Compositor, maestro y director de orquesta máximo exponente de la música española contemporánea. Entre sus obras se pueden citar La vida breve (1905), con libreto del también gaditano Fernández Shaw, El amor brujo (1915), o Fantasía Bética (1919), donde supo volcar elementos de la cultura popular y la historia andaluzas.
En 1918 recibió, junto a Stravisnsky y Satie, el encargo de una obra para orquesta reducida y pocos personajes por parte de la princesa de Polignac. Falla compuso una pieza para marionetas, El retablo de maese Pedro, basado en los capítulos XXV y XXVI de la segunda parte del Quijote, quizás inspirado por el recuerdo de La Tía Norica. Así lo explicó Germán Falla, hermano del músico, al folklorista Arcadio de Larrea, quien recogió la anécdota en Revista de dialectología y tradiciones populares (nº 4, T. VI, 1950). El desarrollo escénico de esta pieza tuvo lugar entre Granada y París. Con Falla colaboraron Manuel Ángeles Ortiz en los decorados, figurines y diseño del retablo junto con José y Hernando Viñes; Hermenegildo Lanz, ideando y construyendo los muñecos, así como algunos decorados y Mme. T. Lazarski en la confección del vestuario.
La partitura completa se presentó en el Teatro San Fernando de Sevilla, el 23 de marzo de 1923 en una audición que dio origen a la Orquesta Bética de Cámara. El espectáculo completo se estrenó el 25 de junio en la casa parisina de la princesa de Polignac. Volvió a Sevilla el 31 de enero de 1925 y, a continuación, se representó en Barcelona y Zurich. En la primavera de 1926 se llevó a escena en la Ópera Cómica de París, con diseños del pintor Zuloaga, y el 26 de abril se estrenó en Amsterdam, bajo dirección escénica de Buñuel. En la ciudad natal del músico se presentó el 17 de diciembre de 1926, en el teatro que hoy lleva su nombre.
Desde su creación esta composición ha recorrido todo el mundo —de Nueva York a Venecia, pasando por el marco de la Expo´92 de Sevilla— con diversos directores de escena y “maeses”: de Pablo Sebastián a Barceló; de Villarejo al también gaditano Peralta, cada uno con su sello y estética particular. Sin embargo, quizás una de las puestas en escena más entrañables sea precisamente la de la compañía La Tía Norica —que anhelaba representarla desde 1935— y que se estrenó el 24 de noviembre de 2001 con la Orquesta “Manuel de Falla”, dentro de los actos del 125 aniversario del nacimiento del músico gaditano.
Además del Retablo Maese Pedro, cuando estaba terminando su escritura, Manuel de Falla participó al piano en la parte musical de una velada de títeres que Federico García Lorca organizó en su casa el 6 de enero de 1923 (ver García Lorca y Lanz).
Bibliografía
- “Manuel de Falla et le Retablo de Maese Pedro” in Musiques en mouvement, Charleville-Mézières, Institut international de la marionnette, 1993.