Actor-titiritero y autor dramático checo. En 1951 le contrató el teatro Spejbl y Hurvínek. Allí, bajo la dirección de Josef Skupa, impuso rápidamente su talento de actor haciendo las voces de los dos personajes. Tras la muerte de Skupa, en 1957, fue su intérprete y a partir de 1966, tomó la dirección del teatro. Además, escribió los diálogos de los dos personajes, solo o como co-autor, en los que introdujo un humor muy especial. De este modo, contribuyó a su transformación gradual, necesaria por los cambios ocurridos en la sociedad y en el público, lo que se veía llegar ya en la época de Skupa. El personaje Spejbl perdió sus rasgos típicos de aldeano y su relación con su hijo Hurvínek se suavizó para el beneficio de meditaciones comunes sobre el mundo. Expresaban una filosofía de vida entre humor y sentimiento y de este modo, pusieron las bases de un nuevo éxito conocido con obras como Srdečné metamorfóry (Sinceras metamorfosis, 1964) y Amorosiada (1966). En su repertorio de los años 1970, se dirigía ante todo a los niños que había conquistado con su humor repleto de amabilidad y fácil de entender. Con su mujer Helena Štáchová, que interpretaba el personaje Mánička, grabó muchos álbumes y cintas para niños a menudo difundidos en la radio y en la televisión. Fue también reconocido en el extranjero gracias a la popularidad de los dos personajes. Asimismo, contribuyó en difundir el arte del títere adaptando sus diálogos en dieciocho idiomas de todo el planeta. Kirshner fue por lo tanto el digno heredero de Skupa, encontrando sustitutos a los tipos de personajes anacrónicos en el siglo XX, incluido los de Kašpárek y Škrhola. Con su visión sensible y creativa, logró conservar a Spejbl y Hurvínek que siguen siendo, gracias a él, personajes muy vivos del teatro de títeres checo.