Escenógrafo, decorador y director polaco de teatro de títeres. Miembro del Niezależny Tadeusza Kantora (Teatro Independiente de Tadeusz Kantor), de Cracovia, durante la Segunda Guerra Mundial: actuó en Powrót Odysa (El retorno de Ulises) de Stanisław Wyspiański. Tras la guerra, hizo los cursos del Studio Teatralne (Taller de Teatro) del Stary Teatr, de Cracovia y de la Academia de Bellas Artes (pintura y decorado), donde se diplomó en 1952. Debutó en 1945 en el Teatro Groteska, de Cracovie, donde fué decorador entre 1947 y 1948. Junto a Władysław Jarema, aprendió el arte del teatro y bajo la dirección artística de de Henryk Ryl en el teatro Arlekin de Łódź (1949-1951), se formó en las diversas técnicas de los títeres. A la cabeza del Miniatura, de Gdańsk (1952-1961), hizo de esta compañía una de las más interesantes de Polonia. Colaboró con la mayoría de los teatros de títeres del país, particularmente comprometido con los de Słupsk, Wałbrzych, junto con el Guliwer de Varsovia, del Teatro dramático de Gdańsk y del Teatro lírico de Gdynia.  Sus obras más importantes en cuanto al decorado son Sambo i lew, de Henryk Ryl (Sambo y el león, 1950); Bo w Mazurze taka dusza (Porque los mazovianos no tienen frío en los ojos, 1962); Złoty klucz de Jan Ośnica (La llave de oro, 1965), Pan Twardowski de Ludomir Róźycki (1968), Słowo owyprawie Igora (La balada de la campaña de Igor 1973) y finalmente, de Lucjan Rydel, Betlejem polskie (Un Belén polaco, 1981). A los ciento noventa decorados que realizó para teatros de títeres, hay que añadir los (más de un centenar) destinados a teatros convencionales. Sus decorados para títeres mostraban su apego a la tradición, al folclore y a la historia nacional y desde un punto de vista formal, a la arquitectura de la szopka (representación de la Natividad). Los títeres de Bunsch, a menudo de vara, son famosos por la simplicidad e integración de sus formas y por la riqueza cromática de los trajes inspirados en el folclore y el pasado histórico.