Titiritero colombiano. Desde su infancia, Sergio Londoño mostró su inclinación hacia la pintura y hacia la fabricación de muñecas de arcilla. Ventrílocuo y gran charlatán, pintor, ejerció varios oficios y un día fue encargado de pintar los paneles anunciando los espectáculos del teatro Escorial y Olímpica de Manizales. Este evento fortuito decidió su destino de titiritero. En 1914, llegó en efecto a esta ciudad una compañía española de teatro de variedades con ochenta artistas y una gran cantidad de títeres. Sus talentos de pintura, cantor e imitador fueron marcados por don Juan Cassola que descubrió en él un autentico artista popular y que invitó a unirse a su compañía. Aprendió así a manipular los títeres, a preparar los escenarios, a manejar la cortina, etc. Antes de marcharse, los españoles le regalaron quince títeres. Sergio Londoño Orozco surcó en adelante la ciudad y la región cafetal detrás del asno con sus títeres. Aunque creó su personaje más famoso Manuelucho Sepúlveda y Vinasco, un títere de guante, jefe de la fila de una compañía de alrededor de cien títeres con la cual él llenó las grandes salas del teatro de la región. Los personajes más populares que él creó son auténticos bogotanos y colombianos. Chepa, Toribio y Matea (Negros), El Patas, Belcebú, la Chupamuertos, la Gripa Chumacera, los curas Asmita y Mafafo quedan todos en la memoria de los aficionados colombianos de los títeres.
(Véase Colombia.)