Georges Lafaye era doctor en medicina así como titiritero e investigador francés especialista en la participación de la electrónica en el teatro. Comenzó en el teatro como decorador y realizó maquetas de títeres para una farsa de Paul Claudel inspirándose en los modelos más tradicionales. En 1943, creó Vieilles chansons françaises (Canciones francesas antiguas) que presentó en un círculo de amigos: títeres grandes de guante montados sobre bastones, algunos contaban con varillas de vidrio que se volvían invisibles a la luz para animar los brazos. Debutó en la Alahambra (Tempo, L’Algèbre du temps, Toccatine, L’Ogre) donde alcanzó el éxito con Fait-divers: un periódico se transformaba en cacerolas de papel que representaban noticias de crimenes que leía un hombre. Georges Lafaye fundó su compañía, el Théâtre du Capricorne, en 1951 y se dio a conocer en el cabaret La Fontaine des Quatre Saisons con Le Grand Combat, de Henri Michaux, que le comportó una atónita admiración del autor: el poema, recitado en la oscuridad, se acompañaba de un desfile de réplicas visuales (manchas, formas, colores) que recreaban la situación.  Con John and Marsha (1952), impuso su estilo jugando especialmente con la técnica del teatro negro.  Allí representó sus creaciones durante siete años (La Marguerite, Point à la ligne, Ni queues, ni tête, Intermezzo, Strip-tease, Étude en bleu). Asimismo realizó importantes giras (Europa, Estados Unidos, América Latina). Sus siguientes realizaciones son sumamente variadas: logos, maquetas de compaginación, créditos de películas, cortometrajes (L’Emploi du temps, texto de Raymond Queneau), esculturas luminosas, elementos arquitectónicos (el vestíbulo de Publicis), planificación de espacios (Moscú, 1962) así como un programa electrónico de efectos modulados (Synchropan). En 1972 puso a punto un programa cinético automatizado. Presentó Leçons de choses para la inauguración del Centre Georges-Pompidou (1977) y seguidamente un teatro musical en la Opéra-comique en 1978 (Triptyque et mots croisés). Apodado “el Einstein del títere”, regresó al teatro en 1984 con Antigone (Antígona) de Sófocles, una creación que le llevó tres años de diseño en solitario: traducción y adaptación de textos grabados para ser emitidos en voz en off, diseño y fabricación de personajes (muñecos de 2 metros de altura que requerían dos manipuladores) y decorado minimalista en forma de tablero de ajedrez que a la vez servía de soporte para proyecciones fotográficas.
(Véase Francia.)

Bibliografía

  • Le Bolzer, Guy. La Marionnette. Paris: Éditions Terrain vague, 1958.