Escenógrafo y diseñador soviético de títeres. Boris Touzloukov dirigió desde 1936 hasta 1970 la escenografía del nuevo Teatro Obraztsov (véase Central de Moscú), donde entró invitado por Leonora Shpet. Le debemos más de 25 espectáculos. Su talento romántico contribuyó a aumentar la importancia del cuento de hadas en los repertorios destinados respectivamente a los niños y a los adultos y añadió su propia nota a las tendencias cómicas y satíricas de Sergueï Obraztsov. Sus veinticinco espectáculos para niños y adultos – El gato con botas (1936), La lámpara mágica de Aladino (1940), El Rey ciervo (1943), Mowgli (1945), El sombrero de paja (1959), La Divina Comedia (1961), Igogo (onomatopeya rusa que imita el relincho del caballo, 1964), El Arca de Noé (1968) tenían siempre una parte de experimentación (disposición del espacio escénico, técnica de los títeres, luces). Perfeccionista, participaba también en la dirección, y determinaba el orden de las escenas y el ritmo general de la acción.

La situación dominante del Teatro nacional de Títeres dejaba a Touzloukov una cierta libertad de expresión, pero, paradojamente, daba a sus investigaciones el valor de un ejemplo que seguir. De este modo, en los años 1940 y 1950, Touzloukov se convirtió, sin querer, en un modelo para los titiriteros soviéticos. Sin embargo, aquellos que lo imitaban, no lograban restituir la frescura y la autenticidad del original. Si existió una “escuela Touzloukov”, fue gracias a la enseñanza que dio durante varios años, en el Teatro Central.