Pintor y escenógrafo italiano. Desde 1914, los primeros esbozos de los decorados de Prampolini (sin realizar) estaban destinadas al Teatro dei Piccoli de Vittorio Podrecca. Sin embargo, fue cinco años más tarde cuando aplicó al teatrillo algunos de los principios desarrollados en su manifiesto La escenografía futurista (1915), concibiendo decorado y títeres para la creación de Matoum et Tévibar de Pierre Albert-Birot, una vez más para el teatro de Podrecca (1919). La “arquitectura luminosa” que realizó en dicha ocasión, una libre combinación de formas geométricas elementales, le permitió reunir personajes y escenario en una totalidad plástica en movimiento, un universo fantasioso de un gran colorido.

Tras esta realización, Enrico Prampilini creó varios proyectos para títeres. Los destinados a Podrecca no salieron a la luz; en cambio,  Les Scaphandriers nocturnes (Los buzos nocturnos) de Folgore y Bontempelli fueron representados en 1923, en la Boutique del Diablo, un cabaret abierto por Gino Gori en Roma.

Tal y como lo demuestran sus manifiestos, Pamprolini se topó con el títere en el camino de lo que sigue siendo su verdadera utopía, la creación de un escenario dinámico que sirviera a un solo espectáculo: proyecto que le condujo, particularmente, a construir la maqueta de un  Théâtre magnétique expuesto en París, en 1925. Soñaba con “trajes moto-ruidosos” para bailarines mecánicos y con «actores-gas» que se movieran y pedorrearan bajo campanas de cristal, y fue uno de los primeros en imaginar un teatro abstracto en el que los contenidos narrativos estarían a cargo de la luz, el volumen y los sonidos.

En 1927-1928, organizó en París, en colaboración con Maria Ricotti, las representaciones del teatro de la Pantomima futurista, que mezclaba actores vivos  y dobles animados.