Director ruso, activo en los años 1960-1970 y que representaba el teatro llamado del “tercer tipo”: entre el teatro de actor y los títeres. Boris Ablynine, diplomado de la Teatralnoye uchilische imeni Borisa Shchukina (Escuela Teatral Boris Shchukin) en 1949, fue director en el Teatro de Títeres Letón, en Riga (1954-1956); y en el Teatro Central de de Títeres Sergei Obraztsov (1956-1963); y entre 1956 y 1963, fue el primer director en el Moskovsky gorodskoi teatr kukol (Teatro de Títeres de Moscú) y director artístico del teatro-taller para estudiantes que dependía de él. En 1968, creó el teatro Zhavoronok (La Alondra), que funcionó hasta 1972. Entre 1976 y 1988, Boris Ablynin se dedicó principalmente a la dirección para el Soyouzmoultfilm, un taller de películas de animación.

Boris Ablynin dirigió más de cuarenta espectáculos para niños y adultos, doce películas de animación con títeres y escribió muchos guiones y obras. Entre sus producciones teatrales, cabe señalar Monsieur Tordeur (“Don Chalado”), de Samuil Marshak (Teatro Central de de Títeres Sergei Obraztsov, 1961); Klop (“La chinche”), de Vladimir Mayakovsky (Permsky teatr kukol: Teatro de Títeres de Perm, 1961); Maltchich-Kibaltchich, de Mikhail Svetlov, según un cuento para niños de Arkady Gaidar (Teatro de Títeres de Moscú, 1963); y Voina s salamandrami (La guerra de las salamandras), de Karel Čapek (Teatro Zhavoronok, 1969).

Sin embardo, su espectáculo más exitoso fue Zhavoronok (La Alondra), de Jean Anouilh (Teatro de Títeres de Moscú, 1966), realizado en colaboración con los decoradores Natalia Kapranova y Aleksandr Sinetsky, el director Grigori Zalkind, y Nina Shmelkova en el papel de Juana de Arco. A través de esta creación, Ablynin se mostró capaz de enfrentarse la ley no escrita de la “unidad del método” impuesta por el realismo socialista. Según esa norma, los títeres tenían que seguir de la forma más fiel el modelo humano, mientras que los decorados y accesorios también debían ser conformes a los del teatro “humano”. En Zhavoronok, apoyándose en el “distanciamiento” o “alienación” brechtiana (Verfremdung), se deshizo de las clásicas cortinas para dejar aparecer la totalidad del espacio escénico en el que se desenvolvían, desproporcionados, pequeños títeres de papel de periódico y enormes máscaras de actores humanos. Verfremdung, espectáculo vanguardista artística y políticamente, fue una realización valiente. Influenció a la nueva generación de titiriteros de finales de los años 1970 y de principios de los años 1980.

Bibliografía

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  • Jurkowski, Henryk, and Penny Francis. A History of European Puppetry: The Twentieth Century. Vol. 2. Lewiston: Edwin Mellen Press, 1996-1998, p. 283.
  • Smirnova, N.I. Iskusstvo igrajuschikh kukol. Smena teatralnikh sistem [El Arte de actuar con títeres – Hacia otros sistemas teatrales]. Moscow: Iskusstvo, 1983, pp. 175-188.