Pintor y escultor suizo. Los cincuenta títeres de guante que el famoso artista creó entre 1916 y 1925 en Múnich y en Weimar para su hijo Félix, de los cuales unos treinta aún se conservan, son poco conocidos. Fueron mostradas al público por primera vez en 1979, en el marco de una exposición dedicada al lugar de los títeres, esculturas, relieves, máscaras y objetos de teatro en la expresión artística de Klee en el museo del Arte y de la Historia en Neuchâtel. Aunque marginal (más allá de las numerosas críticas de óperas y espectáculos, así como de varias reflexiones cuyo tema eran los títeres, las máscaras y la música), destaca una cierta dimensión teatral en la obra de Klee. El veía la realidad teatral como un mundo de apariencias, sonidos e imágenes. Sobre las diez mil obras que creó, solamente unas sesenta piezas son en tres dimensiones, de las cuales cincuenta son de títeres de guante. Klee se interesó por las artes plásticas a partir en 1915, empleando sobre todo el yeso para sus creaciones. Las cabezas de sus títeres también se fabricaban la mayoría en yeso. La ropa, excepto las primeras, diseñadas por Sasha von Sinner , fueron creadas por Klee con restos de telas de diferentes colores y estructuras que encontraba por casa. Sus personajes bizarros dan fe del gran sentido teatral, de la parodia, de la sátira y del humor de su creador. En 1916, Klee fabricó también para su hijo un teatro y decorados (lamentablemente perdidos) pegando restos de telas sobre un gran cuadro que colgaba del marco de la puerta. En el plano de atrás colocó una lona de fondo con un paisaje y una iglesia de pueblo. Durante los años de enseñanza en el seno del Bauhaus de Weimar (de 1920 a 1925), Klee experimentó en plena libertad de imaginación todos los materiales (yeso, cartón, gasa, papel, madera, etc.). En este contexto estimulante es donde nace una gran parte de sus últimos títeres, cada vez más abstractos y fantásticos. Klee y su hijo Félix organizaban de vez en cuando representaciones, a menudo sarcásticas y confidenciales, para sus amigos y colegas. Entre la treintena de títeres que sobreviven, llaman especialmente la atención:  L’Autoportrait de Klee, de inmensos ojos marrones y boina de piel, realizado en 1922 en yeso y hueso de buey; La Mort (La Muerte,1916, yeso); Le Poète couronné (El Poeta coronado, 1919, yeso) ; Le Diable (El Diablo, 1922, yeso, guante y anillo metálico) ; Spectre électrique (Espectro eléctrico, 1923, yeso y enchufe de corriente) ; Fantôme noir (Fantasma negro, 1924, papel maché) ; Fantôme (Fantasma, 1925, cajas de cerillas, plumas).