Compañía de teatro de títeres italiana fundada en 1914 en Roma por Vittorio Podrecca, que fue durante medio siglo su director principal.

Vittorio Podrecca (Cividale del Friuli 1883-Ginebra 1959), personalidad ecléctica e innovadora, creció en una familia de músicos y dramaturgos, y esta experiencia familiar se encuentra en su concepción de los títeres. La característica fundamental de sus numerosos espectáculos era una especie de musicalidad expresada por la coreografía de sus figuras ‘movidas por hilos que recuerdan a acordes musicales’.

El repertorio de la compañía de Piccoli era vasto y tenía obras de Monteverdi, Mozart, Gluck, Purcell, además de músicos contemporáneos. Los comienzos de la compañía tuvieron lugar en la sala Verdi del palacio Odescalchi de Roma, junto al célebre Teatro degli Indipendenti de Anton Giulio Bragaglia y de Luigi Pirandello, con la Marcia per marionette (Marcha de los títeres) de Charles François Gounod, La serva padrona (La señora de la limpieza) de  Giovanni Battista Pergolesi y La fata Morgana (El hada Morgana) de Yorick, ante un público excepcional: Eleonora Duse, Pietro Mascagni, Arrigo Boito, Claude Debussy, Igor Stravinsky y Arturo Toscanini entre otros.

La compañía se beneficiaba de la contribución del hábil titiritero Gorno Dall’Acqua y durante alrededor de diez años continuó dando espectáculos, en su local en Roma, siempre más orientados hacia el dominio musical, estimulando la creatividad de cantidad de escenógrafos y compositores.

Luigi Ferrari Trecate compuso en 1922, sobre un texto de Gioacchino Forzano, el cuento musical Ciottolino y Ottorino Respighi, el mismo año, La bella addormentata nel bosco (La bella durmiente en el bosque, basado en Charles Perrault). Alfredo Casella ofreció su dirección musical para la edición de 1917-1918 de los Balli plastici (Ballets plásticos) de Fortunato Depero. Bruno Angoletta, Mario Pompei y Duilio Cambellotti crearon los decorados de numerosos espectáculos, contribuyendo a hacer del Teatro dei Piccoli lo que el escritor Giovanni Papini definió como “el pequeño teatro para los grandes …, el único lugar donde un hombre con imaginación puede rendirse sin temer la desilusión”.

Numerosas giras en el extranjero, coronadas de éxito, ocuparon a la compañía (25 personas, más de 2.000 títeres, 20.000 representaciones en 36 países) durante quince años a partir de 1921. Sorprendido en Estados Unidos por la declaración de la Segunda Guerra Mundial, el Teatro dei Piccoli pasó, gracias al apoyo de Arturo Toscanini, a América latina, donde se presentó con éxito, pero donde la situación internacional le obligó a afrontar graves momentos de crisis. Al retorno de la compañía a Italia, en 1951, una necesaria revisión de los programas desembocó en dos corrientes distintas: la primera era espectacular y folclórica y la segunda, más refinada, tenía por meta la escenificación del Retablo de Maese Pedro (El retablo del maestro Pedro, 1956), con la música de Manuel de Falla, en la Piccola Scala de Milan ; y la de Geneviève de Brabant (1958), obra póstuma de Erik Satie, en el XXI festival internacional de Música contemporánea en la Bienal de Venecia.

Tras la muerte de Vittorio Podrecca, que sucedió en 1959 en Ginebra, la actividad de los Piccoli continuó hasta 1963, después vinieron quince años de latencia. Finalmente, en 1979 la región Friuli-Venecia Julia, se comprometió a reconstruir la compañía, que retomó sus espectáculos el 5 de julio de 1979 en Cividale del Friuli, ciudad natal de Podrecca, retomando entonces sus actividades y su presencia en los teatros italianos y extranjeros. Uno de los espectáculos más destacados desde la reanudación se titula Il mondo della Luna (El Mundo de la Luna), basado en un texto de Carlo Goldoni y una música de Franz Joseph Haydn.