lado, la pedagogía se convirtió en una parte importante del espectáculo, y el nuevo Kasperle humanista se difundió por las escuelas. La universidad popular de Viena Urania propuso cursos de aprendizaje de las artes del títere en los que participaron, sobre todo, pedagogos. El estudiante de psicología Siegfried Raeck, que impartía uno de estos cursos, publicó en 1934 su Kasperlbuch (Libro de Kasperle) en el que estableció una bibliografía crítica de las obras de Kasperle. Entonces, los titiriteros cuyo repertorio contenía obras designadas en este libro como “inapropiadas” se vieron en una situación difícil.
El teatro de títeres bajo control. Austria estuvo unida a Alemania de 1938 a 1945. Durante este periodo, la actividad de los titiriteros fue gobernada por la administración nazi. Para poder continuar practicando su arte, los titiriteros debían declarar y tenían la obligación de demostrar su “pertenencia a la raza aria”, a través de una impuesta organización profesional. Los contenidos y los personajes tradicionales, Kasperle en particular, fueron adaptados a los preceptos germanófilos y antisemitas.
Hacia la renovación. La pareja de maestros Marianne y Hans Kraus fundó en 1950 el Urania Puppentheater (Teatro de títeres Urania), que representó, con Kasperle y el osezno Pezi, sus dos personajes principales, el nuevo teatro de Kasperle vienés de la posguerra dirigido a los niños.
Tras la década de 1970, los medios de expresión utilizados en las artes de los títeres se diversificaron. El actor, recitador del texto y titiritero, buscó su sitio junto a los títeres; como Arminio Rothstein (1927-1994), figura importante del títere de la posguerra (hilos, guantes, varillas), que fue uno de los primeros en Austria en subir al escenario junto a sus títeres, sobre todo en el personaje del payaso Habakuk.
Artes del espectáculo. Las nuevas alianzas entre la comedia, el teatro de máscaras, la pantomima, la danza, la música y el teatro de objetos producen espectáculos originales para niños y adultos. En la década de 1970, Erwin Piplits (nacido en 1939) llevó a cabo experiencias innovadoras en su PupoDrom y más tarde en su Serapionstheater, teatro de imágenes y movimientos.
Materiales, formas y técnicas de manipulación evolucionan en función de la imaginación y la inspiración de los artistas; muchos de estos artistas gozan de un renombre internacional.Christoph Bochdansky (nacido en 1960) se inspiraba en las artes plásticas y siempre buscaba nuevas formas de articular el juego entre el hombre y el objeto. Sus representaciones originales de las novelas de Rainer Maria Rilke Der Drachentöter (El cazador de dragones) y Frau Blahas Magd, en colaboración con Rose Breuss (danza), manifiestan este camino.
El Kabinett-Theater de Julia Reichert (nacida en 1950) y Christopher Widauer (nacido en 1961) produce espectáculos en colaboración con artistas y compañías provenientes de otras artes del espectáculo (ópera, teatro de actores, etc.).
Organizarse y promover. Después de la década de 1980, se crearon muchas asociaciones nacionales y regionales, como el Club austríaco del títere, que ofrecen sobre todo formación en materia de títeres.
Austria no tiene un centro de formación universitario consagrado a las artes del títere, pero los programas universitarios dan, incluso, más importancia a la investigación y a la enseñanza de estas artes. Por otro lado, la asociación IMAGO, que a partir de 2003 trabaja en cooperación con el Festival de teatro de títeres de Wels para la promoción del teatro de títeres, aspira a establecer una formación inicial y continua de las artes del títere basada en la cooperación internacional de los profesores, los artistas y los estudiantes.
Se han creado muchos festivales internacionales gracias a la iniciativa de artistas. Gustav Dubelowski-Gellhorn (1912-1991, Pupilla), se encuentra en el origen de la creación en 1990 del Festival internacional del teatro de títeres de Wels. Karin *Schäfer y su Figurentheater organizan el festival PannOpticum en Neusiedl am See. Airan Berg y Martina Winkel (Theater ohne *Grenzen, Teatro sin fronteras) han creado un festival internacional bienal de teatro de títeres para adultos, Die Macht des Staunens (El Poder del Asombro). También es necesario mencionar los festivales de Mistelbach, de Hohenems y de Klagenfurt.

(Ver también Teatro de títeres del castillo Esterháza, Karl Michael Joseph von Pauersbach, Oskar Kokoschka.)

Bibliografía

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