Titiritero español, conocido como el “titiritero del Retiro” (el gran parque público de Madrid), resumió en toda su vida la esencia del ser titiritero de cuerpo y de alma. Recopilador infatigable, investigador y sobre todo instigador de todo lo que sonara a títeres. Es autor de los libros: Titelles, teatro popular (1981) y Los títeres de Falla y García Lorca (1995) y redactor, editor, impresor, e incluso repartidor, de la que fue durante muchos años la única publicación sobre títeres que se hacía en España, la revista Títere. Son muchos los titiriteros que deben su descubrimiento del universo de los títeres a este hombre raro, de estirada barba y ojos vivos y lacrimosos, entre huraño y desconfiado que sin embargo les recibía y acogía, en medio de un caos fascinante, rodeado de libros, marionetas, papeles y botellas (vacías), allí, en el Teatro de Títeres del Retiro de Madrid. Encarnando la ancestral y pura liturgia del titiritero, este provocador heterodoxo fue un ejemplo para muchos titiriteros profesionales o debutantes; su amor por los títeres era contagioso. Murió en Madrid, y sus cenizas, como era su deseo, fueron aventadas en el parque del Retiro.