Director y profesor ruso. Con dieciocho años, Vladimir M. Stein (o Shtein) dio su primer espectáculo de títeres como aficionado en la Casa moscovita de los pioneros. En 1967, logró su título superior de dirección de títeres con Sergueï Obraztsov con El Soldado y la bruja, obra de Evgueni Speranski que se representó el año siguiente en el Teatro Central que la conservó en su repertorio.
Entre 1969 y 1975, V. Stein fue director en el Teatro Central de Obraztsov y encargado de conferencias en la sección títeres del Instituto de las artes teatrales de Moscú. Por la falta de libertad de creación, se fue de Moscú para irse a Oufa, en Baskortostán, donde se quedó desde 1975 hasta 1985. Fue el primer director de teatro de títeres de la República de Baskortostán. Allí, su espectáculo El Barco blanco, según una novela clásica kirghiz de Tchinguiz Aïtmatov llevado al escenario con la colaboración de su esposa Maria Gribanova, se convirtió en una obra maestra del arte ruso del títere. Los ideales y los objetivos artísticos que V. Stein se había planteado a través del teatro para niños, se cumplieron. Abandonó voluntariamente las obras para títeres y se dedicó a las obras clásicas de la infancia.
De vuelta a Moscú, V. Stein reanimó un proyecto de “teatro de literatura infantil” que no se había llevado a cabo en los años 1930 en Moscú. Pensaba que la buena literatura podía dar forma al mundo armonioso de la infancia capaz de imponerse frente a la invasión del cine y de la informática. En 1989, el proyecto se cumplió con la apertura del Teatro de la Lámpara Mágica en Moscú. Además de los espectáculos, V. Stein recurrió a autores, profesores de las ciencias y de los artes, especialistas de la psicología infantil para establecer programas a largo plazo. Su mayor logro fue la creación del Centro para la reconstrucción creativa de la infancia discapacitada.
En 2002, dos años después de su muerte, V. Stein recibió a título póstumo, el premio nacional de la literatura y de los artes.