Titiritero y coleccionista francés. Cuando decidió, en 1931, consagrarse a su pasión por los títeres, Jacques Chesnais ya poseía algunos recursos. Antiguo alumno de Fernand Léger, había ejercido hasta allí su talento de grabador en madera y frecuentaba los centros intelectuales y artísticos de Saint-Germain-des-Prés, en París, donde se relaciona con Charles Dullin, Edward Gordon Craig, Arthur Honegger, Marcel Marceau o Serge Lifar.

Los personajes de sus espectáculos fueron diseñados o vestidos por el gran modisto Paul Poiret, por Fernand Léger (para el célebre Match de boxe, Combate de boxeo, creado en el teatro de Vieux-Colombier en 1934), por la actriz y cantante Germaine Montero o el pintor Yves Brayer, a veces por él mismo. Debutó con sus títeres de guante, que abandonó por los títeres de hilos, creó la compañía de Comédiens de bois (Comediantes de madera) con manipuladores de talento –una de ellos su esposa Madeleine (Paris, 1907)– e hizo numerosas representaciones en los escenarios de los music-halls y en prestigiosos teatros europeos. En 1952, Du coq à l’âne (Despropósito) transportó a los espectadores del Teatro de los Campos Elíseos a un viaje imaginario de dos horas y media, compuesto por veintidós escenarios y representado por ciento cincuenta títeres de hilos. Otras obras, en cambio, podían durar sólo unos minutos, como La Pêche miraculeuse (La pesca milagrosa) y Le Ballet des étoiles (El Ballet de las estrellas, 1941), acompañadas por pequeñas formaciones musicales. Jacques Chesnais alternaba, dependiendo de las circunstancias, sketches, bailes, historias representadas sobre lienzo o textos escritos. Fue también un erudito que supo transmitir su saber. A lo largo de toda su vida, redactó numerosos artículos y fascículos temáticos sobre los títeres (Histoire générale des marionnettes, Historia general del títere, Bordas, 1947. Les Théâtres de papier, Teatros de papel, separata, Médecine de France, febrero 1972). Sus investigaciones históricas fueron publicadas en 1947 y su última contribución sacó del olvido una técnica del siglo XIX, el teatro de papel. En 1939, fue encargado de clasificar los fondos del coleccionista Léopold Dor para la exposición del museo Galliera (hoy en día en los muros del museo Gadagne de Lyon). Su propia colección privada, internacional, es sido una de las más bellas del mundo.